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Mis pies intentaron ir lo más rápido que podían manejar en ese momento

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Mis pies intentaron ir lo más rápido que podían manejar en ese momento. Solté una grosería cuando mi auto parecía detenerse a casa segundos. Carajo, tendría que llevarlo al taller luego de esto. Había dejado mi trabajo y una importante junta de negocios a la mitad todo por recibir una llamada urgente de la estación de policía donde necesitaban de mi presencia. No sabía que había cometido para que tuviera que llegar con un preciso tiempo. Importándome muy poco muchas señales de tránsito, que sabía lamentaría, tuve que frenar en la estación. Mi cabeza no daba más que a mil, que aunque no había hecho nada malo. Era extraño mi requerimiento en esos lugares. El ambiente igual de tenso que cualquier día en el cual pisarías la estación de policía no era muy diferente al de ahora. La pesadez en mi cuerpo se sentía como si tuviera un tipo de camión encima. Después del funeral de la señora Lim había regresado al trabajo solo para encontrarme con unos problemas en las cuentas que la empresa estaba pasando. Estando hasta altas horas hasta que mi cabeza no dió más y termine durmiéndome en medio de mi sala. Más allá de la empresa, también se venía a mi mente todo lo que sucedía con el caso que ahora mismo estaban buscando testimonios.

—Tuve una llamada de emergencia desde aquí. —Murmure cuando me acerque al chico de "mostrador" que tenía el lugar. No era como tal un mostrador, solo era quien hacía los repasos de casos junto a las llamadas.

—¿Son DoHee, cierto?—Asenti. —Le diré al investigador.

Mientras esperaba no dude en mirar alrededor. Ya se encontraban con los interrogatorios de otros vecinos antes de que yo llegara. Podía reafirmar cada vez que sentía lo opaco del lugar. Me hacía sentir tan pequeña que podría pasar a primer lugar en las zonas así, siendo seguido de mi trabajo. Intenté abrigarme más con la ropa, pero no funcionaba. Metiendo las manos a las bolsas del suéter gigante que me colgaba sentí la garganta picarme. Lo único que me faltaba, que me comenzara a enfermar.

Intenté disimular con una tos bastante fingida, la cual solo terminó por quemar mi garganta aún más. Suspiré de forma corta gracias a que la puerta que diferenciaba los espacios de ahí, finalmente se abrió.

—¿Señorita DoHee? —Alce mi mano para que me reconociera al instante. Él al captar que estaba cerca hizo la indicación de que entrara. —Ya puede pasar.

—Gracias.

Saludé de forma silenciosa en lo que mi cuerpo se sentaba en la silla que la policía tenía para la visita, no sin antes, sentir mi piel fría al tocar el mármol de los pocos muebles que tenía ahí.

—Buen día, tome asiento, señorita DoHee. —Comenzó. Movía unos papeles revisándolos. Supuse que era el registro de lo último que se tenía. —No tiene porque asustarse, solo quiero su parte de la historia. Fue llamada solo porque en los hechos de otro de sus vecinos, fue mencionada y necesito saber esa parte. —Mire extrañada al oficial, quien estaba completamente serio en su lugar. Ni siquiera tuve que preguntar algo, pues de inmediato colocó papeles al frente para comenzar a leérmelos. —..En el testimonio del vecino Park JinYoung, revela que usted y él estuvieron juntos la noche del asesinato de la señora Lim. ¿Es cierto?

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