12

305 32 105
                                    

La mañana del día siguiente Sunghoon revisó los mensajes que no había leído y se dio cuenta de que las cosas no serían bonitas para él una vez que se encontrara con Heeseung

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mañana del día siguiente Sunghoon revisó los mensajes que no había leído y se dio cuenta de que las cosas no serían bonitas para él una vez que se encontrara con Heeseung.

Yendo de camino a la universidad en el auto de Jay, no pudo evitar mostrar su frustración.

—No sé qué hacer —se quejó, soltando un fuerte suspiro.

Jay lo miró de reojo, dándole más atención al volante.

—Sólo dile la verdad.

—La verdad... ¿Toda la verdad?

El semaforo se puso en rojo y compartieron la primera mirada directa.

—Toda la verdad no.

Sunghoon sonrió y le dio un golpecito en el brazo.

—¡No te pongas tan serio! Tomemonos lo que pasó como la primera vez.

Y no estaba consciente de que esas palabras causaban mucho más en Jay de lo que él creía.

—Sí —asintió, y volvió a mirar al frente.

Dentro de su cabeza sólo podía pensar en que "la primera vez" se había tratado de un accidente.

No podía tomárselo como eso si esta vez había sido completamente consentido.

—Entonces... Supongo que depende de como reaccione Heeseung cuando llegue a casa decido si le termino o no —tiró en broma.

—¿Qué?

Sunghoon se carcajeó. La risa era la mejor manera que se le ocurría para desvíar sus pensamientos. Había despertado con toda la intención de evitar los acertijos de su mente y los sentimientos que no comprendía.

—Es broma, no te asustes así.

—¿Amaneciste chistosito?

—Quiero estar de buen humor las primeras horas del día, al menos.

—Las cosas van a salir bien, no te preocupes.

Sunghoon sonrió, dandose cuenta de que Jay ya había empezado a cambiar con él. A volver a esa faceta que parecía haberse extinguido. Ahora lo sentía más sincero. Sin mentir, sin fingir. 

Solo eso lo hizo sentir mejor.

Pasaron unos minutos más y finalmente llegaron a la universidad. Jay estacionó, se bajó primero y le abrió la puerta a Sunghoon.

—¿Desde cuando eres tan caballero? —se burló—. ¿También me vas a dar la manita?

—Bajate ya o te encierro en el carro.

—¡Era broma, no te pongas así! 

Cuando ya estuvieron los dos afuera, el primero en darse cuenta de la mirada de todas las chicas sobre ellos fue Sunghoon.

𝐁𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐭𝐡𝐞 𝐥𝐢𝐧𝐞 -'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora