𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎𝑟𝑠𝑒... 𝑛𝑖 𝑠𝑖𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑎 𝐶ℎ𝑎𝑟𝑙𝑖 𝑜 𝐴𝑙𝑎𝑠𝑡𝑜𝑟... 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝐴𝑙𝑎𝑠𝑡𝑜𝑟.
𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦
Lucifer queda embarazado pero nadie sabra de esto
El tiene que ocultar esto
Nadie puede ente...
-¿Creíste que me olvidaría de tí?-Dijo con un tono retador entrecerrando los ojos.
Desde hace casi 11 semanas que se había olvidado por completo de el.
Pero ahí estaban, frente a frente para terminar lo que abia empezado.
El viento se filtraba por las ventanas su oscura capa se movía al ritmo de este.
Lo tomó del cuello mientras engrandesia su sonrisa, arrojandolo a aquella bolsa en donde ya se encontraban una pequeña montaña de cosas.
Estaba tan enfocado en sus problemas y en aquel mensaje que se distrajo de su objetivo.
Acercándose a una figura femenina le arrojó le bolsa esperando que hiciera su trabajo.
"¡El mameluco del señor pato es mío!"
Grito internamente con euforia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las luces encandilaban sus ojos provocando que pestañara repetitivamente, cubriendo su vista con su brazo volteo hacia el contrario dedicándole una sonrisa y guiñandole el ojo.
Alzaron sus copas en un pequeño brindis y hacercaron sus bebidas a sus labios.
Tomando un sorvo de su vino se relamio los labios mirando fijamente al gato al frente suyo.
-¿Qué es lo que ves?-Le preguntó con aburrimiento.
-l'amore della mia vita-Dijo sin pensar en sus palabras causando que el felino abriera ligeramente sus ojos.
Al notar lo que salió de su boca solo se voltio avergonzado mirando hacia el abismo.
Husk río cambiando su semblante a una pequeña sonrisa mirando hacia el mismo punto que el arácnido.
Las luces del infierno se veían tan pequeñas desde la azotea del hotel, como un campo eléctrico, en ese momento pensar en los peligros que abia en el era imposible pero era la verdad, era un campo minado esperando por atacar.
-Angel-llamo el de pelaje monocromático, pero fue interrumpido por el mencionado.
-Anthony-
-¿Qué?-
-Anthony, ese es mi nombre-Dijo aún mirando hacia el pentágono.
Se quedó mirando hacia el contrario, su hermoso perfil, esos enormes ojos y como reflejaban la luz, la de la ciudad, las que estaban colgadas por la azotea y la de las estrellas, su hermosa sonrisa y como miraba enbobado el paisaje infernal.
-Te amo-
A currucados entre la sabana que cubría el frío suelo y las calidas almohadas.
Un pequeño picnic en la azotea, lo único que se podía escuchar era el viento y los ronroneos de aquel alfa.
Dormidos uno contra el otro, haci dio fin ese hermoso momento.