Capítulo 6.

176 29 10
                                    

—Checo, me encantaría seguir durmiendo tan cómodo a tu lado, pero necesito hacer pis y también comer. —susurro, removiéndome con suavidad.

—No, no te vayas. —murmura adormilado, dándose vuelta, abrazando una almohada apenas salgo de la cama.

Acto seguido, camino al baño, donde hago mis necesidades, para luego lavarme la cara, desperezándome.

Que hambre tengo...

Quizás podría pedir algo para comer, porque en la pequeña nevera que tiene Checo, sólo tiene chocolates y agua. Así que procedo a llamar al servicio de habitación, pidiendo algo para desayunar, a pesar de ser un poco tarde.

Me siento en la cama, observando al mexicano que se encuentra profundamente dormido, su cabello está mucho más despeinado que antes, sus labios se encuentran ligeramente separados dejando ver un pequeño hilo de baba que amenazaba con caer a la almohada.

Con suavidad llevé mi mano hacia su cabeza y comencé a dejar lentas caricias sobre esta, peinando un poco su descuidado cabello.

Me tienta ver a Checo dormir de aquella forma tan pacífica... me tienta dejarle tiernos besos en sus mejillas, me tienta en dejar besos en sus labios, en su cuello y me tienta a más cosas que prefiero omitir por miedo...

Supongo que son sólo deseos carnales por el beso que nos dimos en la mañana, supongo que aquellas ganas aún las tengo dentro de mí, sin embargo, no puedo decir o hacer algo, porque eso sería jugar con él y no lo merece, además, sé que cuando salga de esta habitación comenzaré a sentir culpa por serle infiel a Max, cuando ni una relación formal tenemos y además, se acuesta con Kelly cada vez que se le da la gana.

Se supone que cuando amas a alguien no te acuestas con nadie más, ni siquiera besas a otra persona frente de quien amas, al menos yo no podría hacerlo, sin embargo, yo no soy Max y ese es el problema, quisiera que lo fuera para que en algún momento abriera sus ojos y viera la persona que soy.

¿En qué momento dejé de importarme y sólo comencé a preocuparme por él? ¿Por qué deje de amarme por él, cuando él ni siquiera lo hace conmigo?

Y si me hago todas esas preguntas, ¿por qué no soy capaz de responderme y arrancar de ahí? ¿Por qué en estos instantes soy capaz de abrir los ojos, pero cuando estoy frente a él los vuelvo a cerrar?

¿Cómo puedo salir de este hoyo?

—¿En qué piensas tanto? —pregunta con voz ronca.

—En nada. —suspiro.

—Tienes tus ojitos llorosos. —dice sentándose en la cama con un poco de dificultad.

—Tranquilo, estoy bien. —sonrío.

—Te conozco, Lewis, mejor de lo que piensas. —dice acercándose, posando una mano sobre mi mejilla.

Oh, ahí está de nuevo su calidez...

—Tranquilo, te prometo que estoy bien.

—Tus ojitos dicen otra cosa.

—Eres terco, eh. —sonrío.— Pensaba en Max, en como me deje de amar por él, en cómo sé que no me merece, pero aún así sigo ahí para él.

—Supongo que es porque sientes que lo puedes salvar y ayudar, cuando no. —dice frunciendo el ceño.— Y lamento decirte que no eres psicólogo, por ende, no puedes ayudarlo.

—Lo sé.

—¿Aún lo amas? —pregunta.

—No lo sé, Chequito. —digo con sinceridad.

Good Feeling About You - Lewstappen / ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora