Capítulo IX

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— ¿Tu chica?

— ¿Te sorprende? — Yuta hablo con un tono burlesco, aún abrazando a la castaña por los hombros, podía sentirla temblar, y eso le hizo sentir, de alguna manera, molesto. — ¿En serio creíste que estaba ahí esa noche solo para ofrecerle abrigo? Iluso.

Toshiro miro a Mei, como si esta lo hubiera traicionado de la peor manera, su odio era tanto que en un acto de impulso, el arma qué tenia en sus manos hirió un poco el cuello de Riku, haciéndolo gritar un poco por la sorpresa y el dolor, y ahí fue cuando Yuta reaccionó.

— Se acabo. — De repente, un punto color rojo iluminó el pecho de Toshiro, haciéndolo detenerse, cuando Riku cayó al suelo con un golpe seco y llevo su mano a su garganta lastimada con algo de dolor, Yuta sintió la ura arder en su interior. — Da un paso más, mueve un milímetro y voy a hacer que una sola bala te quite todo lo que tienes.

— ¿Vas a matarme? ¿Tienes idea de lo que sucedería?

— Nada. —Yuta dijo. — Es mi territorio, incluso si te mato ahora, fuiste quien comenzó esto, entraste aquí sin permiso y causaste problemas con mi gente, ¿qué crees que pasara? Solo serás un idiota que se lanzó a la muerte.

— Creo que ahí es donde te equivocas, amigo. —Toshiro sonrió. — Yo no comencé esto, de hecho, fuiste tú quien lo hizo. — El rubio sonrió con orgullo. — ¿Acaso no fuiste tú quien entro a mi territorio en primer lugar? Te llevaste a mi chica y causaste un alboroto en mi zona, ¿quien seria el idiota entonces?

Maldito teñido de mierda.

Yuta lo pensó, con un aire tranquilo, este asintió, acariciando el cabello castaño de la chica a la que se negaba a soltar, viendo la molestia en la expresión del hombre. — Incluso así sea, no puedes llevártela sin mi consentimiento.

— ¿¡De qué mierda estas hablando!? Es-

— La pequeña princesa ha sido fichada por los fénix. — Toshiro apretó la mandíbula al escuchar eso, sus puños temblaron por la fuerza con la que los estaba apretando y juro que quería sacar su arma y dispararle a todos los que estuvieran ahí. — Sí la quieres, vas a tener que pasar por encima de nosotros, y creeme, te va a costar más de lo que imaginas.

—Señor... — Uno de los hombres de Toshiro hablo, tratando de hacerle ver que la situación no sería tan sencilla.

— Tú eliges, Toshiro, te vas y olvidamos esto, o intentas luchar... Te recomiendo la primera. — Yuta sonrió con incidencia fingida, el rubio lo miro con futura un segundo antes de asentir, soltando una risita al final de su larga mirada.

— Bien, me iré... Claro... Pero como sabrás, no me iré con las manos vacías, o al menos, no sin dar un poco de pelea. — de repente, un fuerte sonido como el de un disparo se escuchó, y el hombre sonrió al ver la mueca confundida de Yuta. — Ellos eran los menores, ¿no? — El cobrizo juro que su corazón se detuvo al escuchar otro disparo y la risa de Toshiro, quien se dio la vuelta para poder salir del lugar, pero antes de hacerlo, se detuvo. — No creas que usando esa chaqueta te libraras Mei, lo que es mio me pertenece hasta que yo diga que es suficiente.

Con eso, el hombre salio del lugar, Yuta sintió como lo empujaban un poco, sus ojos solo captaron a la castaña corriendo hacia Riku en el suelo, sosteniendo su garganta con cuidado pero ayudando a poner presión en la herida de su cuello.

— ¡HYUNG! — El grito de Sion lo saco del trance, dándole una última mirada a Mei, quien estaba ayudando a Daeyoung para poder controlar la sangre qué salía de la herida de Riku. — ¡Sakuya y Ryo están heridos!

Yuta maldijo. — Yushi, ayuda a Daeyoung a llevar a Riku a la camioneta, Sion, tu y Sungchan ayuden a los menores. — Yuta dijo antes de ver a Shotaro. — Llevalos a la base lo más rápido que puedas.

𝗚𝗔𝗡𝗚𝗦𝗧𝗘𝗥; ᴺᵃ ᵞᵘᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora