Bael Flores

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       No entendí por qué se marchó cuando Sebastián me presentó a Luciana. Estaba tan perdido en mi propio mundo que solo me enfoqué en ella. Sebastián chasqueó los dedos frente a mi cara para que reaccionara.

—¡Hey! Reacciona —exclamó.

Entonces Luciana comenzó a presentarse.

—Hola, soy Luciana. Es un placer conocerte al fin —dijo entusiasmada.

—Ah, Hola. Sí, el placer es mío —respondí, un tanto nervioso y dubitativo.

—¿Quisieras ir por un helado después de clases? Claro, para conocernos mejor —preguntó Luciana directamente.

En ese instante, noté como la chica de antes salía el baño, visiblemente enfadada. Todos la miramos fijamente y se produjo un silencio incómodo de tres segundos antes de que se marchara, con el rostro sonrojado.

—Bueno, Bael acepta sin ningún tipo de problema. No te responde porque es algo tímido —le dijo Sebastián a Luciana.

—Estupendo ¡Nos vemos después de clases Bael! —dijo Luciana con emoción.

La verdad, me molestó un poco que Sebastián me interrumpiera, no quería salir con Luciana hoy, sin embargo, Sebastián lo echó a perder.

Llegó el receso. Al salir del salón, vi a un grupo de alumnos entretenidos con alguien. Sin saber qué pasaba, le pedí a Sebastián que fuéramos. Cuando llegamos, vimos a Luciana hablando de su novio increíble, y los demás estaban ansiosos por saber quién era el novio de la chica nueva de la escuela.

Por mi cabeza pasaron dos incógnitas:

a) En primer lugar, ¿qué es lo que sucede en la mente de esa chica tan desquiciada? ¿Cómo se atreve a decir que soy su novio, cuando ni siquiera hemos salido? Ni siquiera hemos tenido nuestra primera cita² saliendo de la escuela.

b) En segundo lugar, ¿Cómo reaccionarán los demás al saber que Luciana hablaba de mí?

Mientras analizaba todo lo que estaba pasando, Luciana me ve y grita: ¡Bael, mi amor!

En ese instante todos la miraron fijamente y se produjo otro silencio incómodo. Ya era la segunda vez que pasaba en el día, pero no duró mucho, ya que todos se empezaron a reír y decían:

"¿En serio le decías novio increíble a esa cosa?'', "¿Cómo es posible que alguien se fije en él?'', "Dulzura no te fijes en pequeñeces y mejor fíjate en mí².

Me empezó a dar un ataque de ansiedad, pues llevo aguantando eso desde que era pequeño. Poco a poco dejaba de escuchar las voces de aquellos que se burlaban de mí. Fue algo muy extraño, pero logré escuchar claramente a una chica decir: 

"¡Ya déjenlo, lo que hacen no está bien, y miren las consecuencias!''. 

Después de eso ya no supe nada de mí.

Amor de AyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora