━━━𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐂𝐄𝐑𝐎; 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧

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𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 1: 𝐥𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.


     'RESCARADA', TAL VEZ ESA NO ERA LA PALABRA CORRECTA PUES ELLA NO LO SENTÍA ASÍ, su rescate, su salvación, era la muerte. Pero Matsuda no lo había permitido, la sacó de entre los escombros y la ocultó donde nadie jamás la encontraría.

Cada canal de televisión hablaba de ella, 'peligrosa muchacha acusada de varios asesinatos'. La foto de Ryuzaki, la de los que vivían en ese departamento también, las de sus padres. Testimonios de algunos de sus compañeros, los periodistas los seguían por todos lados, también hubo una conferencia de parte de la escuela y de St Edwardts. El día que vio a Aizawa hablando sobre su descontrol con su quirk y su personalidad supo que estaba sumamente decepcionado de ella, y no lo aguantó, tiró la casa donde estaba viviendo abajo.

Aquello reforzó los esteriotipos y prejuicios de los internos de St. Edwardts y la UA dejó de darles becas.

Cuándo se convirtió en los criminales más buscados, pues era demasiado peligrosa para andar sola por la vida, pidieron que cualquier información sobre Yagami Akira iba a tener una recompensa; ahí fue cuando descubrieron que había trabajado con la liga de los villanos y todo cobró sentido para los oficiales e investigadores. El robo al banco, el desconocido que se había robado el contenido de las inyecciones que inhibian quirks de Chisaki, su persecución junto a Dabi que habían hecho algunos héroes, uno de ellos muerto.

Tan doloroso que ya no pudo seguir e intentó quitarse la vida, intento fallido porque Matsuda la salvó justo a tiempo.

"Ya no quiero, déjame ir". Lloró al mismo tiempo que apoyaba su cabeza mojada en el hombro de el pelinegro.

"Por favor Yagami-San, eres lo único que nos queda."

Pasó de sótano en sótano hasta que al fin encontró una casa segura lejos de la ciudad, no la encontrarían ya que la casa no era vista gracias al quirk de uno de sus seguidores, ahora, fieles a ella.

Sus días allí eran tristes, no tenía a nadie más que Matsuda —quién abandonó a su familia para hacerse cargo de ella—, él la instruía en cosas de la mafia y cómo administrarla. Tiempo después comenzó a venir un profesor particular con la intención de que tenga los conocimientos que hubiese tenido en la secundaria y otro vestido más formal que le enseñó todo sobre la mafia. El último hombre era un entrenador, además de hacer que su cuerpo tenga un buen estado fisico, hizo que el control de su don sea perfecto aprendiendo todo lo que nunca hubiese aprendido en la UA por no ser "moralmente correcto", o legal.

Los siguientes dos años se trataron de eso y ella no se quejaba, no podía hacer otra cosa que conformarse con la vida que le había tocado, era el precio que debía pagar por sus pecados.

Odiaba mirar la tele, veía a sus antiguos amigos triunfar sin ella a su lado, practicantes de héroes hechos y derechos. Bakugou era el que más le sorprendía, era un poco más calmado y paciente; se había convertido en un gran héroe, estaba orgullosa de él y quería decírselo aunque ahora sea imposible.

Lo extrañaba, en los meses que estuvo junto a él en la academia hizo que forjen un fuerte vínculo; sentían que eran hermanos, más que amigos.
Pero las cosas no volverían a ser como antes, y eso le quedó claro desde un principio. Cada día, ni bien se despertaba, se repetía eso mismo en la mente; cada día, ni bien se despertaba, maldecía por haberlo hecho.

"Buenos Días, Yagami-San." Matsuda entró a su habitación, destapó su cara y verificó que estaba despierta; le sonrió, con su sonrisa dulce y amorosa —la que le producía nauseas—, y abrió las cortinas para que entre luz. "Y muy feliz cumpleaños."

❛𝐌𝐔𝐃𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃❜ ᵃ ᵈᵃᵇⁱ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora