2. Un murmuro demasiado fuerte

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Mi hermano fue agradablemente considerado, me trago a mi apartamento, el que comparto con mi dos mejores amigas, y me envió directo a darme una ducha. 

Esta sentando afuera en mi sala de estar, quizás acabando con los lotes de Whisky que Valeria mantiene siempre listos para la visita, ella de verdad es una anfitriona estrella, se convertirá en la esposa eficiente de un Don, sin problema. Las lagrimas caen a raudales por mis mejillas y se pierden en el drenaje junto con el agua fría y el jabón, mis dientes castañean, y la opresión me roba el aire por segundos.

Perdí a Damiano, y el perdió la vida por mi. Que injusto y cruel es el destino, no, nos veríamos, pero insistí tanto, queria verlo, no había sido una semana fácil, necesitaba su presencia reconfortante. Y el accedió como hacia siempre cada que yo lo buscaba, el siempre decía que sí, a cualquier cosa que le proponía, siempre me daba esa sonrisa juguetona y cumplía con todo lo que necesitaba. 

Me hacia sentir feliz y merecida. 

El ardor en mi pecho es creciente, y los sollozos que escapan de mis labios se hacen cada vez más fuertes. Siempre me decía, no lo quiero, no lo quiero, pero el sufrimiento que tengo en mi corazón se burla de mi, y me recuerda lo que ya se, si lo queria. No se cuanto tiempo duro en la ducha, pero el golpe en la puerta y el rugido de Fabio me hace considerar que quizás llevo demasiado - ¡Sal del puto baño ahora! Me importa que estés desnuda, voy a entrar. 

- Cálmate un segundo, yo entro por ella, no seas tan cavernícola - Las palabras airadas de Selina, me hacen ponerme de pie la ducha, tiene ovarios bien grandes para enfrentarse a mi hermano. 

- Cuida como me hablas, hoy tengo ganas de matar una pobre alma, espero no sea la tuya. 

- Tu papel de matón no me impresiona - Puedo imaginarla poniendo los ojos en blanco - Así que quítate, y yo la saco. 

Escucho algo de jaleo, y a los segundo la puerta se abre dejándome ver los rizos rojizos de mi mejor amiga, ella tiene el rostro rojo, y murmura - Tu hermano es un idiota - Alcanza mi bata de baño y la pone sobre su pecho invitándome a entrar en ella - Ven aqui, cariño - Me dice con amor, no es la primera vez que me desnuda, así que me acerco hacia ella, y permito que me envuelva, en un abrazo lleno de amor y compresión. 

Sel no viene del mundo de la mafia Italiana como Val y yo, sus padres tienen un negocio de banquetes, y Sel trabaja con ellos, la conocimos cuando teníamos 15 años de esta manera, ella estaba trabajando como mesera en un evento de mi familia, nos dio unas botellitas de vodka, y desde ahí, decidimos que seria la tercera rueda de nuestras vidas. La diferencia de nuestros estilos de vida nunca han afectado nuestra amistad, lo unico capaz de afectar a Sel es mi hermano, aún no logro descifrar si se aman o se odian, pero algo sucede allí. 

- Lo mataron por mi culpa - Digo entre lagrimas 

- No cariño, no es tu culpa - Su intento de darme ánimos, mientras me pasa las manos por la espalda, me hacen sentir como una niña pequeña. 

- Si lo es, debí ser más cuidadosa. Sabia cual era el precio que ibamos a pagar si nos pillaban - Ella me sienta sobre el borde de la bañera y busca un toalla para secarme el pelo. 

- Eli, no puedes cambiar lo que paso. Solo debes pensar en lo que va a pasar. 

Tiene razón, el mundo se va a venir encima. 

- Lo sé, lo sé, Vlad estaba ahí... - Murmuro con un nudo en la garganta. 

- No puede ser - Sus movimientos sobre mi cabello se detienen, sabe el significado de esa confesión. Mi no negociable matrimonio con el líder de la mafia rusa, no ha empezado con el pie derecho. 

I REINA DE ORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora