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-Llegas tarde-le reclamó Taehyung a JungKook cuando lo dejó frente al pequeño avión privado.

-Nos despertamos tarde, estuvimos ocupados besándonos toda la noche-respondió JungKook con burla.

Acercó a Jimin más hacia él y le dió un beso, nada parecido al de la tarde. Más bien lleno de deseo y necesidad.

Taehyung se acercó y los apartó bruscamente.

-¿Qué te pasa imbécil? Esta es mi semana. Ahora mismo Jimin me pertenece.

Jimin sintió un vuelco en el corazón.

Incluso Taehyung lo trataba como a un objeto.

Kook se encogió de hombros. No había mentido. Se habían levantado tarde después de una sesión de dulces besos toda la noche.

Jimin se la pasaba mejor cuando JungKook no hablaba demasiado.

-Bueno, me voy. No fui a la escuela por venir a dejar a Jimin, así que creo que debo reponer clase. Adiós perdedor-dijo dirigiéndose a Taehyung y entrando a su camioneta para marcharse.

Jimin sólo sonrió.

JungKook lo había ignorado, pero sin duda era mejor eso a que lo hubiera insultado o algo peor.

Cuando Jeon de fue Taehyung lo abrazó.

-¿Te hizo algo? Se veía muy contento y sólo está así cuando hace infeliz a la gente.

Jimin se escondió en el cuello de Taehyung y aspiró el olor de su futuro esposo.

Taehyung ya tenía dieciocho. Sólo faltaban tres años para que fuera legal en todo el mundo y al fin, se casaría con Jimin.

-No me hizo nada, supongo que está de humor por haber tenido escusa de faltar a la escuela.

Unió su frente con la de Taehyung y sintió los labios contrarios sobre la punta de esta.

-Bueno, sube ya al avión hermoso, nos atrasamos bastante.

Jimin asintió y sin más, obedeció.

•••

Japón era tal y como lo recordaba.

Con altos edificios modernos y restaurantes por doquier.

En tokyo estaba lleno de tiendas de anime y manga y grupos de bandas entre coreanas y japonesas por todas partes.

Jimin agarró más fuerte la mano de Taehyung.

Pasaban la calle y ya había chocado con varias personas que no tenían ni un poco de precaución con los demás peatones.

-Dejalos Tae, van distraidos-Jimin calmaba a Taehyung una y otra vez para que no fuera a golpear a alguien.

Caminar sin saber el rumbo por las calles de tokyo no había sido una muy buena idea.

-¡Mira! Es un restaurante de maids. Entremos.

Jaló a su prometido para entrar a aquel restaurante.

En cuanto entro vió a demasiados hombres mayores dentro de el lugar.

Lo peor es que nadie parecía comer, sólo había un montón de chicas vestidas de maid haciéndole compañia a los hombres.

-Jiminnie, esto no es un restaurante. Vámonos de aquí.

Antes de que pudieran irse, una de las chicas vestidas de maid les cerró el paso.

-Buenas tardes ¿Les puedo ayudar en algo?-les dijo en japonés.

sex and candy 𐙚 vminkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora