Los últimos recuerdos que tenía eran de estar en mi casa, mi reflejo en el espejo del baño, un frasco de pastillas y el sonido de una llave llenando una bañera con agua fría.
Sin embargo, el sitio en donde me encontraba ahora era demasiado oscuro.
En definitiva, esta no era mi casa. Todo se encontraba en tinieblas y el ambiente era sofocante. Como estaba en el suelo, me puse de pie y me dispuse a caminar entre la oscuridad. Los minutos pasaban y seguía avanzando hacia lo desconocido, a tientas y con los ojos muy abiertos.
El sonido de unas pisadas a lo lejos hizo que me detuviera, trague saliva y miré a mi alrededor. No había nada, por lo que seguí caminando.
A pesar de ello, la sensación de ser observada no me abandonó en ningún momento. Continué mi camino y de pronto, el olor a piel podrida inundó mis fosas nasales. Tape mi boca al estar a punto de vomitar.
Luego, una mano tocando mi cabellera me paraliza. Sabía que alguien se encontraba junto a mí, podía sentir su respiración en mi nuca y esta me susurro al oído—: ¿Estás lista para tu castigo?
Retrocedí unos pasos y encaré la voz; era un hombre y vestía ropa oscura, tenía la pupila blanca en el ojo izquierdo y su mirada penetrante hizo que me estremeciera.
—¿Castigo? ¿A qué te refieres con eso? —dije con voz temblorosa—. ¿Quién eres? ¿Qué es este lugar?
No recibí respuesta alguna, el desconocido parecía estar más absorto mirando hacia el suelo, seguí su mirada y me di cuenta de que lo que estaba viendo era un charco de agua que yo misma estaba pisando.
—Descúbrelo por ti misma, Inés.
«¿Cómo sabe que llamo Inés?» Pensé, comenzando a asustarme.
—Sé más de ti de lo que tú sabes de ti misma —espetó, acercándose hasta quedar a unos centímetros de mí y tomó de mis hombros, empujándome, grité ante el susto y caí hacia el suelo.
El agua del charco cubrió parte mi cuerpo, al verlo supe que su color había cambiado.
Se trataba de otra cosa, era oscuro y se sentía espeso. Lo toqué con mis manos y distinguí un color carmín..
¿Era sangre?
La ansiedad me invadió y traté de ponerme de pie.
—No huyas —dijo el varón al instante en el que me eché a correr. No tenía mucho tiempo para analizar las cosas, pero el simple hecho de estar pisando sangre y estar en un lugar a oscuras sabía que esto no era normal. La desesperación me invadió por desear salir de aquí, hasta que sin querer tropecé y caí sumergiéndome en la sangre. De improvisto, este se convirtió en un mar. Entonces, lloré de desesperación al ver esto, las lágrimas golpeaban mis mejillas y el oxígeno se me agotaba.
Entre sollozos y gritos implora por ayuda.
Parecía que mi voz se convertía en un solitario eco.
Una voz en mi mente comenzó a hablarme y fragmentos de recuerdos de mi vida nublaron mi cabeza.
“Llevaba meses sin poder conciliar el sueño, los problemas se acumulaban y no sabía qué hacer. ¿Si pedía ayuda alguien me ayudaría? Mi familia decía que era una inútil, que no servía para nada, mis amigos ya no me escuchaban y estaban cansados de mí. Vivir se había vuelto cada vez más difícil. Si no hubiera consumido la píldora, no estaría en esta situación”
¿Yo misma me había provocado la muerte?
Al mirar al hombre de apariencia siniestra, supe que se trataba de algún ente vinculado con la muerte.
—¡¿Qué es este lugar?! —grité.
—¿Enserio quieres saberlo? —habló, acongojado. Después de guardar silencio durante unos minutos, respondió—: Te estas hundiendo tus propias lágrimas. Estás muerta y este es el lugar a donde las almas son enviadas. Jamás podrás salir de este lugar y está destinada a sucumbir en la oscuridad. Este es, tú infierno.
Fin
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Nota de la autora:
¡Hola!
Este relato lo encontré en una libreta que tenía en bachillerato (hace ya muchos años) y le tuve que hacer modificaciones para que fuese entendible, pero dejando la idea original.
Sinceramente no me gustó porque no quedó cómo yo quería, pero bueno, se intentó. ¿Les gustó? ¿Qué les pareció?
Estoy rezando para que Wattpad no me lo borré 🫠
Esto ha sido todo por hoy, me despido, cuídense:)
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Janus
General FictionHabía una vez una mujer que tenía dos cabezas. Estaba loca. O eso era lo que las personas la hacían creer. Ella sabía que había algo oscuro en su alma y vivía atormentada. Un día, tomó la decisión de escribir sobre su propia sangre. Fue así, como n...