𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎𝑟𝑠𝑒... 𝑛𝑖 𝑠𝑖𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑎 𝐶ℎ𝑎𝑟𝑙𝑖 𝑜 𝐴𝑙𝑎𝑠𝑡𝑜𝑟... 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝐴𝑙𝑎𝑠𝑡𝑜𝑟.
𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦
Lucifer queda embarazado pero nadie sabra de esto
El tiene que ocultar esto
Nadie puede ente...
El tiempo se estaba acabado, la última semana de los dos meses había empezado, pero Lucifer ya había tomado una decisión.
Alastor caminaba por los pasillos del hotel hasta llegar a una sala cerca de la cocina.
Su traje se engancho en una mesa tirando un jarrón que habia ensima de esta y rasgando la ropa del venado.
Lo último le molesto mucho sin embargo tuvo que priorizar el jarrón.
-¿Papá que haces aquí?-Se escuchó la voz de Charli desde la cocina.
-Solo estoy cocinando-Se oyó al rey.
-Siempre cocinas pero ya llevas días comiendo fruta-
Y Charli tenía razon, el soberano cocinaba para los amigos de su hija sin embargo Alastor también noto que Lucifer solo comía fruta y almendras y casi nunca comía carné.
-Buenos días, ¿interrumpo algo?-Saludo con su típica voz de radio.
-Para nada Alastor, Vagi y yo iremos al barrio caníbal más en la tarde ¿Crees poder encargarte del hotel?-
-Telo dije ayer querida, tengo todo controlado, ve y disfruta de ese restaurante con tu novia-
-Gracias Alastor-Dijo mientras ayudaba a su padre a acomodar la mesa -Voy a llamar a los demas-
Se retiró dejando a Lucifer y Alastor solos.
-Veo que se encuentra más alegre de lo normal-Destaco el venado.
-Tu plato ya está en la mesa-Menciono sonriente y alegre aunque nervioso.
Pues desde que decidio quedarse con el bebé se había sentido raro el estar serca del contrario.
Sabiendo que todo sería llevado en secreto, convivir con Alastor tan comúnmente le provocaba una sensación de incomodidad y sierta molestia por no revelar su embarazo.
Pero ya abia tomado una decisión
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Se pasó por un mueble con un tazón de frutas perteneciente al rey y tomó una manzana hasta llegar a un pasillo específico.
Pasaba la mirada por todas las estanterías de aquella vidriera mientras se llevaba la fruta a la boca, cada que la veía una nueva placa aparecía debajo de uno de los patos con el nombre del pecador asignado.
Siempre que un demonio era redimido su nombre era colocado en aquella vitrina, mostrando su logro y victoria.
Aveses se preguntaba si alguna vez alguien podría leer su nombre en esas letras plateadas, si alguna vez su nombre estaría en una placa.
-¡Angel!-Grito un felino acercándose.
Desviando su atención del mueble hasta el gato, lo saludo con una sonrisa de mejilla a mejilla, dejando caer el fruto rojo de sus manos.
-¡Husky!-Se abalanzó contra el de pelaje oscuro abrazandolo con fuerza mientras apretaba su rostro entre el cuello ajeno y su cabeza para aspirar la mayor cantidad de feromonas posibles.