—Aries, por fin salís un rato de ese lugar.
Un hombre alto de cabello blanco y con unos brillantes ojos azules hablo desde la entrada de aquella gran mansión.
Vestía un traje elegante color azul petróleo y usaba accesorios dorados. Frente a él un auto de lujo estaba estacionado.
Aquel hombre era uno de los más poderosos Alfas de la ciudad, del país.
Aries, era su hijo. Denominado por muchos cómo "el multimillonario más codiciado".
Él, Aries, miraba con ojos brillantes a su padre Alfa.
—estaba disfrutando ahí adentro padre, si fuera por mí no saldría nunca.
—me alegro de que ya sepas cómo tratar a esos Omegas hijo, ya va siendo momento de que tengas hijos propios ¿No? La verdad se me hace raro saber que te encerrada con esas cosas todos los días y ninguno está en cinta... ¿Estás seguro de que lo estás haciendo...bien?
Ese hombre hablaba con desprecio cada vez que mencionaba a los Omegas, su incomparable cara de asco al escuchar de ellos, verlos u olerlos.
Aries miraba con los ojos brillosos del odio que sentía por su padre Alfa.
— obviamente lo hago bien, es más dos están en cinta justo ahora.
El hombre sonrió de oreja a oreja, era obvio por su cara que eso era lo que quería escuchar.
Ya muchas personas habían estado hablando de que "El hijo prodigio del señor Sallow no tuvo ningún cachorro hasta ahora", "sus hermanos mayores a los 17 ya tenían sus propios Omegas y cachorros", "también es extraño que los menores no den indicios de tener, será que los Alfas de su familia son defectuosos".
—... Y por ese motivo creo que los Betas deben dejar de estar en las salas de conferencia.
Todos miraban atentos al Alfa alto, de cabello medio largo y de color negro, quien vestía con un traje negro impecable y se paraba frente a todos con la frente en alto y hablando sin titubear.
La gran mayoría de las personas en ese lugar solo pensaban "¿Que idiotez está diciendo?", Pero habían tres personas en específico que no pensaban así, "Tiene razón", "por fin alguien que se anima a decirlo", "tiene razón, pero espero no le pase nada después de esto".
Los Betas afeminados que estaban en ese lugar solo lo miraban con tristeza, todos lo conocían, era uno de los 5 Alfas que jamás los tocaron en una junta. Sabían que lo iban a reprender por proponer tremenda "estupidez".
—yo creo... que estás muy equivocado querido.
—yo no creo que lo esté.
—Piscis no te metas.
—padre, no vas a impedir que me meta porque ya no estoy bajo tus órdenes.
—Vos no estarás bajo mis órdenes, pero quien organiza las juntas sí. Así que da por hecho que está es la última en la que estarás.