III

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Pov (t/n)
Entramos a la boutique juntos y la señora del mostrador se notaba algo molesta con la presencia de Javier ahí, sin embargo a él parecía no importarle mucho, pidió probarse algunas cosas y yo lo esperé mirando algunas cosas en el mostrador, no me había percatado que casi era hora de volver con mi madre; al cabo de unos minutos Javier salió vestido con un traje de lino y un sombrero a juego.

—Te queda bien... —Dije mientras observaba como el traje ajustaba justo en su cuerpo, no podía evitar pensar que era atractivo, sin embargo intentaba no demostrar mi atracción por él. —Bueno, quizá con unas botas quedaría mejor...

Javier entendió rápidamente que debía escoger un nuevo par de botas, sin decir palabra eligió unas botas de cuero color café, se las probó y quedaron fabulosas con su nuevo traje, pagué la cuenta por su nuevo atuendo y al salir me dí cuenta que ya era bastante tarde, a esta hora debería ir en camino a casa con mi madre, una expresión de preocupación apareció en mi rostro, y Javier lo noto rápidamente.

—Dios... Debería ir en camino a casa, mamá estará furiosa... —Comencé a caminar rápidamente por las calles del lugar, Javier me seguía sin decir palabra, cuando llegamos a la iglesia comprobé que mi madre ya había partido y no había rastro de que me estuviera esperando. —Cómo voy a volver... En el lío que me voy a meter si Antonio se entera...

—Porqué no me dijiste que tenías que estar de regreso?... —dijo Javier algo preocupado mientras se sentaba en la Jardinera de la iglesia. —Aunque fuiste tú quién me siguió —Suspiró y soltó una pequeña risita

—Te parece gracioso no? —respondí en tono molesto y me senté a su lado. —Sabes de alguien que me pueda llevar?

—Si, sé de alguien... Pero no se vaya a enojar tu novio, güerita... —se rió de forma burlona mientras dejaba su sombrero a un lado. Lo miré aún molesta y él parecía disfrutar de mi reacción. —Tan bonita que estás y con ese viejón...

Mi respiración se cortó por un segundo al escuchar su cumplido, sin embargo retomé mi posición de molestia sin dejarle notar que me había gustado que me llamara así.

—Tengo un caballo, te llevo si quieres...
Lo miré con los brazos cruzados sobre mi pecho, estaba molesta por la situación sin embargo sabía que había sido completamente mi culpa.

—Hmmmm... Si no es mucha molestia... Quizá... —Hablé de manera calmada intentando ser cortés como siempre se me había enseñado sin embargo Javier soltó otra risita.

—Hablas así todo el tiempo? —Se puso el sombrero y se levantó de la jardinera, me extendió la mano ayudándome a levantarme.

—Y cómo se supone que hable?

—Pues, no sé... No soy uno de los Generales con los que sales... Nomás hablame sin tantas vueltas... —comenzamos a caminar juntos mientras hablábamos.

—Para tú información, no saldría con ningún hombre si no fuera por mis padres. Todos son igual de arrogantes y presumidos.

—Todos? —preguntó riendo como adjudicándose lo que acababa de decir y a la vez intentando refutarlo.

—Sí, todos... —dije está vez en un tono que denotaba que ahora sí estaba hablando de él. Javier volvió a reir mientras me guíaba por las calles, poniendo de vez en vez su mano en mi espalda para indicarme el camino.

—Y entonces porqué te gusta andar con ese tal Antonio? 

—Pues ya te dije que mis padres... —de pronto me dí cuenta que él parecía saber más de lo poco que yo había compartido con él. —Y tú cómo sabes de Antonio?

Javier me miró nervioso, se encogió de hombros y sonrió con confianza.

—Solo digamos que estoy informado por conocidos... —Finalmente parecía que habíamos llegado a su casa. Era una construcción pequeña con un establo y algunos pequeños huertos, el caballo estaba estacionado en un establo, parecía que no vivían muy bien, pues todo se veía descuidado y el lugar en general parecía carecer de muchas cosas.
Javier y yo caminamos hasta llegar al establo, parecía ser cauteloso como si no quisiera que nadie supiera que yo estaba ahí, Javier dirigió al caballo hasta el camino mientras yo lo seguía. —Ven, te ayudo...

Extendió sus brazos para ayudarme a subir al caballo, yo no había montado un caballo nunca así que estaba algo indecisa pero sabía que no había otra opción, estaba por atardecer y necesitaba regresar a casa. Javier rodó los ojos ante mi indecisión y subió al caballo, me volvió a extender la mano y está vez la tomé aún con nerviosismo. Subí a la parte de atrás y me sujeté rodeando a Javier por la espalda.

—Nunca había subido a un caballo... No vayas tan rápido si? —dije mientras mis dedos apretaban con fuerza su saco, él soltó una risa y comenzamos a cabalgar.
El atardecer comenzaba a caer y el sol iluminaba el cielo de colores rojizos y destellos dorados, el viento soplaba en mi rostro al cabalgar, mis dedos iban aflojando su agarre conforme me iba relajando más. Sin darme cuenta mi cabeza se apoyaba en la espalda de Javier, mientras observaba el hermoso paisaje, lo que antes era un agarre fuerte para no caerme ahora parecía más un abrazo. Sentía el torso de Javier subir y bajar con cada respiración que daba, era inevitable para mí pensar en lo bien trabajado que estaba su cuerpo, podía sentir su espalda ancha al rodearlo con mis brazos y sus brazos se veían fuertes al tomar las riendas del caballo.

—Ya llegamos, chula... —Dijo deteniendo al caballo frente a la imponente fachada de la hacienda de mis padres. Bajó del caballo y me extendió los brazos nuevamente, haciendo una seña con sus dedos para darme a entender que me bajaría del caballo. Me incliné cruzando mi pierna del otro lado del caballo para poder bajar, mi peso cayó sobre los brazos de Javier quien  sostuvo mi cintura para dejarme a salvó en el suelo. 
Cuando estuve finalmente en el suelo no me  percaté de que los brazos de Javier seguían en mi cintura, su mirada era una distinta ahora, miraba mi rostro iluminado por los primeros rayos de luz de luna y yo hacía igual, mientras mis manos se apoyaban en su pecho.

—Gracias por traerme Javier... —Hablé en voz tranquila, en un volumen bajo apenas audible para ambos.

—Gracias... Ya sabes por la ropa y eso... —Dijo bajando un poco la mirada con vergüenza.

—Esta bien... No hay de que agradecer... —Finalmente mis brazos lo alejaron un poco, una de mis manos se deslizó sobre su torso hasta bajar encontrando su mano, no la tomé, pero mis dedos rozaban suavemente contra los suyos mientras mi mirada observaba sus ojos, donde podía ver mi propio reflejo. Javier sonrió de lado dejando en claro que era notoria la atracción entre nosotros—Será mejor que entre sola... No quiero causarnos problemas.— Él asintió entendiendo la situación.

—Descansa, bonita... —dijo alejándose en un movimiento lento para darse la vuelta hacia su caballo.

—Javier... —el volteó la mirada mientras enganchaba su pie al estribo para subir al caballo. —Te voy a ver otra vez?

Él sonrió ante mi pregunta y subió al caballo, sin pensarlo extendí mi mano hacía él y él la tomó para responder.

—Creo que tú sabes que no puedes verme...

Suspiró apretando gentilmente mi mano.

—Saldré el Viernes al baile del pueblo... —le dije esperando que entendiera esto como una oportunidad para volvernos a ver.

—Nos vemos, chula... —Se inclinó y besó mi mano, sonreí ante esto. Finalmente el partió en su caballo mientras yo caminaba entre los establos de la hacienda para ir a la entrada. Lo miré por última vez alejarse entre el horizonte antes de tocar la campanilla de la puerta.


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Holis, gracias por leer sjsjs
Nos vemos pronto :3
By: Miyu :D

"La Calandria" (Javier x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora