Naruto El Del Rokugan [EN PAUSA]

Naruto y los ojos legendarios!

Hace muchos años, existía un clan capaz de erradicar a los ninjas en un abrir y cerrar de ojos, pero eran pacifistas, sin embargo, tres grandes aldeas ninjas se unieron para destruirlos, ese clan era el clan Uzumaki, eran temidos debido a su gran fuerza, sus jutsus de sellado, chakra sobrehumano y sus cadenas de diamantina, sin embargo existía entre sus filas un dojutsu capaz de destruir una nación entera sola, ese dojutsu era el Rokugan (Seis Ojos).

Este dojutsu permitía al usuario un control perfecto sobre el chakra, ver el chakra de su oponente, una visión de más de 100 metros a la redonda, y una capacidad de leer los movimientos de los enemigos más perspicaz que el Sharingan(Ojo Copiador Giratorio), le daba al usuario un chakra casi ilimitado y un control elemental superior, no obstante este dojutsu se creía extinto, ya que solo el fundador del clan Uzumaki, Ashina Uzumaki, era el único portador conocido, sin embargo años después, en una aldea escondida entre las hojas, sucedería un milagro..

Así comienza la historia de Uzumaki Naruto, El ninja del Rokugan.

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En la aldea de la hoja un niño de unos 6 años de pelo rubio caminaba por la aldea, este era Naruto Uzumaki, el último portador conocido del Rokugan.

Naruto merodeaba por la aldea en busca de la torre Hokage, por momentos recibía miradas de temor y incertidumbre, era de conocimiento general, de su condición como jinchuriki, sin embargo, lo que causaba más impresión era que portaba el Rokugan, dojutsu que se creía extinto, esto había creado revuelo en la aldea, como ese niño tenía esos ojos, debido a ésto su estatus como el hijo del Yondaime Hokage tuvo que ser revelado, gracias a esto la aldea lo veneraba como a un dios, pero esto realmente no le importaba, el quería ser reconocido como Naruto, y no como el hijo del Yondaime, desde su nacimiento había dado indicios de ser un genio, sin embargo su verdadero potencial aún no despertaba.

Naruto-sama!- Diria una aldeana.

Ah? Si? En qué puedo ayudarte.- Diría el Rubio.

Quería darle ésto, en agradecimiento por lo que Yondaime-sama, hizo por nosotros.- La aldeana le daría una canasta con comida.

Ah? Es eso, gracias supongo, hasta luego.- El ojiazul respondería un tanto cortante.

Odiaba eso, odiaba que la gente fuera lamebotas, eso lo asqueaba.

Cómo odio ésto, a veces desearía no ser hijo de papá, pero en fin, que se le va a hacer.

El rubio seguiría su camino hacia la torre del Hokage, al llegar a la torre sería atendido por la secretaria.

Buenas tardes señorita, está Sandaime-sama?. Diría el Rubio con serenidad.