Capítulo 5

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Me encontraba sentada en un banco pensando en todo lo que había pasado en este día y medio. Repetía los sucesos desde que mamá me llamó una y otra vez en mi cabeza, hasta que me percaté de algo. Dónde estaba mi madre? No había sabido nada de ella desde ayer.

La llamaré.

Pero no contestó. Intenté otra vez y fue igual.

Debe estar trabajando.

Estaba a punto de guardar mi teléfono cuando éste vibró haciéndome saber que había recibido un mensaje.

Jen: Jones, que algo te pasa, si quieres hablar aquí estoy.

Eso admiraba en ella. A veces cuando me pongo mal necesito estar sola un tiempo, y ella estaba dispuesta a esperar lo que fuera necesario hasta que me sintiera lista para desahogarme.

Sophie: Necesito que vengas, Marie.

Jen: Dónde estás?

Le envié la dirección y en unos treinta minutos ya Jennifer se encontraba aquí.

Desde que la vi entrar por la puerta corrí a abrazarla y creo que la derribe. Oops.

-Qué mosca te picó? -preguntó riendo.

-Esto es serio, tengo algo que contarte.

-Bien, pero levantate, estás pesada.

Ambas nos levantamos del suelo y empezamos a caminar sin rumbo.

-Sabes, creo que este hospital tiene un parque, mejor vamos ahí para hablar.

-Lo que digas, jefa.

**

-Bueno, aquí estamos. Se puede saber por qué saliste corriendo de mi casa? -preguntó Jen mirándome.

Le conté todo lo que había pasado.

-Sabes si su condición es grave? -preguntó preocupada.

-Lo único que me dijeron es que lo dejarán bajo tratamiento -dije cabizbaja jugando con mi blusa.

-Ven aquí -dijo Jennifer abriendo sus brazos para abrazarme- Todo va a estar bien.

-Cómo puedes estar segura? -dije sin ánimo.

-Dios va a cuidar de Shawn, solo pídeselo.

Suspiré. -Crees que El me escuche?

-Claro que te va a escuchar, Jones! Solo deja que El se encargué.

-Gracias por estar siempre para mí -dije con una sonrisa- No se como me toleras.

-No tengo otra opción -dijo a lo que yo la miré ofendida- Es broma -dijo entre risas- Te quiero, Jones.

-Yo a ti, Marie.

En ese momento mi estómago gruñó.

-Muero del hambre -me quejé.

-Vamos a la cafetería del hospital?

-Bien, vamos -dije levantándome del banco.- Espera! Tu sabes cocinar, verdad? -ella asintió- Pues, qué estamos esperando?

Empecé a caminar mientras le hablaba a Jen.

-Entonces el doctor este me pidió mi número y yo me encargué de ponerlo en su lugar.

No es un cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora