Despues de una increible temporada de verano en Pinamar, todos esperaban con ansias la llegada de Camila Jara a Luzu. Lo que nadie esperaba es que gracias a eso, surgiria un ship entre nuestra pepona y el toro
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Camila
Deslicé mi dedo sobre la pantalla, bajando en mi feed de instagram. Estaba tirada sobre mi cama, era un viernes, ultimo dia de la semana y todavia faltaban tres horas para ir a Luzu. Me encontraba completamente aburrida.
De repente una notificacion me cayo, era un mensaje de Gian. Frunci el ceño, confundida; era raro que me mande mensaje.
"¿Vamos a merendar?"
Una sonrisa diminuta se formo en mi boca, no puedo ignorar ni negar que esas simples palabras me aceleraron el corazon. Las cosas con Gianfranco son raras, me refiero a que a pesar de ya llevar varios programas, conocernos desde hace meses, nuestra relacion crecio tan rapido. Desde que llegue a Luzu me trata como una reina, nos jodemos como siempre, pero tratandonos lindo al mismo tiempo.
Pero a pesar de los buenos tratos, me convenzo de no ilusionarme ni nada. Conozco a Gian y su historial; no voy a ser otra mas de su lista. Me niego completamente. Prefiero seguir como amiguitos felices y contentos. Me ahorro los malos momentos.
Suspire y conteste el mensaje, aceptando porque no importa lo demas, comida es comida. Me aviso que pasaba a buscarme con Guada y Nico, y ahi se me bajo totalmente la emocion. Yo pensando que ibamos los dos solos, pobre niña ilusa.
Ya fue, me levante y me cambie rapido. Hoy hacia un poquito de frio, ya estabamos entrando en invierno, por lo que procure ponerme algo lindo, comodo y abrigado. No costo mucho, total no tenia tan para elegir boe. Los minutos pasaron y en quince minutos me llego otro mensaje, esta vez de Nicolas quien avisaba que estaban afuera.
Agarre lo ultimo que necesitaba y sali de casi, no sin antes despedirme de mamá. Subi a la parte de atras de la veganeta, acompañando a Guada. Gian iba adelante de copiloto y Nico, obvio, manejaba.
—¿Que onda, amores?—pregunte, dejando mi mochila en mi regazo y acercandome a Guada para saludarla con cachete.
—Todo bien, ¿vos? ¿recien te despertas?—La de cabellos negros me sonrio con diversion, sabiendo mi historial de mal horario para despertar.
—Me desperte a la una de la tarde, comi algo y me quede tirada en la cama, hoy estoy con animos raros.—Hice una mueca con mi boca.
Senti unos pares de ojos clavados en mi, levante mi mirada y enganche las oscuras pupilas del toro observandome por el espejo retrovisor. Al toque que me vio desvio la mirada, sonriendo levemente. Frunci mis labios, intentando evitar la sonrisa boluda que se me queria formar en mi boca. Basta, Camila.
—¿Te paso algo o por que los animos raros?—Escuche la voz de Nico.
—No se, amigo, mi semana fue medio medio y te juro quiero que termine.
—¿Y si salimos a la noche?—Pregunto Giangranco.—Asi levantamos los animos y olvidamos la semana de mierda, ¿no?
Mire a Guada y despues a Nico, ambos se encogieron de hombros. Sabia que Guada le daba igual y que si todos deciamos que si, ella se manadaba. En cambio Nico seria muy raro que cont...
