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22.

Jimin no estaba triste.

Estaba preocupado.

Estaba junto a Jin en el funeral de su padre. Con un montón de hipócritas llorando por todo el lugar. Hipócritas que sólo buscaban el dinero de su padre.

También llegó la familia de su padre. Los Nakamoto. Eran la familia de su abuela, la cual estaba destrozada.

Si no mal recordaba, en su vida había visto una vez a esas personas. No los conocía.

Saludó cordialmente y recibió los pésame que le daban.

En ningún momento se quitó los lentes, no para que no vieran que lloraba, si no para que no vieran que la muerte de su propio padre no le causaba sentimiento alguno.

Su padre nunca lo había llamado hijo.

Jimin ni siquiera sabía su nombre.

Ni siquiera le llamaba Appa.

Para él su padre era "Señor".

La causa de su preocupación era su madre.

Sunhyo no aparecía por ninguna parte y ambos hijos Park estaban preocupados.

En ese momento su esposo. Taehyung, entró a la habitación y Jimin lo abrazó.

—Namjoon y yo encontramos a tu madre, pero no creo que quieras verla. No aún.

Jimin tragó saliva.

Taehyung parecía triste, sus ojos ni siquiera le sostenían la mirada.

—Taehyung ¿Dónde está mi madre?

Su esposo ni siquiera lo volteó a ver.

—¿Taehyung?

—Lo siento hyung. Lo siento mucho.

Su corazón casi se detiene al ver a Jin llorando en el pecho de Namjoon que acababa de llegar.

—¿Tae...?

—Tu madre se suicidó Jimin. Los forenses están llegando. Te dejó una carta.

...

Cuando Jimin se casó con Taehyung fue la persona más feliz del mundo.

Faltaba tan poco para su boda con JungKook y todo se estaba arruinando.

Su madre se había suicidado en el baño principal de su gran mansión.

Él había estado en ese baño.

Sus entrañas se revolvieron y sintió su garganta arder.

Ahora también estaban preparando el velorio de su madre pero ahí estaba Jimin.

Sólo.

El velorio de su padre había sido en la misma casa donde su madre se había suicidado.

Había estado en la misma casa que su madre se había quitado la vida.

Nadie la había ido a buscar hasta que Jin se percató de su ausencia.

En un momento se sentía volando y al otro caía por el vacío.

Su madre le había dejado una carta.

La había escrito para él antes de morir y no quería leerla.

—Osito Jiminnie— la melodiosa voz de su amada nonna llegó a sus oídos.

Yuta estaba con JungKook. El pequeño aún no era lo suficientemente maduro para los funerales según su madre, así que su prometido lo cuidaría.

—Hola Nonna— dijo Yoon sonriendo con falsedad.