Capitulo 4. "Pero, ¿Cómo?"

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Un pequeño rayo de luz iluminaba mi espacio, pegaba directo en mis ojos sacándome de mi confortable sueño, comenzaba a ser molesto por lo que con el mayor cuidado del mundo, tan sigilosamente, como si se tratara de un partido de ajedrez, en donde mover una sola pieza, podría dar jaque mate a mi rey, o yo dar jaque mate al contrincante, me levante. Me limite a removerme mucho en la cama, todavía tenía esa herida punzante en mi muñeca, dolía cada vez más, pero por suerte, a mi parecer no era una fractura. Me levante perezoso, guiando mi cuerpo destruido hacia el ventiluz. Louis-sonreí plácidamente-El quizás seguiría allí, quizás también estaría preguntándose que había pasado, de un momento a otro estaba de nuevo en su "refugio" aunque tenía más aspecto de choza semi armada que de refugio, pegue mi rostro a la pared y asome la vista por el ventiluz, y ahí estaba el, luchando contra la naturaleza-literalmente así lo hacía-buscaba ramas para armar una fogata en donde confortarse del frio, sus pantalones estaban gastados y muy rotos, pero, esta vez, no llevaba su playera. Mis ojos vieron al adonis más perfecto en todo el universo, su torso estaba marcado como si un escultor hubiera creado esas líneas que delineaban todo su abdomen y brazos. Su cabello alborotado se movía a la par del viento a su alrededor. Suspire, en parte aliviado, y en parte porque tenía cerca a una persona tan hermosa como Louis. Tarareaba una canción, no podía describir realmente cual pero simplemente la ame. Mi estómago rugió, si, no había comido desde hace dos días, me dolía todo el cuerpo y estaba algo mareado, era difícil moverme en mi situación, pero tenía que esforzarme. Despegue la vista y mi cuerpo de la pared y camine a paso lento hacia una especie de alacena que estaba en la parte alta, mucho más alta que el ventiluz. Revise cada espacio. Nada. Ahora el problema no solo eran mis heridas, ahora debía buscar comida. Tenía que alimentarme. Era necesario. Medite varios minutos mi cuerpo temblaba, el miedo se acercaba a paso rápido dentro de mí. No, no importaba cuanto tenía que arriesgarme, si Louis estaba fuera entonces, entonces simplemente podía salir sigilosamente y él no lo notaria. Pero, ¿qué diablos estaba pensando? Salir al exterior, con alguien fuera, eso no era del todo cuerdo de mi parte, no era cuerdo para nada.

Sé que si, lamentaría desde lo más recóndito de mí, lo que estaba a punto de hacer, como siempre todas mis decisiones tenían que ver con el miedo que recorría mis venas.

Louis podría ser esa clase de personas que te matan por respirar, como la mayoría aquí.

¿Por qué diablos todo me daba miedo menos Louis?, me pregunto si eso es lo que suelen sentir las personas cuando se enamoran.

Que el miedo desaparece tan solo cuándos escuchas su voz, con tan solo simples gestos, así de fácil. Y siendo un cobarde y un estúpido como yo es tan raro sentir que el miedo se oculta y no te dificulta porque él esta ahí, solo por su presencia el mundo se hace diferente. Pero los recuerdos, los sentimientos, los vaivenes de pensamientos me hacían todo más complicado, no podía.

Tan solo es Louis, un chico, si pero un chico que no teme.

Y yo solo soy Harry, un chico, si pero un chico que teme

Todo puede estar de mi lado si así me lo propongo, entonces, cerré mis ojos dándome valor, tome mis gafas, si por alguna razón-una maldita razón-algo salía mal, no quería que nadie pudiera ver el miedo en mí, eso solo empeoraría todo, y no volvería con vida a mi refugio. Necesitaba alguno de mis "harapos" para cubrirme, no por el frio, no tenían que verme. Encontré a un costado de mi mesita de luz un gran saco negro con botones grises cosidos en forma de x, algo que me agrado, la x esconde millones de resultados, millones de cosas que nadie puede adivinar sin algo que lo acompañe.

Una x puede ser cualquier cosa que te imagines-buena o mala- un misterio que todos luchan por descubrir, como en una clase de álgebra, buscas que el resultado x sea el correcto mientras pones a tu mente a maquinar diferentes maneras de resolver la ecuación. En ese momento cuando no logras resolverlo, nunca te has puesto a pensar que quien creo las ecuaciones tuvo que pensar mucho más, porque no tenía datos para decir lo que una x podía significar.

Y con una bocanada de aire que lleno mis pulmones aliviando un poco la tensión di unos tres pasos lentos, al sentir que el aire escapaba otra de las tantas veces que me ocurría, comencé a dejar todo a atrás, y correr, correr rápidamente mientras mis extremidades sentían la adrenalina que mi cerebro producía, mi sistema nervioso no funcionaba como yo quería, porque a veces hay cosas que parecen que las haces porque tu cerebro dice "sigue mis órdenes, todo estará bien"

Esperaba que esta vez sea así.

No sé qué rayos paso en el instante preciso en que caí al suelo al chocar contra algo, mi vista se segó y mi corazón dejo de latir, para luego, comenzar a latir aceleradamente a un ritmo exagerado, el sudor recorría mi frente y mis brazos y piernas comenzaban a pesarme. Miedo

Mis sentidos se polarizaron al igual que todo mi cuerpo, realmente fue como si solo pudiera escuchar, el viento chocar contra los pinos y arbustos, las gotas de lluvia chocar contra la tierra como si se trataran de camiones cayendo con lentitud e impactando con fuerza. Y una dulce voz que inmediatamente reconocí.

-Hey, ten más cuidado. Vas a matarte.

¿Louis?

Como diablos

Louis...

Vértigo[Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora