El Modelo Perfecto | Santiago Caputo

Capítulo II

Eran las 10 de la mañana, ya estaba en casa. Había llegado a las 3am a mi casa. El show de anoche había sido muy divertido, a excepción de ESA persona, que aún me daba curiosidad.

La noche había sido tranquila, una vez que baile con el público, me sacaron algunas fotos los fotógrafos, y me puse hablar con algunas personas que se me acercaban. Recuerdo que después de un rato, cómo a las 1am ya estaba cambiada con un vestido negro brilloso pegado al cuerpo, ya que tenia un poco de frío. Estuve en la barra un rato, y luego converse con algunas personas.
También pusieron música y fue hora del baile, no baile demasiado, pero me moví.

Hoy tenía clases de danza en mi Academia, por la tarde.

Me dispuse a hacer ejercicio, cocinar el almuerzo, bañarme, usar la redes y seguir. Estuve viendo instagram y subiendo algunas historias con el material de la noche. Mis seguidores habían aumentado. La mayoría hombres. Lamentablemente.

[...]

Fui en Uber hasta la Academía, eran las 17:30hs, e iba a estar ahí hasta las 19hs.

La clase fue normal, con mucho trabajo ya que nos estábamos preparando para una competencia en Corrientes en unos meses.

Íbamos a bailar un Árabe Tango, una fusión entre justamente, La danza Árabe y el Tango Argentino. De mis combinaciones favoritas.

A la hora en la que finalizó la clase, las chicas se fueron y quise quedarme un rato más ya que estaba inspirada. Y para mantener la mente despejada, ya que sabía que a la vuelta a casa lo único que iba a querer hacer era pensar en ese hombre.

Pasaron unos 20 minutos más o menos desde que estaba bailando sola, hasta que sentí una figura masculina posada en la puerta.
Lo miré, y estaba ahí. Apoyado, mirandome, como si lo único que pretendiera era eso.
Sentí que mi corazón aumento su ritmo mucho más de lo que ya estaba alterado.

-Hola hermosa, cómo estás?- dijo sereno, con una sonrisa. No pude responderle ya que él hablo por encima.

-Esta abierto? El cartel dice que estaba abierto hasta las 19hs pero la puerta estaba abierta.-

Me costaba formular una palabra, o siquiera pensar ordenadamente que decirle.

-Para vos siempre está abierto, no te hagas problema.- Me miró algo asombrado, yo también lo estaría. No nos conocemos, y yo lo estoy invitando a que pase cuando quiera.

Emití una pequeña risa, y me acerque a él diciéndole "disculpame". Y me puse de puntitas para poder darle un beso en el cachete. Cuando me acerque me agarró de la cintura. Sentí lo mismo que había sentido en el Bar. Esa conexión romántica pero sexual sentía cosquillas en todo mi cuerpo y la idea de ser suya me atraía muchísimo más.

Me separé de él y nos miramos, como si estuvieramos intentando comunicarnos con la mirada. Esto se terminó cuando escuché una voz de fondo que nos asustó a ambos.

-Santiago, ya salió Camila?- se escuchó la voz de una chica joven.

Automáticamente me separé yo de él, aunque antes de separarme sentí que no quiso soltarme.

Se escucharon paso acercándose, y el responde.

-Euge, si, estamos acá, vení.- Euge?