Capítulo 4.

175 25 4
                                    

Cuando pienso que todo volvería a estar bien con Max, vuelvo a equivocarme. Y no lo digo porque me volvió a tratar mal o algo por el estilo, pero no veo la necesidad de que siempre que esté frente de mí, tome a Kelly y le meta la lengua hasta el esófago, sinceramente, no comprendo porqué hacerlo si supuestamente es una pantalla para su padre, el cual nunca está presente cuando estos dos se besan.

—¿Eso es lo que quieres para tu vida? —pregunta el mexicano tras de mí.

—Oh, apareciste. —digo un poco molesto.

—Responde, ¿eso es lo que quieres para tu vida?

—No, Checo, no es lo que quiero, pero ya no sé qué hacer, ya no sé qué más hacer para que Max no me duela y para sacarlo de mi corazón.

—Sabes perfectamente lo que tienes que hacer, pero no quieres. —dice encogiéndose de hombros.

—No, no lo sé. —gesticulo con mis brazos.— No sé por qué le sigo creyendo.

—Porque estás enamorado, eres muy buena persona y un poco pendejo.

—Gracias. —bajo la cabeza.— ¿Por qué te importa tanto?

—Porque me importas tú, porque eres mi amigo y te estimo. —dice de forma rápida, con algo de nerviosismo.

—Checo, lo agradezco, pero es mejor que ya no te metas, no quiero que terminemos molesto por esto.

—Bueno, cómo lo desees, sólo intentaba protegerte. —la expresión del mexicano cambió de una forma drástica, pude notar lo molesto que se puso ante mi petición.

Simplemente se dio la media vuelta y caminó hacia donde se encontraban Lance y Charles.

—¿Estás bien? —se acerca el holandés cuando ve que Checo se aleja de mí.

—Sí, estoy bien, ¿y tú? —pregunto fingiendo mi mejor sonrisa.

—Sí, un poco aburrido con Kelly, ya sabes, esto de fingir. —suspira.— Es algo aburrido.

—Claro, me imagino. —asiento lentamente con la cabeza.

—¿Nos vemos hoy, amorcito? —pregunta en voz baja.

—No creo que pueda, Max, tengo algo de trabajo. —miento.

—Si quieres te espero. —dice cruzándose de brazos.

—Es mejor que vayas a descansar, ya sabes, tardaremos por lo del coche y ver qué podemos mejorar.

—Comprendo, nos veremos después entonces.

Volvió donde su supuesta novia falsa, quien lo abrazaba y besaba como si de ello dependiera su vida, Max por su parte, parecía bastante cómodo en los brazos de ella.


━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━


Agradezco enormemente estar en la paz de la habitación del hotel. Muchas veces el caos de los fans, el caos de la carrera y todo lo que conlleva esto cansa más de lo que uno se podría llegar a imaginar.

Una ducha, algo liviano para cenar y, a deslizarme por las sábanas se ha dicho para dormir se ha dicho, quizás es lo mejor para dejar de pensar tanto por un momento.

Pero como no todo en mi vida puede ser paz, mi teléfono comienza a vibrar con varios mensajes que llegan a la vez... mensajes de Max... Mensajes de él y Kelly manteniendo relaciones con un pie de texto que decía: "Cómo no quisiste que nos viéramos, tuve que cogérmela. Pero no te sientas mal, lo hice pensando en ti."

El asco que sentí en ese momento fue horrible, a tal punto que tuve que ir al baño a vomitar, ni siquiera tuve el valor de tomar mi celular y borrar aquella barbaridad que Max había hecho. ¿Por qué enviarme eso y por qué exponer a Kelly de esa forma? Si está bien, quizás no sea del agrado de todos, pero no merece que le haga eso.

Sólo pude coger un abrigo, mis zapatillas y salí de la habitación. Olvidé el móvil, la televisión prendida, pero no quería estar ahí, no puedo estar sólo en estos momentos o la ansiedad me comenzará a comer.

No supe dónde más ir, sólo pude pensar en una persona en ese momento, y a pesar de que le pedí que no se entrometiera más, lo necesito, necesito que me abrace.

Conforme iba acercándome al hotel de Checo, las lágrimas poco a poco rodaban por mis mejillas, mi corazón parecía latir a mil por hora y mi garganta y pecho se sentían tan presionados que en cualquier momento vomitaría nuevamente.

No sé como, pero en cosa de minutos estaba golpeando la puerta del mexicano con rapidez, mis piernas parecen que en cualquier momento me traicionarán y me desplomaré en el suelo.

—¿Lú? —pregunta el mexicano apenas me ve, tallándose los ojos.

No puedo hacer nada más que acercarme a él y abrazarlo con fuerza mientras lloro con desesperación.

—Tranquilo. —suspira con pesadez, cerrando la puerta.

—Necesito alejarme de Max. —digo con algo de dificultad.— Quiero olvidarlo, quiero que me deje de doler, ya no quiero sentirme así.

—Tranquilo, Lú, respira. —suaviza su voz.— Necesito que te calmes un poco y me expliques qué pasó para poder ayudarte.

Luego de un momento en el que me mantuve llorando en los brazos de Checo, y calmarme, pude comenzar a comentarle lo que había pasado.

—Max me pidió que nos viéramos y no quise, no sé, estaba molesto por cómo se estaba comportando con Kelly. —suspiro.— Ahora me iba a acostar y recibí varios mensajes de él, y por un momento pensé que sería cualquier cosa, pero no...

—¿Qué te envío? —pregunta.

—Fotos y vídeos de ellos dos manteniendo relaciones.

—¡Qué hijo de puta! —dice molesto.

—El último mensaje decía algo de que como no quise que nos viéramos, se la tuvo que coger, pero que lo hizo pensando en mí.

—Lo lamento tanto, Lewis. —posa una mano en mi espalda, acariciándola con suavidad.— Te lo intenté decir muchas veces, de cosas así te quería proteger.

—Pero no quiero molestarte, Checo. —suspiro.— Lamento haberte dicho que no te entrometieras, cuando sé que lo haces por cuidarme.

—Tranquilo, yo te entiendo. —sonríe.

—Ya debería irme, es tarde y necesitas descansar.

—No es necesario que lo hagas, Lú, puedes dormir aquí, es peligroso que salgas tan tarde. —se levanta, haciendo una seña con su cabeza.— A mi no me molesta.

—¿Estás seguro? —pregunto.

—Sí, además, parece que saliste con el pijama.

—Bueno, sí. —río.— Está bien, me quedaré aquí, además, está helado afuera.

—Hace mucho frío. —dice ordenando un poco las mantas para que me pudiese acostar.

Ambos nos acostamos en la cama, cubriéndonos con las mantas.

—Gracias, Chequito. —suspiro, volteándome para quedar frente a él.

—No hay de que, Lú. —sonríe.— Sabes que estoy aquí para lo que necesites.

Nos mantuvimos en silencio, no sé porqué, pero ambos nos mirábamos a los ojos, de vez en cuando nos sonreímos y así fue hasta que al pecoso poco a poco le fue ganando el sueño y comenzó a cerrar sus ojos, cayendo en un profundo sueño.

Es un poco divertido como duerme estirando su trompita y de vez en cuando frunce la nariz, como si estuviese peleando con alguien. Me entretuve un buen rato observándolo dormir, observando la inmensa cantidad de pecas en su nariz, que poco a poco se difuminan por su rostro.

La paz de aquel momento poco a poco me fue abrazando, metiéndome en un sueño profundo.

Good Feeling About You - Lewstappen / ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora