TMC: Un Alterno en Apuros (Cesar x Mark +18)

Cap.3 - El Patrón.

Habían pasado dos días desde que el asunto de César se había aclarado, Mark estaba dormido en su cama, cabe aclarar que estaba amaneciendo. El descanso del joven se veía interrumpido por los rayos del sol entrando por su ventana, ya que le estaba dando la luz en los ojos, miraba a su alrededor, percatandose de que todo estubiera en orden.

De repente se le da por mirar al techo y ahí ve a César colgado de pies viendolo directamente a los ojos.

Cesar: ¿Que soñabas?

Mark: ... Soñe que volvía a ver a mi madre... pero ahora... solo veo a un pendejo...

Cesar: ¿De que hablas si solo me estás viendo de fre-? Ay hijo de tu pinche madre.

Mark: Je...

Cesar: Bueno, al menos ya te levantaste.

Mark: Espera... ¿Y tu perro?

Cesar: ¿Perro? ¡Aaah! Nahual, si. El salió por un regalo.

Mark: ¿Regalo? ¿Como la pendejada que me ibas a dar cuando me seguiste aqui?

Cesar: Ay pero si ni te hice nada.

Mark: ¡Me querias coger!

Cesar: Con amor.

Mark: ¡¿Como es que tu especie puede si quiera aparearse?! Tienen garras y dientes afilados, y en algunos casos tienen puas en la espalda.

Cesar: Por que tenemos una forma muy buena para hacer eso. Bueno al menos los alternos de mi tipo.

Mark: ¿?

Cesar: Yo soy un alterno tipo imitador. Cuando me transformaron me cortaron el cuello, y mis cuerdas bucales están literamente adaptadas para copiar cualquier voz.

Mark: ¿Que cara-?

Cesar: *voz de Mark* ¿Que carajos?

Mark: ¡¿?!

Cesar: *voz de Mark* Sarah. ¡Sarah! ¡Vuelve a casa que va a llover! *sonido de ciervo*

Mark: Okey... basta.

Cesar: *voz de Nahual* Soy un buen chico, y quiero mucho a quienes me rodean. Soy fiel a mi familia y soy muy valiente.

Nahual: ¡Gran interpretación!

Cesar: Gracias, gracias.

Nahual: Bueno, en fin, traje un regalo para Mark.

Mark mira curioso al can, hasta que esté saca un conejo desmayado y se lo ofrece dejándolo en el suelo y haciéndose para atrás, en señal de ofrenda.

Mark: Ay... Por el amor de Dios...

Dijo con cara de susto. El animalito que Nahual había llevado a Mark abrió un ojo, olfateo y se volvió a hacer el muerto.

Mark: ¿P-por que tan peculiar este regalo?

Nahual: Supongo que tú no sabes cazar, así que te traje algo para que aprendas a matar.

Mark asustado tomo al pequeño conejo y salió de la habitación a toda prisa, fue al patio trasero y dejó al conejo en el suelo.

Mark: ¡Corre, ve por donde te trajeron! ¡Corre y se libre!

Dijo dandole empujoncitos, el animalito solo le dirijio la mirada y salió corriendo al bosque.

En eso sale Nahual medio enojado por la acción de Mark.