Trofeo

6.

La vida de Seungmin seguía su curso monótono y controlado. Cada día se levantaba con la pesada carga de mantener las apariencias, de sonreír cuando por dentro solo sentía vacío. Su matrimonio con Bang Chan había perdido hace tiempo cualquier destello de amor o complicidad. Era solo una fachada, una ilusión que sostenían frente a los ojos del mundo.

La noche anterior, Bang Chan llegó hecho una furia por la conversación que había tenido con Hyunjin, ambos eran unos idiotas arrogantes en su opinión, pero al menos el heredero Hwang no era un maldito infiel como su marido. Quien por la noche le dijo que no quería dormir a su lado y se fue, él sabía perfectamente con quien iría.

Muchas veces tenía el enorme deseo de seguirlo y descubrirlo, verlo con sus propios ojos y así poder liberarse de aquel hombre que solo lo hacía sentir una basura, ¿acaso el merecía todo esto? ¿era una mala persona? Por eso estaba viviendo esta vida que solo le causaba dolor.

Por otro lado, Hwang Hyunjin estaba en su oficina esperando el informe que le había solicitado a su eficiente asistente, quien llego mostrando su particular semblante serio.

Y dime, ¿qué encontraste? – preguntó un curioso Hyunjin, desde la reunión con la pareja Bang, había decidido espiar a Chan y encontrar algún sucio secreto que pudiera funcionarle para acercarse a Seungmin.

En efecto, el señor Chan está engañando a Kim Seungmin. El día de ayer se encontró con su amante en un hotel a las afueras de la ciudad, su nombre es Yang Jeongin. Es modelo de la agencia Starship – Hyunjin solo se limitaba a asentir con una media sonrisa mientras escuchaba aquella información

Quiero que consigas el número de Kim Seungmin – exigió mientras terminaba de ver las fotos que Jackson había conseguido sobre Chan y su amante.

Vas a ser mío Seungmin – susurró mientras guardaba las fotos en el sobre que le fue entregado

Aquella mañana, mientras Seungmin se preparaba para otra jornada de compromisos y falsas sonrisas, recibió una llamada inesperada.

¿Seungmin? ¿Estás ahí? —la voz de Hyunjin sonaba impaciente al otro lado de la línea.

¿Hyunjin? Cómo conseguiste mi número —respondió Seungmin con cautela

Soy Hwang Hyunjin, puedo conseguir cualquier cosa, precioso – hablo con arrogancia, mientras Seungmin rodaba los ojos ante el ego tan elevado del chico

Necesito verte. Hay algo que debo discutir contigo en persona —declaró Hyunjin, su tono autoritario no admitía objeciones.

Seungmin se quedó en silencio unos segundos, tratando de procesar la extraña solicitud. ¿Qué podía querer Hyunjin de él?

Está bien, ¿dónde nos encontramos? —cedió finalmente Seungmin, sintiendo una mezcla de curiosidad y desconfianza.

Hyunjin le dio una dirección en un exclusivo café del centro de Seúl y le indicó que lo esperaría allí dentro de una hora. Seungmin colgó el teléfono, con la mente llena de preguntas y dudas. ¿Qué clase de juego estaría tramando Hyunjin ahora?

Una vez en el café, Seungmin buscó con la mirada a Hyunjin entre la multitud de personas elegantes que llenaban el lugar. No tardó en encontrarlo, sentado en una mesa en una esquina apartada, con una expresión de impaciencia en el rostro.

Por fin llegas —saludó Hyunjin con un gesto de la mano, indicándole que se sentara frente a él.

Seungmin se acomodó en la silla, sintiéndose incómodo bajo la intensa mirada de Hyunjin. ¿Qué quería este hombre de él?

¿Por qué me has llamado? —preguntó Seungmin directamente, sin rodeos.

Hyunjin sonrió con suficiencia, como si disfrutara de mantener a Seungmin en vilo.

Tengo una propuesta para ti, Seungmin. Una que no podrás rechazar —anunció Hyunjin, con un brillo desafiante en los ojos.

Seungmin frunció el ceño, intrigado por las palabras de Hyunjin. ¿Qué clase de propuesta podía tener para él aquel hombre tan arrogante y manipulador?

He descubierto algo sobre Bang Chan, algo que creo que deberías saber —continuó Hyunjin, observando la reacción de Seungmin atentamente.

El corazón de Seungmin dio un vuelco mientras esperaba a escuchar lo que Hyunjin tenía que decir. Aunque ya había sospechado de la infidelidad de Chan, saber que Hwang también estaba al tanto de la situación lo llenaba de una mezcla de ansiedad y alivio.

¿Qué es lo que has descubierto? —preguntó Seungmin, su voz apenas un susurro tembloroso, no iba a perder la compostura frente a él y menos en un lugar público

Hyunjin tomó una respiración profunda antes de continuar, sabiendo que las palabras que estaba a punto de pronunciar cambiarían irrevocablemente la dinámica entre ellos.

He obtenido evidencia de que Bang Chan ha estado siéndote infiel —declaró Hyunjin, su tono tranquilo pero firme. Le mostró el sobre donde estaban aquellas fotos que Jackson había conseguido

Seungmin se estremeció ante la confirmación de sus peores temores. Aunque ya había sospechado de la infidelidad de Chan, escucharlo de los labios de Hyunjin le recordó la cruda realidad de su matrimonio. Vio aquellas fotos y simplemente las volvió a guardar, no iba a llorar frente a aquel hombre. Sabía que no estaba haciendo esto por ser buena persona, algo buscaba.

Lo sé, Hyunjin, siempre lo he sabido—admitió Seungmin, su voz apenas un susurro cargado de dolor, pero estaba acostumbrado a enmascarar sus emociones que logró mantener su rostro serio como si aquello no le afectara en absoluto

Hyunjin frunció el ceño, sorprendido por la confesión de Seungmin. No esperaba que Seungmin fuera tan directo al respecto

Entonces, ¿Qué planeas hacer al respecto? —preguntó Hyunjin, su mirada fija en la de Seungmin.

Nada, no haré nada – susurro Seungmin mirando atentamente a Hyunjin mientras le devolvía el sobre

Tu esposo te está siendo infiel, pero ¿no harás nada? No pensé que fueras tan sumiso Seungmin – Hyunjin se sentía un poco decepcionado de la respuesta del rubio, había esperado drama, venganza o hasta acciones incitadas por el despecho, pero Seungmin parecía un muñeco sin vida

No puedo hacer nada, porque mis padres me encerraron en esta jaula – susurró Seungmin

Por ello te tengo una propuesta, yo te liberaré de esa jaula – tomó la mano de Seungmin mientras le brindaba una sonrisa

Pero tiene un precio ¿no es así? – se burló Seungmin retirando su mano con una sonrisa amarga

Así es, todo tiene un precio... me estás empezando a conocer mejor, bonito – habló con arrogancia mientras miraba con un destello de lujuria al rubio quien lo seguía mirando con un semblante serio.