Capítulo 11.

116 17 10
                                    

Han pasado meses desde aquel día en el que Checo me pidió que fuera su novio. Sinceramente, los días junto al pecoso van de mejor en mejor, a su lado es imposible pasar penas porque siempre nos estamos riendo de cualquier cosa, por más insignificante que esta sea. Además, siempre estamos mimándonos, incluso en el paddock nos escondemos para poder comernos a besos o incluso más que eso.

Nuestras semanas básicamente iban casi todas similares. Durante las semanas de carrera Max era quien lideraba mientras que los demás luchábamos para conseguir puntos y como era de esperar, este terminó siendo campeón, seguido por Checo y luego por mi.

Por un momento, Max se mostraba de una forma molesta con Checo, pero fingía en cámara, pero luego volvía con los malos tratos hacia el pecoso, que poco a poco con el tiempo fueron cesando cuando Checo se mantuvo firme y no cayó en su juego, supongo que es porque Max se terminó aburriendo o simplemente entendió que nuestro amor era más fuerte.


━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━


Me deslizo por las sabanas en busca de mi pecoso, pero al no encontrarlo me levanto asustado, buscando con la mirada, pero no habían rastros de él, sólo estaba Roscoe, quien me miraba molesto por haberlo despertado.

—¿Amor?

Pregunto sin obtener respuesta, por lo que camino hacia la cocina que se encontraba totalmente desierta.

Que raro, siempre me despierto y levanto antes que Checo, como que eso de levantarse temprano no se le da.

Cuando estoy dispuesto a enviarle un mensaje, escucho tres golpes en la puerta y camino hacia esta para abrirla y encontrarme con Max.

—Max... —murmuro.

—Hola, Lewis. —sonríe con su manos aferradas a las asas de su mochila.— Eh, bueno, ¿podemos hablar?

—No creo que sea una buena idea, Max. —niego lentamente.

—Por favor, prometo que no pelearé ni nada de eso. —susurra.— No tardaré más de 5 minutos.

Suspiro.

—Pasa. —digo.— Me iré a poner una camisa.

Camino rápidamente hacia la habitación, tomando una camisa que se encontraba en el suelo, y aunque fuera del pecoso, me la puse de todas formas, recibiendo todo el olor de este.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres hablar? —pregunto apenas vuelvo a la sala.

—Bueno, ¿Checo no está? —pregunta.

—No, salió.

—Ojalá estuviera, me gustaría decirle esto a los dos.

—Tardará en volver. —miento, no sé ni donde se metió.

—Eh, yo, Lewis. —su voz es temblorosa.— Quisiera pedirte disculpas por todo el daño que te he hecho-—dice pasando sus dedos por su oreja, acomodando sus corto cabello.

—No tienes que pedir disculpas por nada.

—Lo tengo que hacer. —suspira.— He estado yendo a terapia, todo este tiempo lo he estado haciendo. —se queda en silencio, puedo escuchar su respiración agitada.— Debí haber ido cuando me lo pedías, sé que me lo pedías porque querías ayudarme y nunca quise porque me daba miedo afrontar mis miedos y traumas, y siendo sincero, me arrepiento en no haberlo hecho antes, quizás así nunca te hubiese perdido.

—Max... —susurro.

—Pero tampoco podía abusar más de ti. —se apresura a decir.— Sé que por amarme y querer ayudarme te dejaste de amar a ti mismo y nadie merece eso, y en serio lo lamento. —su voz se quiebra.— Lamento tanto haber roto la promesa de amarte, lamento muchas cosas y sé que es tarde para hacerlo, pero no para pedir perdón.

—Max, no tienes que pedir perdón. —suspiro.

—Claro que tengo que hacerlo. —dice.— No sólo debo pedirte perdón a ti, sino que también a Checo. No sólo los insulté, sino que a los dos los golpeé por arrebatos.

Siendo sincero no sé que decir, muchas veces soñé con este Max, pero me es raro tenerlo frente a mi pidiéndome disculpas.

—Me alegra mucho saber que encontraste a alguien que de verdad te merezca. —sonríe.— Checo es un buen hombre.

—Lo es. —asiento. —Y qué hay de ti? —pregunto.

—Estoy bien con Kelly. —dice.— Aprendí a quererla, es complicada, más que yo, pero creo que nos entendemos. —sonríe.— Pero a quien realmente quiero demasiado es a P. Esa pequeña se ha transformado en mi todo, ¿sabes?

—Se nota que te quiere mucho.

—Lo hace, y yo a ella. Me prometí hacerla feliz y no hacerle lo que mi papá me hizo a mi.

—No sabes lo mucho que me alegra que hayas pedido ayuda.

—A mi también. —suspira.— Siento que me saque un peso muy grande de encima, me di cuenta de que mi papá estaba viviendo su sueño frustrado en mí y no estaba feliz por mí, sino por él. Pienso que de cierta forma él me convirtió en un monstruo y lamentablemente no pude defenderme de eso porque era un niño.

—No debiste haber pasado por eso.

—Lo sé, pero es lo que me tocó. —se encoge de hombros.— Por eso quiero ser un buen padrastro para P, y si en algún futuro tengo hijos, quiero ser el mejor papá para ellos, no quiero cometer los errores de mi padre, no quiero que mis hijos pasen por lo que nos tocó pasar con mi hermana. Aún tengo mucho que sanar y es más complicado de lo que parece, y bueno, una de las cosas por las que debía comenzar era pidiéndoles perdón, sobre todo a ti.

—Puede que el sanar sea difícil, Max, pero podrás hacerlo, confío en que podrás lograrlo.

—Gracias, Lewis. —sonríe, pero esta vez su sonrisa es diferente, pareciera que es un niño inocente quien lo hace, sus ojos azules brillan más que nunca.— Gracias por apoyarme a pesar de todo, por haberme cuidado y por intentar ayudarme a pesar de mi negativa. Eres una persona demasiado importante en mi vida, siempre lo serás.

—Tu también lo eres para mi, Max, lo sabes. —sonrío.— Estoy feliz por ti.

—Bueno, ya me voy, pero te quería dar esto. —dice sacando de su mochila una caja pequeña y un sobre.— Feliz cumpleaños, Lew. —sonríe y tomo las cosas.— Ábrelos cuando me vaya, por favor.

—Gracias, Max. —digo acercándome a él para abrazarlo.

—No agradezcas. —mantiene su sonrisa.— Ahora si me voy, le prometí a Penélope salir a caminar a la playa.

Luego de que Max se marcha, me siento en el sofá para abrir la caja, encontrando en esta un par de pendientes, uno de Roscoe y otro de Coco. No puedo evitar sonreír al ver lo lindo que son. Abro el sobre, encontrándome con una carta.

"Lewis:

Escribir estas palabras es, sin duda, uno de los actos más difíciles que he tenido que hacer, no porque no sepa que decir, sino porque admitir que es el momento de decir adiós, duele en lo más profundo de mi ser. Lewis, desde que entraste a mi vida, todo adquirió un nuevo color, un nuevo sabor, las risas y las conversaciones nocturnas, las aventuras compartidas, todo se grabó en mi corazón como un tatuaje indeleble, y aunque no supe valorar todo lo que me diste en su momento, puedo decir que he aprendido que el amor no siempre significa caminar juntos en la misma dirección, a veces, amar es saber cuándo es el momento de soltar, aunque duela.

Quiero que sepas que este adiós no significa que te olvidaré o que los recuerdos que hemos creado juntos se desvanecerán, este adiós significa que estoy eligiendo un camino para que me termines de perdonar por completo y que con el tiempo podamos ser buenos amigos y mirar atrás no con tristeza, sino que con gratitud por lo que fue y por lo que aprendimos el uno del otro."

Por fin Max está sanando su niño interior y está dejando todo el dolor atrás.

Good Feeling About You - Lewstappen / ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora