Volver a ti •| Deathduo |•

Epilogo¡!

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 Su respiración era un horrible sufrimiento, cada bocanada de arie era como si se tratara de azufre entrando a su sistema, sus músculos gritaban por descanso al igual que la pesadez de sus parpados era cada vez más insistente, pero se negaba a cerrarlos, las heridas aun sangrando por los cortes profundos, estaba débil, y si fuera poco con sus últimos esfuerzos jalaba dos personas desconocidas para él. Logro llegar a la canoa y la empujo. La isla exploto y por poco la explosión los consumía, su cuerpo resulto más herido, pero logro gritar una frase que no recuerda.

Y después, oscuridad.

Eso es lo último que recuerda, pero algo era seguro, no estaba muerto.

Lo puede sentir, al escuchar el llamado de alguien, puede escuchar murmullos como si se tratarán del roer de pequeños animales. Su cuerpo empieza a arder como si le hubieran colocado una capa de alcohol, pero el solo quiere descansar, está tan cansado, no sabe de que, todos los demás han sufrido más que él, pero el se siente cansado, tal vez sea por las heridas de su cuerpo o tal vez el vacío que siente en su pecho.

Luego, logra sentir una caricia casi maternal, puede sentir suaves arrullos que le indican que debe seguir, que su historia aún continúa.

Y de pronto. Despierta.

Missa de golpe se levanta asustando a todos los presentes, luego recuerda su cuerpo mallugado y grita de dolor al momento de recibir todo el dolor. Lágrimas salen y jadea tratando de acostumbrarse al dolor y ardor que siente al ver algunas frazadas con poción regenerativa, por eso sentía ese ardor. Lloró amargamente pues su cuerpo no estaba acostumbrado a sentir tal nivel de daño, la única vez ocurrió eso fue en su última muerte de extremo, el ardor del veneno lo termino tumbando y su manzana se hundió al fondo de aquel lago. Oh, un recuerdo nuevo, su muerte.

Nadie se acerca al recién despertado, ninguno sabe cómo continuar y los pocos que se mueven están con los dos cuerpos ajenos, Missa mirá levemente a los cuerpos y los reconoce. En esa reunión extraña, Jaiden y Cellbit. Puede apreciar a Roier llorar murmurando cosas con una pequeña sonrisa mientras está abrazando el cuerpo de una de aquellas personas.

Bueno, al menos puede ver la sonrisa de su amigo después de mucho, pronto siente los efectos de la poción su cuerpo aún está cansado pero el dolor ahora es leve. Una pequeña sonrisa se instala en su rostro y mira hacia la isla ahora destruida. Puede sentir como esto aún no ha terminado, algo oscuro se acerca pronto y eso le atemoriza, algo retorcido se está formando y sabe que cosas peores pueden pasar, su miraba pierde un poco el brillo está comenzando con una leve paranoia, pero lo deja de lado al momento que su mirada es cubierta de plumas negras brillantes.

Pronto un par de ojos le miran con amor. Era un azul tan profundo como el mar. Philza le mira de arriba a bajo, pero no lo toca, siente esto tan irreal, su amada le a vuelvo a su pequeño Wet Cat. Su Missa. Pronto la mirada de Philza se cristaliza, esto asusta un poco a Missa pero al momento de ser rodeado por el cuerpo ajeno puede sentir como los papeles de invierten.

—Esta.... Estás vivo... Missa... Pensé que te perdía, fue horrible, no quería... Le rogué tanto que no pasará... Dioses —Philza lloraba mientras abrazaba al azabache, este sonríe leve y lleva sus manos al cuerpo ajeno para comenzar con caricias de consuelo, haciendo círculos comenzando a arrullar al mayor como si de un pequeño niño fuera.

—Tranquilo Phil... No pasará eso, me quedaré aquí porque no te puedes desasear de este gato mojado tan pronto. —Sonrió al escuchar una leve carcajada ahogada. No importa la situación Missa siempre da un sustento de diversión.