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Pensar que en estos momentos podría estar sufriendo la tragedia de mi vida arrepintiéndome de lo que la noche anterior había generado gracias a mi inconveniente con cierto hijo del cliente hacía que mi estómago se revolviera de nuevo

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Pensar que en estos momentos podría estar sufriendo la tragedia de mi vida arrepintiéndome de lo que la noche anterior había generado gracias a mi inconveniente con cierto hijo del cliente hacía que mi estómago se revolviera de nuevo. Aunque admitiría que fue gracioso haber también avergonzando a YuGyeom con cierto hecho, no negaba que luego de las risas vino el terror al presenciar la cara larga de mi jefe luego de ver cierta escena tal cual una comedia. Sinceramente, esperaba más que un regaño en cuanto me había ordenado salir del salón para hablar afuera de este, justo incluso había puesto mis manos tal cual un niño de preescolar regañado solo deseando que el castigo llegara. Claro, me grito de cosas como que estaba dejando en ridículo no solo lo que había dicho JinYoung en contra mío, si no, con el espectáculo que hizo que YuGyeom se fuera empapado lleno de vergüenza aunque si lo pensabas le hice un favor, el pobre no quería estar ahí así que fue un plus para su noche pero un cliente normal para mi.

Solo gritaba desesperado porque entendiera que clase de importancia tenían ellos para nosotros. No supe cuantas veces me disculpe pero ya estaba en una velocidad la cual parecía como un robot, decirle lo siento haciendo una reverencia luego ya me convertía en uno de esos juguetes que solo sabían decir eso. Tampoco pude reconocer cuánto miedo le tenía a las personas molestas pues cada palabra que decía sin pudor alguno hacía que mi garganta picara anunciando que lloraría de sentir ese tipo de emociones golpearme de la nada, pero lo que me esperaba siguiendo de eso no se comparaba muchísimo a algo que hubiese vivido antes. En lo que intentaba disculparme de manera honesta el presidente Kim había alzado su mano con todas las intenciones de reprenderme pero de lo que sus palabras ya me cortaban. Encogiéndome de brazos en un intento de protegerme mientras cerraba los ojos esperando dicho golpe nunca aterrizó en mi.

Confundida por su aparente cambio de actitud hizo que abriera de a poco los ojos notando que era lo que había pasado para que eso no sucediera, sorprendiéndome aún más de lo que llevaba en la noche. JinYoung sostenía el brazo de mi jefe mirándole de cierta forma que no descifre al principio, pero claro que se veía la desaprobación en su rostro mezclada con la misma elegancia que dejaba impresionada no solo a mi, si no a todos, mientras que quien casi era agresivo conmigo le miraba totalmente exaltado por haber evitado aquello, pero se reconocía más la culpa que la persona con quien quieres hacer alianza te descubra en tu peor momento.

—Para presumir demasiado los dotes de la señorita Son, esperaba un poco más de amabilidad con ella, presidente Kim. —Murmuró hacia él sin mostrar arrepentimiento alguno por su acción. Su brazo lentamente bajo el del contrario haciendo que el presidente Kim mirara su mano aún sorprendido por la acción, mientras que yo miraba a ambos debatirse en una guerra bastante inesperada por mi parte. No todos los días escupes a tu mejor amigo gracias a que un chico te expone frente a personas importantes para después ese mismo chico te defienda de tu jefe abusador. —Debo hablar con su jefe, señorita DoHee. Por favor, espere adentro. —Mientras él mismo JinYoung me decía que podía regresar al salón solo salí corriendo de esa cena de manera definitiva pues había tenido suficiente desde la mañana hasta la misma noche.

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