Prólogo

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Angel Dust.

Angel Dust, mejor conocido como "la estrella p*rno".

Justo ahora se encontraba en su camerino viéndose fijamente en el espejo a si mismo, era una pequeña habitación con paredes tapizadas de rosa y focos medianos alumbrando el lugar.

Su apariencia se veía terrible, sus ojeras oscuras indicaban largas noches sin dormir bien, sus cabellos blancos estaban tan despeinados, su rimel formaba ríos negros desde sus ojos a sus mejillas, había estado llorando y tenía un corte en su labio inferior. Tenía marcas de dientes y chupetones por su cuello, hombros y cuerpo.

Todo ese desastre lo ocasionaba su jefe, Valentino. El encargado del estudio p*rno, donde trabajaba. Era un hombre mucho mayor que él y adinerado que sentía una enferma atracción s3xual hacia el menor de todos sus empleados en aquel lugar.

Ya que aunque Angel Dust se acostaba con varios era porque él le indicaba con quién, él no tenía ningún derecho de elegir a nadie, ya que era sólo suyo y eso no cambiaría. Valentino sólo él tenía el derecho de decirle que hacer y por ende con quién putas se acostaba.

Así que él poniéndole marca a su poder sobre Angel, abusaba de él y si lo desobedecía, lo golpeaba o peor aún, torturaba.

– ¿Estás listo? –esa voz gruesa, tenebrosa y áspera que le tenía tanto miedo hizo que se pusiera frío- el show empieza en 20 minutos.

Esa voz tan tenebrosa se escuchó desde el otro lado de la puerta, causándole varios escalofríos y haciendo que sus piernas temblaran.

Angel tomó una toallita con alcohol y la frotó contra sus mejillas con brusquedad, borrando los gruesos ríos negros de rimel que tenía marcados. Procedió a maquillarse un poco el rostro con un polvo para luego colocar una pequeña capa de sombra en sus párpados de un brillante púrpura y alrededor de sus ojos delineó con una sombra negra.

Se acomodó la corta falda que se puso y salió de su pequeño camerino para dirigirse al escenario.

Caminó con algo de prisa por los pasillos del lugar y pensó si toda su vida sería así y sino, no tendría ninguna opción si ya no quería trabajar para él, no tenía a nadie para refugiarse de los maltratos de Valentino, sólo ese hotel que adormecida por unas horas aquel dolor.

Subió al escenario y un ritmo de jazz inundó el ambiente de aquel inmundo lugar.

Angel suspiró, envolvió sus manos alrededor del tubo y deslizó sus caderas de manera muy provocativa y lenta por la extensión del frío metal.

Valentino que se encontraba al fondo viendo el espectáculo, lo observaba complacido desde un sillón caro de terciopelo mirando con una amplia y sádica sonrisa. Acomodó sus doradas gafas de corazón y exhaló humo de su habano que sujetaba entre sus largos dedos.

Los hombres aplaudían enloquecidos cada que Ángel movía sus caderas o daba una pirueta alrededor del tubo ya que su falda se subía, dejando ver mucho a la imaginación si es que la falda dejaba un lugar para tapar.

Él Sabía bien lo que estaba haciendo, bailaban y se inclinaba hacia adelante para mostrar su trasero a los espectadores.

A pesar de ser una prost1tut4 y actor p*rno, sus movimientos al bailar y moverse eran delicados y elegantes.

En sus grabaciones se movía también de manera pulcra y profesional a pesar de ser actos s3xuales y sus expresiones eran simplemente hipnotizantes, tan finos y tan sutiles.

Quizá era por eso que era muy conocido y deseado por otros, por qué era único y no exageraba en sus movimientos.

...

Cuando el show terminó, todos comenzaron a retirarse, ya pasaban de la media noche. Ya no quedaba nadie en el lugar todos habían sido corridos por la hora de cerrar, sólo Angel, algunos otros bailarines y Valentino se habían quedado.

Pero los demás bailarines estaban retirándose, Angel también lo estaba haciendo recogiendo sus últimas cosas se dio la vuelta para salir de su camerino para irse a casa pero fue demasiado tarde.

Sin darse cuenta él había sido el último en recoger y todos los demás bailarines se habían ido. Provocando que Valentino se quedará solo con él.

Este mismo lo tomó del brazo, jaló de él y lo aprisionó contra la pared.

– ¿A dónde vas?

Angel no respondió y apretó con fuerzas sus labios al sentir la húmeda lengua de Valentino pasar por su cuello.

– Val... Yo... No quiero, lo acabamos de hacer antes de que el show empezara.

Tanto pronto que terminó de hablar, los dedos de Valentino se enredaron en sus cabellos y tiro fuertemente hacia atrás haciendo que su cabeza bruscamente bajara en un doloroso movimiento.

– Ah! ¡Val por favor! –pidió Angel.

– No me interesa, yo decido que hacer contigo y su yo quiero cog3rte hasta 40 veces en el día tu obedecerás y cierras la boca.

Angel lo miro con sufrimiento y rabia. Sus cabellos fueron jalados de nuevo con más fuerza hacías atrás que sintió que su cuello se quebraria en cualquier momento.

Sintió las lágrimas acumularse en sus ojos y por ello su vista se nublo.

Valentino sonrió con descaro al verlo tan indefenso a su merced.

– ¿Quieres que te lo deje más claro?

Angel negó lentamente por lo tanto que se le dificultaba moverse ya que aún lo sujetaba.

Valentino soltó bruscamente su cabeza haciendo que Angel hiciera una mueca de dolor y presionó su cuerpo contra la pared, Angel soltó un pequeño grito de dolor al sentir como levanto sus piernas y al mismo tiempo sin ninguna pizca de suavidad lo había penetrado.

Comenzó a embestirlo con agresividad, las manos de Valentino viajaron desde sus cabellos a sus brazos enterrando sus uñas, después procedió a besar su cuello y lo mordía.

Angel sólo gritaba y sollozaba. Gruesas lágrimas caían de sus ojos y sentía la piel de su cuello ser mordida con violencia. Sabía que dejaría marcas. Pero eso también podía soportarlo.

Había trabajado tanto para que su cuerpo y su mente se acostumbraran a lidiar con este dolor.

Se sentía mucho mejor cuando estaba dr0gado, ese polvo fino blanco lo hacía sentir aliviado por momentos y lo hacía olvidar de todo lo que había pasado aquel día, pero también ese hotel... Ese hotel era su lugar seguro.

Cuando se sentía tan mal consigo mismo de tener esa vida, de las drogas, del alcohol, de toda su maldita vida de m1erda, el hotel... Era su hogar.

Dile Que Eres Mío - Husk x Angel (Huskerdust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora