Vorágine

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Mi respiración se encontraba tan agitada en ese momento que me era imposible controlar el habla.

Había corrido tan rápido para poder salvarlo. Sin embargo, ya era muy tarde.

Por mi culpa, la persona que tanto quería proteger yacía tirada a mis pies, sangrando de la cabeza con un cuerno en la mano.

Si tan solo lo hubiera detenido...

No habría estallado de frustración y esos sentimientos aún permanecerían intactos.

Para mi desgracia, hay cosas que se tienen que ocultar y esos eran mis sentimientos hacia él.

Me habían asignado la tarea de protegerlo. No obstante, nunca imaginé que algo como esto sucedería.

Mis alas estaban por desaparecer; había fallado y hecho lo me era prohibido.

Provocar una muerte, matarlo a él.

Fin

JanusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora