Capítulo I

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19 de diciembre del 2022

Está noche tenía un show, era en una especie de boliche, pero algo ambientado a un Bar.
Me puse a buscar el vestuario correspondiente, una pollera con un tajo con la pierna derecha, de tela transparente, con un pequeño short que con cualquier movimiento me dejaba descubierta. En la parte del pecho un corpiño lleno de strasses, lentejuelas y mostacillas con unas mangas trasparentes en color rojo, del mismo tono que la pollera.
Eran las 6pm, pero debía ir a bañarme para llegar a tiempo.

Después de bañarme, me deje el pelo suelto, pero con los rulos definidos. Me maquillaje de color rojo los ojos, con delineado fino, y los labios con un rojo, pero más opaco, cerca de un bordo.

Me pasaban a buscar, así que no tuve problema en el traslado.
Me quedé mirando X por mi celular, viendo las novedades que podría traer, mi algoritmo estaba lleno de política, pero bueno, algo me iba a distraer.
Entre a las tendencias, un tal Santiago Caputo estaba ahí, chusmee por curiosidad, ya que el apellido era conocido.
Era un chico, o más bien, un hombre, por lo que leí tenía 38 y era divorciado. No voy a mentir, era lindo. Pero, no estaba en mis planes llegar a la política, así que cero chances.
Mientras veo todas las fotos que la gente subía, y a las chicas morboseandose por él, escucho la bocina fuera de mi casa, era el chófer que me habían enviado.

[...]

-¡Camila, bienvenida!- Escuché decir a una mujer cuando abrí la puerta del lugar.

-Hola Sara, muchas gracias.- dije entrando yendo a abrazarla. Sara fue una de mis compañeras de Danzas Árabes cuando éramos más chiquitas.
Ella actualmente no bailaba más, pero tenía este Bar y era organizadora de eventos de baile y música. Me invitó y como fuimos amigas por muchos años, no dude en aceptar.

-Que bueno que hayas venido, se vendieron todas las entradas de hoy.- Me contó emocionada.

-Si? Me alegra un montón, estoy algo nerviosa igual.- dije sonriendo.

-Mira quién lo dice.- nos reímos ambas.

-Bueno, te muestro el lugar si?- continuo. Yo sólo asentí sonriendo.

-Bien, este es todo el sector de la entrada, de este lado está la boletería convencional, y de este lado la VIP.-

La boletería normal era un pasillo no muy chico, de color negro, con una luces cálidas, el VIP era mucho más grande, con unas paredes como si fueran acolchonadas, en color negro. Una alfombra roja, y una luces led que iluminaban desde abajo. La VIP por lo que tenía entendido eran reservas que hacían la gente que también comía acá, o que eran figuras públicas que estaban en un diferente sector que al del resto.

-Este es todo el salón, más allá están las mesas y sillones del lado VIP y luego estás pasarelas por acá. Por allá está la barra de bebidas, el DJ de este lado, acá hay un sector de cortinas brillantes, para fotos y videos. Por acá hay un escenario si querés usar para bailar.- me explico.

El lugar era hermoso, el salón era sumamente grande, había algunos sofás con mesas, una alfombras como pasarelas, el sector del bar era amplio y con una estética preciosa, la zona vip tenía un pequeño escalón que lo diferenciaba del resto, había unas plantas de decoración, pero luego se repetían los patrones del salón en general. Había pantallas que se veían mientras se reproducía música. Y varias luces de colores en tonos rojos, violetas y amarillos.

-Bien, te muestro la zona del camarín, si?- me pregunta.

-Si, dale.- le respondí.

Me mostró varios camarines que tenían, como unos 5, yo compartía el mío con otras chicas más que hacían danzas arabes que ya conocía. Era mediano, de color blanco, con un espejo con luces, una mesa bastante amplia grande, y 2 sillas, al costado había un sofá, y también un estante para apoyar bolsos y demás.

-Bueno, son las 7 y media, a las 8 se abren puertas sabes. A las 11 van a empezar a salir, vos sos la primera, está bien?- me pregunta.

-Si, dale, esta bien, gracias.- me sonríe y se va. Me quedé sola hasta que llegó una de las chicas, y nos empezamos a preparar.

[...]

-Damas y caballeros, queremos pedir su atención, ya son las 11 de la noche, eso significa, que es la hora de ella. De nuestra invitada de honor, Camila Carter. Fuerte ese aplauso.- escuché mi nombre ser mencionado por el conductor, y un mundo de gente con aplausos, era el momento de salir.

Baile encima del escenario por 3 minutos aproximadamente, sentía todas las miradas puestas en mí. Cuando terminé, todos aplaudieron. Era el momento de ir al público, inicie desde la zona normal, con la gente, había muchos hombres, pero también mujeres, ellos se limitaban a mirarme, algunos con deseo, otros con admiración, la mujeres solían levantarse para bailar conmigo, unas lindas. Me saque varias fotos con la mayoría, también me grababan. Esa zona paso bastante rápida aunque me gustaba. Fui a la zona VIP, para mi desgracia no había ninguna mujer, solamente hombres. Fui a una mesa en la que había unos muchachos que reconocía, uno era Agustín Romo y Marra, con 2 chicos más.
Con Agustín siempre interactuabamos por X, y Marra, ya ni me acuerdo porque lo conocía. Cómo me daba un poco de vergüenza acercarme a la gente que si conocía, me límite a ir con lo que no, y me acerque a un tal "Santiago". Lo sé porque cuando me acerque y me dirigí hacía el Romo tiro un comentario diciendo "esa Santiagoooo", y el sólo lo miró serio. Luego me miró a mí, yo estaba moviendo las caderas, así que su atención fue a esa parte de mí. Cambié el paso y en ves de moverlas bruscamente, las empecé a ondular como si fuese una serpiente, e involuntariamente lo agarre de los hombres, su mirada fue tensa pero no incómoda. Dejo de prestarle tanta atención a mi cuerpo, y busco mis ojos.
Chocamos miradas.
Nos unió la conexión.
Sus ojos eran imponentes, me miraba con una especie de deseo y admiración. Su cabeza ladeaba y me miraba con una sonrisa que enamora. Que hombre.

-Que hermosa que sos.- Rompió el hielo.

Me detuve por la emoción. Di una risa ahogada.

-Gracias, amor.- Fueron mis últimas palabras antes de irme de esa parte.
Nunca en mi vida sentí vergüenza al bailarle a alguien. Pero su mirada encima mío lo generaba.

El Modelo Perfecto | Santiago Caputo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora