Capitulo 8

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Gian

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Gian

Abri la puerta de casa, corriendome a un lado, dejandole el paso a Camila quien despues de dedicarme una sonrisa timida, entro. Rapido entre atras de ella, cerrando la puerta.

-¿Ma? ¿pa? -levante la voz, no sabia si estaban o no. Al no recibir respuesta supuse que no. -Creo que no estan.

-Una nota. -Cami señalo el papel que estaba encima de la mesa.

-A mi mamá nunca se le fue la costumbre de dejarme mensajes en papeles. -Sonrei con diversion, acercandome para agarrar el papelito.

"Fui a buscar a tu papá al laburo y vamos a salir a comer por nuestro aniversario. Te deje comida hecha y plata por si queres pedirte otra cosa. Te amo."

-Segun esto, no van a volver en unas horas. -Avise a Camila, doblando la nota y guardandomela en el bolsillo del pantalon.

Al no recibir ninguna respuesta, me gire encontrandome con una morocha que observaba en total silencio unas fotos que teniamos en un mueble del salon. Especificamente era una en la que saliamos Nico, Marti y yo de pendejos.
Una sonrisa leve se me formo al ver la concentracion de Camila para ver la foto, era como si aquello fuese la cosa mas importante ahora mismo.

-¿Que haces? -decidi romper su burbuja, acercandome y parandome al lado, cruzandome de brazos.

-¡Ay, boludo! -no pude evitar reirme al ver como el cuerpo de Jara pegaba un salto por el susto que le di. -Me cague toda.

-Me di cuenta. -Exclame entre carcajadas.

La morocha me dedico una mirada de falso enojo, para despues devolver su atencion a las fotos.

-¿Cuantos años tenian ahi? -pregunto.

Nos mire en la foto y me quede unos segundos intentando acordarme.

-Tendriamos unos dieciséis o diecisiete, ponele.

-Facheros desde pendejos. -Acoto, obviamente que me aproveche del momento.

-Deja de disimular tanto, deci que te parezco hermoso hasta de pendejo y corta. -Y nunca estuve tan orgulloso de mis palabras, todo sea por ver esos tonos rosados adueñandose de los cachetitos de Camila.

-D-Deja de decir boludeces y mejor comamos, que es a lo que me invitaste. -Jara intento cambiar de tema, dandome la espalda.

-Capaz te invite por algo mas. -Al ver como la cabeza de Camila se giraba al estilo nena del exorcista, decidi que era momento de huir por el bien de mi vida. Asi que corri hasta la cocina.

-Cagon. -Escuche su reclamo desde el salon, para segundos despues verla aparecer por el marco de la cocina. -¿Y que vamos a comer? Acordate que no puedo comer muchas cosas.

-Ya se, y para tu suerte tenes una suegra que le gusta cocinar y probar cosas nuevas... -Camila me interrumpio.

-¿Que tengo que?

That way; GiamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora