Despues de una increible temporada de verano en Pinamar, todos esperaban con ansias la llegada de Camila Jara a Luzu. Lo que nadie esperaba es que gracias a eso, surgiria un ship entre nuestra pepona y el toro
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Gian
—¿Entendieron todo? —nos pregunto Guada, mirandonos a los cuatro. Cami, Marti y yo asentimos, dandole una ultima ojeada a la rutina en mis manos. —¿Vos estas preparada, amiga?
—Me tengo que ir a cambiar y estoy. —Contesto Camila, agarrando su mochila y levantandose.
No pude dejar de mirar a la morocha, hasta que no salio de la sala de juntas. Guada hablo sobre tener que hacer algo y se fue tambien, dejandonos a Martina y a mi solos. Estaba intentando distraerme con mi celular, para matar el tiempo hasta que el programa especial de TDT por el cumple de Cami empezará, pero no pude ignorar la mirada que tenia clavada.
—¿Te puedo ayudar en algo, tia? —pregunte confundido, girando a ver a Martina.
—La verdad que si, aprovechando que estamos solos, vamos a hablar de algo importante. —Se levanto de la silla y camino hasta la puerta de la sala, cerrandola.
—¿Ahora que hice? —intente meterle un toque de humor al momento, pero la seriedad que tenia Martina me golpeo por completo: Pocas veces la habia visto asi. Es por eso que sabia que se venia una charla pesada. —¿De que queres hablar?
—Quiero que nos dejemos de pelotudeces, que vos te dejes de pelotudeces y seas claro: ¿Que te pasa con ella?
—¿Que me pasa con qu...?
—Ay, Gian, deja de hacerte el pelotudo te pido por favor. —Exclamo con rabia, cruzandose de brazos. —Te conozco desde pendejo, contestame.
Y ahi super que ya no me podia hacer mas el pelotudo, no podia seguir escapando de lo que sea que me estaba pasando. Ignorar los pensamientos que volaban por mi cabeza cada que Camila estaba cerca, ya no me iba a servir mas. Respire hondo, reteniendo un toque el aire en mis pulmones, para despues soltarlo en un amargo suspiro.
—No me hago el pelotudo o el boludo, es solo que... Es tan raro esto. —Jugue con mis manos, fijando mis ojos en ellas, incapaz de levantar mi cabeza. —Es la primera vez que me pasa que tan solo con ver a una persona, mi corazon se pone loco. —Trague duro y mordi mi labio. —Camila es la primer piba que me hace sentir raro.
—Estas enamorado. —Sentencio Martina con seguridad.
—No estoy enamorado... —levante mi mirada de manera rapida, encontrandome con la mirada burlona que me dedicaba Marti. —Creo. —Murmure.
—Bueno, capaz todavia no queres aceptar que te enamoraste de Cami, pero por lo menos admiti que te gusta.
—Marti, eso lo admiti desde el primer programa que hicimos juntos, cuando ella fue invitada. —Solte de golpe, sintiendo como mi cara se calentaba levemente.
