Capitulo 2 "Viéndolo"

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Sentí un apagón, mis sentidos agonizaban por  desvanecerse, me levante de la cama torpemente tratando de asegurar mi estabilidad, por su suerte, nada había ocurrido en la oscura noche anterior, tanto yo, como mi pequeño refugio estábamos intactos. Sentí mis palpitaciones relajarse poco a poco, aunque mi cuerpo estaba algo tenso lo que me provocaba leves cosquilleos.

Otro día mas transcurría en plena penumbra, buscando solo un rincón de paz, en donde retomaría la lectura de mi libro favorito, y sabía que hoy no sería un buen día, solo el pensar que estaba en la cumbre de la historia, me sentía tan pleno leyendo que la devastación al terminarlo me agotaría, porque era mi fuente de escape de la vida que llevaba.

Recordé como la noche anterior mis sentidos agonizaban por tan solo saber que había personas rondando por el lugar. Eran tres personas, pero solo dos se habían ido. Casi como si escapara de algo pegue un salto desorbitante de mi mullida cama para correr desesperado buscando el cajón de madera. ¿Y si esa persona seguía ahí? No me sentí temeroso, me sentí demasiado extraño, pero había alguien allí, y eso me preocupaba, podría estar buscándome. 

Me subí al, si se podría llamar de esa manera, banquito de madera y coloque la vista a través del ventiluz buscando con la mirada algo que rogaba que no estaría ahí.

Entreabrí la boca dejando que el aire se pasmara entorno a mi. 

Castaño, de baja estatura, orbes azules, una silueta perfecta en todos los sentidos. 

Así lo sentí cuando lo vi, intente incansablemente esconderse como siempre había estado haciendo, pero la intriga y la curiosidad me superaban totalmente. 

Quien sabe por cuantas horas me quedé allí parado sobre el cajón de madera observando, con los ojos abiertos como plato, aquel adonis, aquella esbelta figura. Era un joven, pero era el joven más perfecto nunca antes visto antes mis ojos  

Mi estómago rugía como un oso pardo, mis ojos estaban cansados, mi cuerpo entumecido por la mala postura, pero no me importaba en lo mas mínimo. Nada se comparaba con aquel joven, estaba fascinado como un niño con juguete nuevo, como un empresario con dinero en manos, como un infante que es amamantado por su madre y procreadora. 

Mis ojos cansados brillaban intensamente, aunque fuera un brillo simbólico, algo que me salía de adentro.

Por un momento me sentí algo mal, el hecho de tenerlo a metros sin poder ayudarlo, porque raramente, ese muchacho estaba construyendo un pequeño refugio al lado de una fogata. Estaba casi acampando en ese lugar. 

Paso tiempo, era de noche, no supe cómo es que había pasado tanto tiempo observando a ese "espécimen". 

Mis extremidades estaban realmente entumecidas, trate de acomodarme lentamente pero un hormigueo me recorrió las piernas por lo que tropecé torpemente cayendo de rodillas al suelo, con mis manos sosteniendo todo el peso de mi cuerpo. 

Quise pegar un grito ensordecedor por el dolor que me había causado la caída, pero no podía arriesgarme. En un movimiento brusco tome un almohadón y lo mordí fuertemente con mis incisivos, debía soportar el dolor por más que llorara por dentro, quizás me había fracturado una de mis muñecas, el dolor era insoportable, pero no quería arriesgarme. 

Mis rodillas sangraban y ardían, pero débilmente me incorporé y con la mano que menos me transmitía un fuerte dolor, me apoyé en mi mullida cama. Y me recostó lentamente. Cerrar mis ojos y pensar en otra cosa, una distracción me ayudaría hasta el día siguiente, donde curaría mis heridas y vendaría mi muñeca. Si, era un poco torpe dejar que pasara el tiempo, pero debía calmarme primero. 

Louis-pensé- aquel bello adonis de orbes azules, era una distracción. 

Agradecía a las personas que ayer habían pronunciado su nombre. Porque ahora podía distraerme mejor, pensando en cómo cortaba la leña con una herramienta que el mismo había creado, como se esforzaba por hacer que su pequeño refugio se mantuviera de pie, su rostro que parecía haber sido esculpido por el artesano más detallista y perfeccionista que pudiera existir, de alguna manera pensar en él, me relajo hasta quedarme completamente dormido.

Vértigo[Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora