¿Donde estás?

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Por qué estaba Philip allí? Que quería de nosotros? Haría daño a alguien? Desde que descubrí que era una mala persona solo quise estrangularle. También pudo afectar el echo de que hubiera secuestrado a dos de mis amigos y luego quisiera torturar al chico que me llamó la atención. Quién sabe.

-Que quieres? Dice Rick intentando mantenerse sereno para no provocar una guerra.

-Andrea me dijo que intentásemos llegar a un acuerdo, así que aquí estoy, te propongo una cosa.

-Empieza a hablar.

-Nos reuniremos en el sitio que yo proponga a la hora que yo proponga y estaremos hablando tú y yo solos, podrás llevar gente pero se deberán de quedar fuera.

Rick sabía que si no aceptaba eso terminaría con nosotros, enviándonos a todo Woodbury a por nuestras cabezas.

-Está bien. Donde y cuando?

-Aquel cobertizo junto a la carretera de la cincuenta y dos , como a media hora de aquí, a las 12 y media dentro de dos días.
Si no te presentas, vendré aquí y destruiré todo esto que llamas hogar y a todos los que vivan aquí.

Seguido a esta amenaza Blake se fue y Rick comenzó a pensar, debe de ser extremadamente  difícil ser el líder de un pueblo o lo que sea que sea esto. Yo no querría, la gente depende de ti y tienes que basar tus acciones en las preferencias de otros intentando que todo esten agusto. Menuda tortura.

Yo regresé a la celda, revisando cualquier cosa que pudiera hacer para entretenerme, no tarde en recordar la botella de vodka que deje a medias antes de que Philip llegase.

La tomé con mis manos y me senté en el colchón de la cama de abajo, reclinandome hasta quedar sentada con la espalda en la pared. El primer trago fue asqueroso, llené mi boca entera del alcohol, pasó por mi garganta, dejando ese calor que te va subiendo poco a poco. El segundo fue mejor, llegué consciente hasta el trago número
18, lo único que recuerdo a partir de ahí, fueron cosas malas, y después un golpe contra la cama.

Cuando recuperé la consciencia vi a mi chico al lado mía, llamándome mientras me daba pequeños toques en el hombro.
Me veía ridícula con una botella en la mano, los ojos llenos de lágrimas y los mofletes rojos.

Parecía que era la primera vez que bebía, tenía un dolor de cabeza enorme, tan enorme como la vez que me emborrache cuando todo empezó.

-No me mires, estoy horrible. Dije echando la mirada hacia la botella con intenciones de dar otro trago.

-Te ves hermosa como siempre, no deberías de beber más. Qué pasó? Dijo mientras me quitó lo poco que quedaba de la botella de las manos, me dio un beso en la frente y se acurrucó a mi lado como un niño pequeño.

-Nada, estoy bien. Tenía la mirada perdida, solo podía ver en mi mente lo que recordaba de cuando perdí la consciencia esas imágenes se quedaron en mi mente.

-Kiara. Me cogió de la mano. -Sabes que estoy aquí contigo, conmigo a tu lado no te pasará nada, confía en mi.

Su mirada era sincera, pero joder la cabeza me daba vueltas y no me podía concentrar en lo que seguía diciendo. Así que me incorporé, para hacer que la sangre fluyera mejor por mi cuerpo, lo hice lentamente, pero aún así no fue suficientemente lento ya que me mareé lo que provocó un pequeño golpe contra la mesa que había en la celda.

Me sacudí rápidamente haciendo de menos el golpe, la cabeza me ardía y todo me daba vueltas, apenas podía con mi propio peso, sentí que me caería, cosa que no pasó. Noté un hombro bajo de mi, Daryl me ayudó a dirigirme de nuevo a la cama.

-Espera aquí. Hice lo que me dijo, le espere, no se cuánto, hasta que llegó con una botella de agua, a duras penas conseguí beber algo sin sentir repugnancia hacia cualquier líquido.

I WANNA KISS YOU (DARYL DIXON +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora