Capítulo 1...

84 8 2
                                    

Andalucía...

Hacía cinco años que Leonie no pisaba la tierra que la vio nacer hacía 20 años, su patria los últimos cinco años había sido Inglaterra, el país de su familia paterna. Sí, Leonie era mitad andaluza, un cuarto inglesa y un cuarto francesa. Nadie diría que era inglesa pues tenía la clásica belleza andaluza, morena, pelo negro y grandes ojos violetas. Vale, los ojos violetas no tienen nada que ver con Andalucía, pero algo tendría que tener de su línea paterna.

La abuela Mary había estado cuidando todos esos años de ella, en los que Leonie voluntariamente había decidido ir a vivir a Londres. Su abuela la recordaba como una niña adorable, llena de vida y de alegría, pero cuando llego a casa para quedarse se encontró con una niña diferente, seguía estando llena de vida, y era muy alegre, pero bajo esa alegría se escondía una chica melancólica.

- ¿Quieres volver a casa tesoro?-. Mary pregunto, como otras veces.

- No abuela, quiero estar contigo-. Dijo Leonie con una vocecita y abrazó a su abuela.


Leonie había cambiado mucho, y su cambio tenía nombre, pero eso ya no tenía importancia, estaba en su casa, de vuelta y más fuerte que nunca, ahora era una mujer y lo demostraba en cada paso que daba. Su primera decisión ya en casa fue redecorar su habitación, estaba como la dejo con quince años, lo segundo que hizo fue enterarse de las cosas de la Universidad.


- Está todo arreglado-. Dijo James, su padre.

- ¿A qué te refieres?-. Leonie lo miro mientras almorzaban en el restaurante de su tío, con el resto de la familia materna.

- Cariño, tu padre ha arreglado los papeles para que entres a la Universidad-. Lola, su madre le sonrió.

- ¿Enserio?-. Su padre asintió.- Antes de darte las gracias, dime ¿en qué carrera se te ha ocurrido meterme?-. Entrecerró los ojos, mirándolo fijamente con una sonrisa.

- Iba a meterte en Derecho, pero que seas de Ciencias no ayuda-. Vio como su hija contenía el aliento.- ¿Dudabas que te matriculara en Química?

- ¡Oh! papá, me esperaba cualquier cosa de ti-. Se levanto y lo abrazo, le dio un beso.- Gracias.

- Bueno Leonie, con tu nota en Selectividad no te puedes quejar. Era una de las más altas-. Jaime, su hermano la miro.

Después de las felicitaciones y la comida se fueron a dar una vuelta y cuando regresaron a casa, Leonie se encontró sumergida en una nube de nostalgia, se acordaba de Peter, Matt, Beth y Claire. Matt...


Cinco años atrás (Septiembre de 2007)

Primer día de instituto, y encima instituto nuevo, pero esa había sido su decisión, no quería estar en otro sitio, si no lejos de él...

- Hello-. Un rubio de ojos azules la miraba fijamente.- My name is Matthew.

- Hola-. Leonie se mordió la lengua.- Sorry. Hello, my name is Leonie-. Sonrió.

- ¿Eres española?-. El rubio le devolvió la sonrisa.- Me gusta mucho España.

- Me alegro por ti guapo, pero me considero más andaluza, que española-. Rió complacida.

- ¿Andaluza? ¡Olé!-. Rieron juntos.

Así de simple fue como empezó su amistad con Matt, era un chico encantador, atento, divertido, guapo y se ilusiono con ella. Eso era lo peor que le había podido pasar al bueno de Matt.


Ocho meses después (Mayo de 2008)

- I love you, Leonie-. Sonrió Matt y le dio un beso.

- ¡Oh Matt!-. Le devolvió el beso.

En ese momento sentía algo por Matt y fueron muy felices el año que estuvieron juntos, pero después de pasar la primera noche juntos nada fue igual.


Un año después (Junio de 2009)

- Matt, tenemos que hablar-. Sentados en Hyde Park hablaron largo y tendido de su relación.

- Esto no va bien ¿verdad Leonie?-. Matt le leyó el pensamiento.

- Tienes razón Matt, yo te quiero, pero no estoy enamorada de ti-. Leonie lo miro sincera.

- Menos mal-. Suspiro Matt.- Leonie, he comprendido que nosotros solo podemos ser amigos, muy buenos amigos, acostarnos de vez en cuando, pero nada más-. Matt la miro para ver su reacción.

- Sí, tienes toda la razón. Gracias por todo Matt-. Se abrazaron.- La única condición que pongo a esta "relación".- Hizo comillas con los dedos.- Es que somos totalmente libres.

- Totalmente-. Matt asintió.- Gracias a ti, Leonie. Eres mi mejor amiga y sobre todo no quiero perder tu amistad-. Le dio un beso en la frente.

- Por supuesto Matt, pienso igual que tu-. Sonrió.

Y así estuvieron hasta que Leonie regreso a España, de vez en cuando se acostaban y disfrutaban del momento, y eran completamente libres de hacerlo con otras personas, ella estuvo con un par de hombres mayores, por eso de la madurez, pero nada serio, no quería cosas serias.


Leonie ya no era la niña de quince años que se había ido a vivir a casa de su abuela, ahora era una mujer fuerte, independiente, vivía su sexualidad como quería y todo le importaba un comino, para ella lo más importante era su familia, y esta confiaba plenamente en ella. Ahora con nuevos proyectos y mucha ilusión se enfrentaba a su nueva vida.

- ¡JERK!-. Iba subiendo las escaleras de la Universidad cuando alguien la empujo y la tiro.

- ¿Qué me has dicho?-. Un moreno de ojos verdes la miro.

- Que eres idiota tío-. Leonie se levantó rápidamente y se encontró cara a cara con el chico.- No puede ser-. Pensó para sus adentros.

- ¿Nos conocemos?-. El moreno miró a la chica de cabellos color fuego y ojos violetas.

- Esa forma de ligar ¿se sigue usando?-. Bufó y subió un escalón, pero la mano de él la freno.

- Pues no lo sé, pero me resultas familiar-. La volvió a mirar.

- Acabo de llegar a la ciudad guapo, a lo mejor nos hemos dado un revolcón y con el jet lag lo he olvidado, porque yo a ti no te conozco-. Agitó el brazo, se soltó y siguió subiendo las escaleras.


- ¡Fuck!-. Leonie estalló en su interior, con todas las Facultades que había, con todas las carreras y todas las malditas ciudades donde se podían realizar, Raúl y ella tenían que estar en la misma.

No había cambiado nada, era el mismo chico de siempre, se le notaba a leguas que se había machacado en el gimnasio, que se cuidaba mucho, pero cuando vio sus ojos verdes, esos grandes ojos verdes que un día le hicieron perder la cabeza sabía que era el mismo chico de hacía cinco años, solo esperaba que hubiera madurado.

Hasta que me conocisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora