[✓] ❛️️️️❛ BECOMING LADY MALFOY ❞ - (Ao3 Traducción)

CAPÍTULO 37.

CAPÍTULO 37.

Hermione se estiró mientras su cerebro despertaba lentamente.  Se sentía como si hubiera dormido durante mucho tiempo.  Era una de esas mañanas maravillosas en las que se despertaba revitalizada y renovada.  Por la luz de la habitación, se dio cuenta de que era muy temprano.  Los Malfoy todavía dormían a ambos lados de ella, Draco tumbado como siempre y Lucius de alguna manera majestuoso en reposo.  El reloj confirmó que era temprano, pero Hermione estaba segura de que estaba despierta y no podía volver a dormir.  Todos se habían ido a dormir muy temprano.  Ella había estado agotada, al igual que los Malfoy.  Hermione quería evitar despertarlos a toda costa y se quedó quieta un rato.

Hermione sintió una lengua como papel de lija en su mano y miró hacia abajo para ver una bola de pelusa blanca y negra.  Su pequeño gatito estaba acurrucado entre ella y Lucius, y parecía estar despertando también.

—Hola, pequeña—, susurró Hermione.  El gatito dio un suave maullido y golpeó su cabeza en la palma de su mano, haciendo que Hermione sonriera y comenzara a rascarle detrás de las orejas.  —Necesito un nombre para ti, ¿no? ¿Cómo quieres que te llamen?

El gatito seguía mirándola fijamente, con su adorable cara aplastada.

—¿Qué tal Gabriel, porque eres una cosita angelical?—  Ofreció Hermione.  No hubo respuesta.

—¿No? ¿Qué tal Fluffy Fluffkins, porque eres demasiado adorable?— Hermione continuó.  Habría jurado que la mirada del gatito se volvió fulminante y desdeñosa.

—¿Demasiado? Muy bien, pequeño diablo, ¿qué tal Barnabas?— Hermione se burló.  El gatito dejó escapar un fuerte maullido.  —¿Quieres que te llamen Bernabé?

El gatito volvió a golpearle la mano con la cabeza.

—¿Estás seguro de que no quieres un nombre menos... demoníaco?— preguntó Hermione.  —¿Quizás algo como Calabaza?

El gatito le mordió el dedo ante su sugerencia, haciéndola gritar levemente.  Miró a sus prometidos para asegurarse de que todavía dormían.

—¡Está bien, está bien! Barnabas será— resopló Hermione en voz baja, inspeccionando su dedo mordido.  Bernabé no se había roto la piel y ahora ronroneaba sobre su nuevo nombre.

Hermione inspeccionó sus manos y no vio rastro de sus quemaduras.  Su piel ya no era rosada, sino que había vuelto a su color normal, si no un poco pálida porque era nueva y no había tenido sol.  Su estómago retumbó tan fuerte que Hermione miró para ver si había despertado a sus compañeros de cama.  Felizmente, siguieron durmiendo y Hermione se alegró de que estuvieran descansando mucho.  Hermione se incorporó hasta quedar sentada y lentamente se liberó de las mantas para poder bajar a los pies de la cama.  De esa manera, no molestaría ni a Malfoy en su camino al baño.