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La noche era fría, oscura y solitaria. Desearía que hubiera sido tranquila, pero los pensamientos ansiosos me ponían los pelos de punta. Hacía horas que no sabía de él. "¿Por qué no me ha llamado? ¿Le habrá pasado algo?" Miles de preguntas sofocaban mis pensamientos. Miraba por la ventana con frecuencia, tomando fuerzas de donde no tenía para no tambalear y caer al levantarme. No importaba, solo quería saber si estaba bien, quería que volviera a casa. Tal vez solo estoy exagerando, él a veces dice que exagero las cosas, pero existen muchas posibilidades para su ausencia. "¿Estará con alguien más?" Llegué a desesperarme tanto que no supe en qué momento comencé a llorar mientras abrazaba su almohada. Ojalá no hubiera puesto las noticias, la curiosidad mata al gato, decía mi madre cuando era niña.

Tal vez debí hacer caso a mi intuición y separarme de él antes de que fuera tarde, pero mi amor por él era más grande que cualquier cosa. Aún no sé si me arrepiento de esa decisión. Lo amo, o eso creo, pero me gustaría saber, si tan solo él... suspiré... si tan solo él me amara como yo lo amo.

Lloré, lloré y lloré hasta altas horas de la madrugada. ¿Por qué no volvía? Mi corazón estaba siendo arrugado con cada segundo que pasaba. Él dice que me ama, pero si me ama, ¿por qué me lastima tanto?

Me perdí tanto en mis pensamientos ansiosos que no escuché las llaves abrir la puerta principal, ni sus pasos, ni tampoco sentí su presencia hasta que estuvo junto a mí.
—¿Qué haces despierta? —me preguntó sin saludar— ¿Ahora por qué llorabas? —preguntó de manera fría, como si verdaderamente no le importara.

—No podía dormir—. Limpié mis lágrimas. Él suspiró, escuché cómo quitaba sus botas y las tiraba por ahí. Quitó su uniforme y tomó la camisa que le dejé doblada en la mesita de noche. La cama se hundió cuando se sentó junto a mí. En un movimiento rápido, me tenía acostada de cucharita pero frente a frente. Me abrazó y acurrucó en sus brazos. —¿Por qué no me contestabas? —dije entre sollozos.

—Ya no llores, estoy aquí y es lo que importa... —Hizo una pausa al ver que no podía parar de llorar y suspiró—. Odio verte llorar —dijo en voz baja. Besó mi frente, me estrechó con sus brazos y comenzó a explicarme por qué había llegado tan tarde. —Supongo que viste las noticias, por eso estás así. Ya te he dicho que no te preocupes tanto, no importa qué pase, siempre volveré a casa—.

Seguí llorando y entre sollozos le respondí con dificultad, las palabras no me salían de la boca por el nudo que había en mi garganta.
—Lo siento... Es que —hice una pausa y lo abracé— No sé qué haría si te pasara algo. Sé que eres muy fuerte, pero no dejas de ser humano—. Lo miré a los ojos. La luz de la luna iluminaba un poco la habitación y el viento soplaba entrando por la ventana.

—Pues debes aprender, más ahora que no estoy contigo—. Una brisa sopló sobre mi cara, cerré mis ojos y abracé mi almohada. Abrí los ojos y su recuerdo había desaparecido. Hace poco más de una semana lo había perdido, pero yo seguía aferrada a su recuerdo, a su toque, a los escasos besos que llegábamos a compartir. Cuando nuestros labios se tocaban, el mundo desaparecía y solo éramos él y yo, solo era nuestro amor y deseo por el abrazo del otro. Pero ya no más, todo había acabado destruyendo sin piedad mi corazón.

Un rayo cayó cerca y iluminó la oscura habitación. Luego el estruendo sonó provocando un escalofrío. Recordé las noches que dormíamos aferrados al brazo del otro, buscando calor en nuestro tacto y un refugio al cansancio del otro. Nuestros trabajos eran cansados, pero su trabajo, el trabajo que causó su muerte, era riesgoso y se supo desde el primer instante en que escogimos nuestras universidades.

Ahora entiendo que no me arrepiento de haberlo elegido, porque gracias a él conocí lo que era un amor, una verdadera compañía, una compañía que no constaba de intereses o compromisos obligatorios. Pero ahora nada importaba, porque ya no estaba conmigo, y ahora mi corazón estaba vacío al igual que su lado en nuestra cama. Ese día Katsuki no murió solo, porque llevó consigo mi delicado corazón.

Fin.

bakugo katsuki one shots (____×bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora