𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝑭𝒐𝒖𝒓 [4] 💤

611 73 15
                                    

ɪᴛ ɪs ᴀ ᴘʀᴏᴍɪsᴇ
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Cheng se sentía cansado. Escuchaba las risas de sus amigos, pero no les prestaba atención. Le dolía la cabeza y sentía ganas de vomitar. Recostó su cabeza en la mesa de la cafetería con cansancio, cerrando y abriendo los ojos de golpe. El sonido de la campana lo despertó completamente. Sus amigos lo miraron confundidos; se veía bastante menos energético de lo usual.

—¿Estás bien? —preguntó Liang, algo preocupado.

—No, siento que me voy a morir, amigo —respondió el asiático con cansancio. Hace rato había hecho una escena en la cafetería con las mejores energías y ahora sentía que se iba a desmayar. ¿Sería por el cambio de clima?

Las clases empezaban en unas horas, algo realmente molesto para Cheng. Sin malinterpretar, Cheng siempre fue una persona muy inteligente; si quisiera, probablemente sería uno de los más destacados de su clase.

Pasaron un par de horas hasta que finalmente, el timbre del receso sonó. Cheng se levantó inmediatamente, sin siquiera esperar a que la profesora terminara de hablar. Al salir rápidamente, no se dio cuenta por dónde iba y chocó con alguien. Era el rubiecito. El menor soltó un pequeño quejido.

—Lo siento... —dijo el menor, tocándose la cabeza. El mayor solo lo ignoró y siguió caminando.

Harry, viendo a Cheng caminar, frunció el ceño molesto. "¡Qué grosero! Ni siquiera fue mi culpa", pensó el menor con sus mejillas un poco ruborizadas por la vergüenza de ser ignorado. Caminó rápidamente detrás de Cheng y lo agarró por la camisa.

—¡Oye! ¡Tengo que hablar contigo! —dijo Harry, frunciendo el ceño y algo nervioso. Esto se le hizo un tanto adorable a Cheng.

—¿Y qué pasa si yo no quiero hablar contigo? —preguntó Cheng, sarcástico y burlón. Harry guardó silencio, un poco avergonzado, sin saber qué decir.
—Estoy bromeando, rubiecita. ¿Qué quieres? —preguntó el asiático, bostezando con aburrimiento.

—¡Deja a Dre tranquilo! Te lo pido amablemente, ¡por favor! Es ridículo, ni siquiera tienes razones para hacerlo —dijo Harry, molesto. Tenía miedo, pero decidió tragárselo ya que, de verdad, le preocupaba ver a su "amigo" caminar con miedo a cualquier sitio que iba.

—Eres molesto... —murmuró el mayor, rodando los ojos algo irritado. —¿Por qué te importa? Ni siquiera lo conoces —preguntó Cheng con un poco de sarcasmo en su voz.

—¡Es mi amigo! —levantó su tono de voz, molesto.

Cheng se sintió raro. ¿Amigo? Se sintió fastidiado. No le agradaba el hecho de que Harry defendería tanto al africano. En algún momento, Harry y Cheng también fueron amigos, pero ambos crecieron.

—Sí, bien. Hagamos un trato. ¿Te parece? —preguntó Cheng con una sonrisa burlona. Su sonrisa infundía todo menos confianza.

—¿Qué quieres? —preguntó el menor, tragando saliva.

Cheng se tocó los labios con su dedo índice y sonrió burlón. Harry sintió escalofríos. ¿Qué mierda quería?

—Un beso... —murmuró burlón. Hubo un silencio. Harry inmediatamente se sonrojó. ¡Qué asco! No podía. Sentía que sus mejillas ardían. Aun así, Harry se acercó, sonrojado, hasta que sus caras quedaron cerca. Cuando el menor estuvo a punto de besarlo, Cheng abrió los ojos como platos y lo agarró por los hombros, frenándolo.

—¡Wow! ¿¡De verdad ibas a hacerlo?! ¡¿Estás loco?! —preguntó Cheng, algo nervioso y asqueado. Harry, al escuchar la voz de Cheng elevarse, se apartó.

•𝐈𝐭 𝐈𝐬 𝐀 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞• ✰ᴇs ᴜɴᴀ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora