II

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Pov (t/n)
Habían pasado algunas semanas desde la última vez que ví a aquel chico en la fiesta, había estado pensando mucho en él, pues había llamado mi atención. Me dirigía al centro de la ciudad con mi madre pues ambas iríamos de compras a la boutique, miraba por la ventana del carruaje mientras escuchaba a mi madre hablar.

—(T/n) ya tienes 18 años a mi parecer una edad más que adecuada para casarte... El general Antonio estaría encantado de recibirte en su familia como su esposa... Tus primas ya se casaron... Ya sabes que andan los rumores por ahí de la única solterona de la familia...

—Madre... Ya lo sé, ya lo sé... —me quejaba sin apartar la vista de la ventana, sabía que dentro de poco mi compromiso con Antonio finalmente llegaría a una boda, sin embargo aunque yo no estaba lista para esto, no podía hacer mucho para negarme, pues era decisión de mis padres. Mi madre parecía entender que en este momento no quería hablar de eso, así que simplemente bufó con molestia y desvío su mirada a la ventana.

Después de unos veintitantos minutos llegamos al centro, ambas bajamos del carruaje y mi madre ordenó al ginete recogernos para antes de la merienda, ambas caminábamos por las calles principales hasta llegar finalmente a la boutique, donde nos probamos zapatos y abrigos hasta encontrar uno que nos convenciera, era cuánto menos divertido venir de compras.
Mamá y yo la pasábamos bien cuando salíamos juntas, sin embargo últimamente era costumbre suya arruinar los momentos mencionando a Antonio, para mí mala suerte hoy no era la excepción.

—Ese abrigo te queda precioso... Llévatelo, en la cena con Antonio se te verá hermoso...

Rodé los ojos y la dependienta se encargó de ayudarme a quitarme el abrigo para empaquetarlo junto a otras compras. Salimos de la tienda con las compras y nos sentamos afuera de la iglesia mientras mi madre esperaba la misa de medio día.

—Y cómo fue que mi padre y tú se casaron?

Pregunté insistiendo en hacer plática con mi madre, ella sonrió soltando un suspiro nostálgico mientras observaba las palomas comiendo migas en el piso.

—Tus abuelos, que en paz descansen... Me comprometieron con tu padre cuando yo tenía 14 —Giró su mirada hacia mí y continúo —Al inicio yo tampoco quería casarme pero con el tiempo entendí que en este lugar, o te casas con alguien como Antonio, o terminas todo jodido como los sombrerudos esos...

Señaló a los campesinos harapientos que traían cajas de verduras a los puestos de las calles principales, la cara de mi madre era de desagrado puro y la mía no era muy diferente, me encogí de brazos dándole la razón a mi madre; finalmente las campanadas sonaron y mi madre se levantó para entrar a la iglesia.

—Ya sabes, te veo aquí después de misa, nada de demorar...

Asentí y caminé hacia las calles del pueblo, mi madre había dicho que como todo había salido bien en la última fiesta está vez tendría permiso para poder pasear un rato en el pueblo. Caminaba por las calles principales, observando los múltiples puestos de comercio que abarrotaban las calles, sostenía elegantemente mi larga falda con una mano mientras caminaba, de pronto alcé mi mirada y casi por obra del destino divisé aquellos ojos negros unos puestos delante de mí, para mi suerte y de nuevo por milagro del cielo su mirada cruzó con la mía, sin embargo aunque pareció alegrarse de verme parecía intentar esconderse entre la multitud de campesinos que hacían trueques y ventas.
Caminé rápidamente y el parecía acelerar el paso, solo veía sus cabellos negros entre la multitud.

—Javier! Javier por favor espera...

Gritaba suavemente mientras caminaba cada vez más rápido para alcanzarlo, pasando unos minutos unos campesinos abarrotaron el lugar nuevamente cargando cajas y costales, alcancé a Javier quien estaba atrapado entre la multitud.

—Javier... Buenas tardes...

Dije con voz entrecortada intentando recuperar el aliento después de esa carrera por alcanzarlo

—No sé de quién hablas... Quién eres?

Sus ojos me miraron seriamente y sus labios se cerraron con fuerza como si no quisiera hablarme, lo miré sorprendida y al no responderle Javier se dió la vuelta para caminar, sin embargo lo jalé de la manga de su camisa con un agarre un tanto rudo lo que hizo que su prenda se rasgara un poco, se dió la vuelta y me miró molesto, sin embargo mi cara cambiaba de una de sorpresa a una de repudio al darme cuenta de que iba vestido como todos los campesinos, mire su camisa de manta rasgada, sus pantalones igual de manta sucios, sus huaraches desgastados y su sombrero agujereado de un costado.

—Lo siento...

Fue lo único que alcancé a decir mientras lo soltaba lentamente aún con mi expresión de repudio. El hizo una mueca de enfado y parecía querer desaparecer de ese lugar, él comenzó a caminar alejándose de mí sin embargo mi incredulidad me hizo seguirlo hasta casi llegar a una orilla solitaria llena de arboles áridos y tierra seca, él se giró nuevamente y me miró algo molesto.

—Tienes la manía de seguir a las personas o algo? — Preguntó notablemente enojado.

—No, lo siento... Es que no entiendo, pasó algo? Estás bien Javier?... Si fueron los campesinos quienes te robaron yo puedo hacer que paguen lo que te hicieron...

—Robarme? Jajajaja

Me quedé desconcertada ante su interrupción, él se quitó el sombrero y recargandose en la pared se secó el sudor de su frente

—Estás mal, chula... —Me miró —Los que roban son los tuyos... O qué no sabías de dónde vienen todas tus joyas, las telas de tus vestidos...? La gente como tú nos paga una miseria por nuestro trabajo...

Respondía cada vez más molesto, sin embargo mi cara era totalmente de incredulidad, no tenía idea de qué estaba hablando, Javier pareció notarlo pues suspiró pesado y simplemente regresó su mirada al horizonte, después de unos segundos al fin pude pronunciar palabra.

—Pero en la fiesta, llevabas un traje... tus zapatos eran nuevos y...

Me interrumpió de nuevo, negaba con la cabeza mientras sonreía con coraje en su semblante

—No tienes idea de como funciona esto... —rió sarcásticamente aún negando con la cabeza.

—Bueno, entonces explícame... Mira yo rompí tu ropa, me dejarías repararlo?

Se acercó a mi y cruzándose de brazos me miró como examinandome, su mirada de enojo cambio al darse cuenta que de verdad estaba totalmente confundida y que ya no lo miraba con repudio si no con curiosidad. Asintió y ambos caminamos hacia la boutique sin decir palabra.




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Gracias por leer uwu
See ya~!
By: Miyu :D



"La Calandria" (Javier x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora