Soy Inmortal

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El país del Fuego tembló mientras miles de árboles se precipitaban con gran velocidad en dirección a Isshiki Otsutsuki, logrando alejarse a una gran distancia. Desde los cielos, se podía observar la devastación de un país poderoso, ahora cubierto de árboles que aparecieron de la nada.

Este jutsu secreto causó miles de heridos y millones de muertos, desde niños hasta adultos. Pero lo más aterrador era que al tocar la madera, incluso con un simple roce, todo el chakra o la energía vital se absorbía rápidamente, causando más muertes y dolor en el país.

Al volver con nuestro protagonista, lo vemos con su brazo ya regenerado gracias a la resurrección instantánea debido a la pérdida de chakra al activar tal jutsu. Sin embargo, antes de que Isshiki comenzara a acercarse, intenté abrir un portal a otro reino. Pero justo antes de hacerlo, un cubo apareció sobre mí, aplastándome de inmediato.

Al resucitar de nuevo, cientos de fantasmas ajin se materializaron frente a mí, levantando el mencionado cubo. Al principio, Isshiki pensó que yo tenía habilidades relacionadas con la gravedad, al igual que él.

Sin embargo, de repente, como si fuera una magia desconocida para él, logró ver a cientos de criaturas negras sosteniendo el cubo, siendo lanzado en su dirección. Mientras tanto, un enjambre de estos fantasmas negros ajin se abalanzaron directamente hacia donde estaba Isshiki.

Uno de los ajin, con un fuerte puñetazo, golpeó el rostro de Otsutsuki, pero él permaneció imperturbable. En respuesta, surgieron más barras negras que destrozaron a todos los fantasmas. Varios dejaron de regenerarse debido a la pérdida de sus cabezas, mientras que otros continuaron regenerándose rápidamente y siguieron combatiendo.

Con las barras destrozando su túnica, otros sujetaron sus manos para evitar que desplegara más de esas barras. La escena se asemejaba a una pelea callejera, donde lo golpearon sin descanso.

De repente, una voz se escuchó mientras el individuo sonreía sin cesar. "¡JA, JA, JA, ¡JAJAJA JAJAJA! Esto es fantástico. Nunca pensé que alguien pudiera controlar fantasmas negros. Entonces, eso son las habilidades de tu Mangekyo. Nada más que un niño que no sabe pelear".

"Como el anfitrión no sabe, sus sombras tampoco saben combatir", continuó burlonamente. En ese momento, todas las sombras ajin desaparecieron con un solo golpe. "Ahora, niño, muere".

Desde los cielos se podía ver asientos de cubos negros de diferentes temas, al igual con miles de barras negras, escondiendo la luna con todo este armamento ancia mío.

En voz baja, sabiendo que este Otsutsuki me estaba escuchando, digo lo siguiente: "Es verdad, no sé pelear. Incluso no puedo controlar bien el poder que añadí de las Diez Colas que está en mi cuerpo. Pero lo único que sí puedo es..." Con voz más fuerte, añado: "¡Verte muerto!"

Con mi Mangekyo Sharingan activado, una poderosa energía dorada sale de mí, envolviendo todo mi cuerpo. Este poder comienza a crecer rápidamente, transformándose de un esqueleto a tener el cuerpo completo de un Susanoo. El tamaño de este Susanoo era de 30 metros de altura.

Isshiki, sin inmutarse, comenta: "¿De verdad crees que porque eres más grande y rápido podrás matarme? No me hagas reír, niño. Te espero con una sonrisa desafiante".

Nuestro protagonista responde: "¿Por qué eres tan orgulloso, Otsutsuki? ¿Solo porque eres de otro mundo te proclamas un Dios? ¿Solo porque robas ADN de los mundos que invades, crees que ese título honorable te lo mereces?" Mientras habla, sigue mejorando su Susanoo.

"Aunque tienes razón", continúa, "mientras más grande sea, más inútil es ver a las hormigas como tú. Para estar a tu altura, tengo que miniaturizar este Susanoo".

Nobita: Dios del Panteón UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora