Capítulo 22: Volver a verte

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Era la primera vez que lo oía, BunnyS'M era una gurú del amor, no podía ser más contradictorio a Sophia Miller, sin olvidar que el título daba un poco dé pena

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Era la primera vez que lo oía, BunnyS'M era una gurú del amor, no podía ser más contradictorio a Sophia Miller, sin olvidar que el título daba un poco dé pena.

— ¿Y dime cuando te volviste tan sabia?—Le preguntó Byron

Sophie sintió la espinas de su pregunta, pero ella estaba demasiado abrumada para discutir

—Experiencia—Gran mentira.

Byron intentó ocultar su expresión de burla llevando la copa de vino a su boca, pero su intento fallo cuando Daniel carraspeo en voz alta intentando suavizar la situación. Recostó su cuerpo en el respaldo de su asiento como suele hacer cuando está molesto, mientras Sophie, ofendida por su reacción, no pudo evitar preguntarle por ello.

—¿Es divertido para ti?

—Para nada, todo lo contrario es muy interesante.

—Por cierto, Sophia, ¿asistirás a la gala de aniversario? —Preguntó Daniel intentando cambiar de tema

—Por supuesto, no me la perdería.

—Perfecto, me gustaría presentarte ante los miembros de la junta directiva

—¿Con quién vas?—interrumpió Byron

—Me encantaría conocerlos, aunque no sé si este lista —Respondió ignorando su pregunta.

Daniel entretuvo a Sophie con la charla del trabajo, Byron decidió no intervenir por el momento y se dedicó a terminar la entrada por su cuenta. La mesera se acercó con su comida poco después, pero Daniel fue interrumpido con una llamada importante se disculpó con ellos y se alejó de la mesa para atenderla; un incómodo silencio reinó entre ambos y el tranquilo almuerzo de Sophie se volvió difícil de ingerir, aunque todo parecía tener buen sabor, no podía sentir nada y masticaba por mero compromiso.

—Felicidades. —Hablo finalmente Byron

—No parecías muy convencido de ello hace un momento. — Respondió molesta

— ¿Debo creer entonces en tu alta experiencia?

—No sabes nada Byron— contesto levantando su mirada hacia él

—Entonces muéstrame — Le reto con picardía —De que me perdí.

Se acercó a ella y acomodo con cuidado un mechón de cabello, detrás de su oreja, el tacto de sus dedos le causo escalofríos y no pudo evitar colocarse nerviosa, bajo la mirada incapaz de seguir la intensidad de la de Byron. Demasiado abrumada para responder tomo un sorbo de su bebida, Sophie escucho una risita por su parte en respuesta.

— ¿Por qué estás aquí?

— ¿No puedo visitar a mi hermano?

—No me refiero a eso—respondió Sophie— ¿No estabas haciendo tu rural? —

Byron se tensó tan pronto como lo mencionó, dio un sorbo a su copa y enderezo su cuerpo incómodo.

—Hubo un cambio de planes.

Sophie no hizo más preguntas, se dijo así misma que no debía meterse más en la vida privada de Byron, por lo menos no hasta que tuviera claro sus sentimientos, no quería sentirse afectada por razones externas. Daniel regresó poco después y retomaron su charla trivial, se ofreció a pagar por su almuerzo, aunque ella se negó, él insistió y finalmente cedió, pero su encuentro no termino allí.

A Daniel lo recogió un auto porque tenía algo importante que hacer, así que muy amablemente le pidió a Byron llevarla de regreso a su dormitorio.

No pudo negarse, pudo inventar mil excusas diferentes para librarse del momento, pero no lo hizo, una parte de ella quería estar con él a solas, hablar y tratar de entender lo que ella quería de él.

Le ha tomado meses resolver sus sentimientos, sabe que le gusta, sabe que no odia sus besos ni su tacto, pero no entiende que limita tanto su corazón, no sabe como aceptarlo; es cansado y difícil pensar tanto en ello, con cada encuentro, cada pequeño roce, cada que observa la intensidad de su mirada quiere estar cerca de él, pero también teme amarlo y lastimar a su débil corazón de nuevo.

—Tu cinturón.

Byron se acercó para abrocharlo, el intenso olor de aquel perfume que Sophie amaba lleno sus sentidos, cerro los ojos por instinto tratando de calmar a su agitado corazón, escucho el clic del cinturón al estar puesto y pensando que él ya estaba lejos abrió los ojos y se topó de frente con los contrarios, Byron tenía una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿No soportas que esté cerca de ti, Sophie?—Pregunto acariciando su mejilla

—¿De qué hablas? Solo estoy cansada

—¿Puedo acompañarte a la gala?—Byron deslizo su pulgar por su mentón

—No hagas esto, no me confundas más

—No trato de confundirte, esas son mis líneas

Sophie se removió en el asiento y Byron se alejó entendiendo el mensaje, le pidió ingresar su dirección en el GPS y luego condujo en silencio hasta el dormitorio.

Ella se giró en dirección a la ventana, evitando el contacto visual por completo. No tenía palabras para él, ¿Por qué no la entendía?, no quería jugar con sus sentimientos, ¿cómo podría hacerlo? Si ni siquiera puede con los propios.

Sophie desabrochó su cinturón al llegar, tenía prisa por bajarse, necesitaba aire fresco, uno que no estuviera empañado con el olor de Byron. Abrió la puerta del copiloto intentando escapar, pero Byron sujeto su muñeca evitando que se marchara.

—No necesitas huir de mí.

—No estoy huyendo, ya llegué a mi lugar.

—Espero volverte a ver Sophie.

—Gracias por traerme

Byron soltó su muñeca, Sophie intento salir, pero se detuvo en seco, no quería marcharse así, retrocedió en su dirección, expectante, abrió ligeramente su boca en busca de palabras, pero nada salió, inclino su cabeza avergonzada, pero de repente sintió el calor de las manos contrarias tocar sus mejillas Sophie levanto su mirada y se fijó en el rostro contrario cerro los ojos y luego dejo a su corazón ser feliz.

Sus labios eran suaves, cálidos y dulces, tal y como recordaba, sintió el cosquilleo de su estómago florecer, pero estaba en calma, feliz, de nuevo todo a su alrededor fue lento y lo único que podía escuchar era el latir de su corazón. No hubo pensamientos intrusivos, ni mucho menos la agonía anterior sobre sí hacia lo correcto, porque lo correcto estaba junto ella y besaba sus labios y acariciaba su rostro como algo preciado. Sophie suspiró sobre sus labios, cuando se separaron observo la sonrisa de Byron y no pudo evitar reír junto a él.

—Debo irme—Anuncio separándose de él— Gracias por todo Byron

—Esperaré por ti, Sophie.

Ella salió del auto embobada, cerro la puerta y camino hasta la entrada del edificio, no giro para despedirse de nuevo, si lo hubiera hecho, Byron hubiese presenciado el colorido sonrojo en sus mejillas, aunque era tarde, sus orejas la habían delatado.

Ella salió del auto embobada, cerro la puerta y camino hasta la entrada del edificio, no giro para despedirse de nuevo, si lo hubiera hecho, Byron hubiese presenciado el colorido sonrojo en sus mejillas, aunque era tarde, sus orejas la habían dela...

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Crónicas de una chica enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora