IV

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Mi piso propio por fin. Hoy me mudaba definitivamente a mi piso después de más de una semana con mis padres tras volver de Manchester. Lo que más voy a echar de menos es la comida de mi madre, no lo dudo. Pero todavía podré pasarme por su casa algún día para cenar.

El piso estaba en un edificio bastante cerca de la ciudad deportiva donde entrenamos. Allí vivían varias de mis compañeras y algunos de otros equipos, era casi todo jugadores del barça. Estaré bien acompañada y si necesito cualquier cosa podré acudir a ellas sin tener que salir del edificio.

Cargada de maletas y bolsas llegué al portal. Había venido en taxi ya que mis padres estaban ocupados y estaba descargando y dejándolo todo en la puerta para que el taxista se pudiera ir. Con las llaves abrí la puerta del portal por primera vez y empecé a entrar cosas al ascensor. Era un poco agobiante hacer todo esto yo sola pero bueno, aquí estoy. En una de estas escucho un ruido proveniente de dentro, mierda ya me han roto algo. Cuando entro a mirar veo una maleta por el suelo y el culpable levantándola.

-Lo siento, bajaba por las escaleras sin mirar y...- levantó la vista y sonrió ladeadamente. -Ona, que haces tu aquí? -preguntó con diversión.

-Pablo- dije respirando para tranquilizarme porque no quería discutir ahora mismo- pues me estoy trasladando a mi nuevo piso. Pero creo que iré más rápido si nadie me tira el equipaje. -dije seria aunque después le dirigí también una sonrisa. Como había dicho Laporta, tenemos que llevarnos bien.

- Me dejas ayudarte? Parece que lo necesitas- preguntó volviendo a sujetar la maleta que había tirado.

-Que remedio- dije tendiéndole una bolsa y él fue directo a dejarlo en el ascensor. Si que tenía razón, necesitaba un poco de ayuda.

En menos de dos minutos nos encontrábamos arriba. Era un quinto piso. Saque las llaves del bolsillo y abrí la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Respire profundo entrando y mirando a mi alrededor. Había un pequeño recibidor pero enseguida daba a la sala de estar y comedor, era bastante espacioso. Ya lo había visto veces antes pero esta era la buena, ya habían traído mis cosas del piso de Manchester y aunque no estuvieran exactamente en su sitio hacían que me sintiera más en casa.

- Que bien decorado lo tienes- dijo Pablo caminando detrás de mi recordándome que estaba ahí, observando los cuadros que todavía no estaban colgados en la pared.

- Lo dudabas?- dije girándome a mirarle y también vi todo lo que tenía que entrar en la puerta. Cajas de cartón y maletas, tenía para rato.

Después de dar una vuelta por el piso para verlo todo y entrar mi equipaje empezamos a ordenar. Pablo se quedó ayudándome toda la tarde y sorprendentemente no tuve ganas de tirarle una caja a la cabeza en ningún momento. En verdad estábamos a gusto.

-Te diría de quedarte a cenar pero la nevera todavía está vacía.- Dije cuando acabamos y mire la hora. Se nos había echo tarde sin darnos cuenta.

-No es problema, tu crees que te echarán mucha bronca si te invito a una hamburguesa? - preguntó a la vez que revisaba la hora en el móvil.

- No, no creo que se enteren verdad?- dije restándole importancia, si que me apetecía bastante la hamburguesa y el nutricionista no tiene porque saber nada.

-Pues vamos, no tardaremos mucho, aquí al lado hay una hamburguesería increíble.- dijo cogiendo sus cosas y dirigiéndose a la puerta.

No caminamos ni dos calles y paramos en un local en una esquina, estaba literalmente al lado del edificio. Tenía una terraza grande pero no estaba a rebosar de gente, mejor. Estaba muy bien decorado con lámparas y muebles interesantes. El camarero que nos atendió era amigo de Pablo por lo visto.

Si que es verdad que las hamburguesas son buenísimas. Y parece que tendré que darle la razón a Aitana, ahora que lo estoy conociendo no me parece tan gilipollas. Me ha convencido y todo de que tengo que ir a ver un partido del masculino al estadio, que seguro que me lo pasaré bien y tendré a Laporta contento.

Como ya estaba teniendo demasiada suerte con no habernos encontrado a nadie en el restaurante, en el portal nos cruzamos con Jana. Ella también vivía en el mismo bloque y juraría que en mi caso mismo piso. Nosotros veníamos de la calle riendo y ella estaba esperando al ascensor. Cuando entramos Pablo se despidió y subió por las escaleras mientras que yo me quede esperando con Jana.

-No era que te parecía 'el tío más gilipollas de Barcelona'- dijo con una sonrisa confusa al ver la situación.

-Si eh, quien me lo iba a decir, que igual solo es el más gilipollas del equipo- dije entrando al ascensor y apoyándome en una de las paredes.

-Pues para ser tan gilipollas bien contenta que venías con él, y estás horas?- dijo levantando una ceja insinuante y a la vez de broma.

- Te puedo hacer la misma pregunta- contesté evitando la suya. Las dos reímos y cuando llegamos a nuestra planta nos separamos.

-Hasta mañana- dije y ella me hizo un corazón con las manos mientras caminaba por el pasillo hasta su puerta.

home <3 || Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora