III

227 13 1
                                        


Al día siguiente me despierto en casa de mis padres. Uno de los últimos días porque ya en breves me voy a mi propio piso, ya me han avisado de que está todo listo y me puede trasladar cuando quiera. Para ser que no tengo entrenamiento, he madrugado, y es que tengo que ir a ver a Laporta esta mañana. En el fondo estaba un poco preocupada, acababa de llegar y ya me va a llamar la atención. No estaba para nada orgullosa de eso.


- No puede ser- susurro incrédula llegando a las instalaciones cuando en la salita que hay antes de el despacho del presidente me encuentro a Gavi con el peso puesto en una de las paredes. No pude evitar tensarme y recorrió mi cuerpo una sensación confusa cuando levantó la vista del móvil para mirarme de arriba a abajo, poco discreto por su parte.

-Hombre Ona, como estas?- dijo él con tono sarcástico separándose de la pared en la que estaba apoyado.

-Esto es ridículo- digo evitando su pregunta.

- No empecemos, que estamos aquí perdiendo el tiempo por tu culpa.- dijo sorprendiéndome por su tono relajado y acercándose a mi sin separar la mirada que llevaba conectada con la mía desde que empezamos a hablar. La tensión que se respiraba podía cortarse con un cuchillo como en las veces que hemos coincidido antes.

-Seguro?- pregunté todavía incrédula, los dos estábamos manteniendo un tono de voz bastante tranquilo y simplemente no entendía que problema tenía conmigo.- el borde de mierda eres tu.  No entiendo que problema tienes conmigo, desde el día que llegue ...- por fortuna en ese instante Laporta abrió la puerta cortando la conversación y invitándonos a pasar a su despacho.

- Buenos días chicos.- dijo colocándose en su escritorio. - Quería hablar con los dos un par de cosas cuanto antes pero tengo un poco de prisa. Vamos a empezar por lo malo, bien? - los dos sentándonos en unas sillas asentimos para que empezara. -Somos más que un club, el Barça es una familia y que dos de mis mejores jugadores se peleen en pleno campo bajo la vista de todos no da precisamente esa imagen, el respeto es lo primero y sois grandes referentes. Así que no quiero que se repita, no quiero que volváis a discutir delante de todo el mundo. - nosotros asentíamos comprensivos con la cabeza a medida que iba hablando. - No se que tontería lleváis pero ya estáis solucionándolo y para dentro de unos días tenéis que parecer grandes amigos. Por eso también quería felicitaros a los dos. Habéis sido dos de los nominados para los premios FIFA The best como mejores futbolistas en vuestras categorías y los premios se celebran en Londres en dos semanas.- ante esa noticia ambos sonreímos., nominada a la mejor futbolista, que emoción. - Ese día volareis junto a mi y el personal necesario en privado y nos alojaremos todos en el hotel. Por la noche asistiréis a la gala juntos. Juntos, vale?- repitió- se tiene que ver la unión y el gran equipo que es el Barça, tenéis que dar buena imagen. Y que empiece lo antes posible, tenéis que compensar la discusión- terminó amenazante.- me entendéis no?- dijo por último señalándonos y ambos asentimos serios. Yo mire a Gavi que sonreía con una mezcla de satisfacción y paz que no entendía.-Ahora os dejo que habléis aquí dentro, cuanto antes mejor.- posteriormente salió del despacho cerrando la puerta a su paso.

Todavía en silencio los dos nos miramos.

-Ya has oído, esto no puede seguir así.- mencionó él

-Mhm- dije yo cruzando los brazos

-Va Ona, vamos a hacer las paces que yo he venido con toda mi buena intención.- dijo levantándose de la silla y pasándose una mano por el pelo con desesperación.

-Toda la que te faltó el primer día- contesté tajante aunque en el fondo si que quería acabar con el mal rollo

-Te sentó realmente mal esa eh- me respondió y a la vez se le escapó una sonrisa.

- Puede.- me levanté para ponerme a su altura

-Pues perdón por haberte molestado- dijo y se quedó esperando mi turno

-Perdón por... en verdad no se porque te pido perdón- rectifiqué, no considero que me haya comportado mal

-Ona...

-Lo siento Gavi - y tras esas palabras como niños de cinco años zanjamos la discusión con un apretón de manos y un abrazo amistoso.

-Prefiero que me llames Pablo- añadió guiñándome un ojo antes de salir de la sala, aquí volvía la pizca de chulearía característica de él.

home <3 || Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora