PI|C5: Misión I

4 2 0
                                    

Año 2600

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Año 2600

Estación de trenes de la capital Beta, Stirsyan.

Hora:  11:59 p.m.


Los vagones están listos, la larga espera se ha mitigado y las constantes miradas tristes que da Ezra no me pasan desapercibidas. Se que la ausencia de Stella lo carcome por dentro, más con las palabras de Rhea.

Son exactamente las 11:59 y ninguna señal de Seth o Jarek.

El equipo está listo y ellos ni siquiera han llegado.

Repiqueteo mi pie sobre la baldosa negra que cubre el piso y mi vista esta cada dos por tres en mi reloj. Odio la impuntualidad, todos lo saben y cuando nadie respeta ello; soy capaz de ser una perra y maldecir ante su falta de compromiso. Algo extremista, pero, ¡Vamos!, ¿A quién no le molestaría ello?

Esto no es la escuela, no es una estúpida cita de tontos ni mucho menos es un juego. Los jinetes trabajamos con el tiempo, corremos a favor del mismo y luchamos en contra de. Suena ilógico y hasta irónico, pero un hombre desangrándose no va esperar solo porque le digas a la almohada cinco minutos más.

Eso es egoísta. Somos adultos que vivimos día a día en una guerra con la constante idea de: Hoy respiramos, mañana no. Y me molesta que algunos no lo comprendan.

Observo de reojo como Rheavel se mantiene con la mirada vacía e inescrutable. Es una mujer de pocas palabras y de muchas acciones, con el valor de un jodido ejército y con el corazón más frio que los inexistentes glaciares, pero tiene defectos y unos de ellos es la líder de Beta.

Para nadie es sorpresa el odio que se profesan madre e hija desde hace años.

Sahara y ella son completamente distintas, una es egoísta y su única importancia es ganar, tener aliados, sacrificando a una que otra persona en el proceso; y la otra busca el bienestar de todos, independientemente de que ganemos o no. Su objetivo es tener gente leal a que tener personas pasajeras que se irán al menor de los peligros.

Sí, todos aquí tenemos madera de líder, de eso no hay duda; pero tener la valentía de levantar la mano para dar su vida, no. Somos cobardes y, por ende, tenemos miedo, no hay que avergonzarse.

Todos morimos tarde o temprano, pero caer solo y que nadie le tome importancia lo hace tan deprimente a pesar de que no lo veas. Sin embargo, lo sabes y eso lo hace peor.

Dormir y despertar en una base desde pequeño no es un sueño. Levantarte en horas inadecuadas por temor a que esas cosas vengan y nos ataquen cuando menos lo esperemos tampoco es alentador.

Ajusto inconscientemente más el chaleco protector en mi torso. Mis guantes los siento flojos conforme mis manos los hago puños. El uniforme tiene ligereza y eso es una ventaja cuando corremos. Las botas no son altas ni contienen almohadones que eleven nuestros pies del suelo. Los cordones son ajustables y no se desatan ante nada. La sudadera que cubre nuestros brazos son de una gruesa tela que en su interior tiene una ligera capa ajustable de titanio, evitando que esas cosas lleguen a perforarnos la piel.

Stirsyan |JDT1 [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora