A Little Bad Luck • [ls ; traducción]

Capítulo 5

Hace frío afuera, pero Louis quiere helado y Harry es el demonio más azotado que jamás haya existido, así que van a buscar helado. Harry decide no comprar ninguno para poder sentarse afuera en una mesa mientras comen sin recibir miradas de los transeúntes debido a las cucharas flotantes y todo eso. Es un día perfecto, soleado a pesar del frío.

Louis y Harry están hablando de algo, y luego, Louis ni siquiera podrá recordar qué es si le preguntas. Es algo intrascendente, pero ambos están sonriendo, incapaces de apartar la mirada el uno del otro.

Y luego Louis se acerca a través de la mesa y entrelaza su mano con la de Harry.

Se han tomado de la mano tantas veces que no debería ser gran cosa, pero Louis ve que la expresión de Harry cambia por completo. Está mirando a Louis con pura adoración en sus ojos por un segundo, y Louis sabe que sus ojos reflejan lo mismo. Sin embargo, Harry parece llegar a una conclusión sorprendente y retira la mano como si se hubiera quemado.

—Louis—, dice Harry, y por primera vez desde que Louis lo conoció, suena asustado.

Louis frunce el ceño confundido.

—Louis, mis poderes se han ido—, dice Harry frenéticamente, y ahí es cuando Louis lo escucha. Un choque en la distancia, y luego el sonido fácilmente identificable de un vehículo que se sale de control, moviéndose mucho más rápido de lo que debería por una calle concurrida llena de gente. Personas como Louis y Harry, que están sentados en una mesa frente a una pequeña heladería, a pocos metros de la calle.

Louis mira y ve un camión, y sólo le toma medio segundo darse cuenta de que se dirige directamente hacia ellos.

—Harry—, dice Louis desesperadamente, y puede escuchar lo pesada que es su propia respiración.

Tiene sólo unos segundos para actuar y, si no lo hace, se acabó. Es el fin.

Mira a Harry una vez más y ve la expresión de horror en su rostro, y Louis no quiere que eso sea lo último que vea. No puede permitir que eso sea lo último que vea.

Entonces Louis cierra los ojos y convoca su magia.

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Todo es borroso después de eso. La policía viene, Louis lo sabe. Recuerda las luces intermitentes, recuerda las preguntas, recuerda los colores de sus uniformes. Sabe que presenta un informe policial y su demonio guardián, ahora impotente, permanece a su lado todo el tiempo, aunque, por supuesto, nadie puede verlo excepto Louis.

Por primera vez desde que Louis lo conoció, no parece suficiente.

Cuando regresan a casa de Louis, Harry les prepara un poco de té y se sientan en la mesa de la cocina.

Harry luce absolutamente destrozado, con los ojos húmedos y la boca hacia abajo, pero Louis no entiende qué significa. No entiende lo que ha pasado allí, pero todavía puede sentir la magia estallando bajo su piel. Es abrumador y agotador al mismo tiempo, tener ese sentimiento después de pasar tantos años reprimiéndolo. Es demasiado.

—¿Puedes decirme qué acaba de pasar? —, pregunta finalmente, rompiendo el silencio mientras envuelve ambas manos alrededor de su taza. No mira a Harry mientras pregunta.

El demonio suspira y se pasa los dedos por el cabello, más frustrado y de mal humor de lo que Louis lo ha visto jamás. Después de este par de meses de Harry engreído, Harry divertido, Harry protector e incluso Harry cariñoso, Louis nunca lo había visto tan nervioso, como si se estuviera desmoronando ante sus propios ojos.

—He roto la regla más importante que todo guardián debe seguir—, dice finalmente, mirando a los ojos de Louis—. Me he enamorado de ti.

Siente que su corazón se detiene antes de acelerar varias muescas, golpeando salvajemente en su pecho.