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Guardo rápidamente las cosas que necesitaba para el día pesado que me esperaba hoy, estaba guardando las últimas cosas que me había olvidado de meter por tener la cabeza en cualquiera últimamente.
Escucho como a mi celular le llega un mensaje y voy corriendo a agarrarlo suponiendo que es giani avisando que ya vino a buscarme, ya eran las 14:15 bastante puntual si me lo decis a mi. Después de asegurarme de que mi gatita no va a pasar hambre el día de hoy, salgo con cuatro bolsos encima donde llevo ropa, maquillaje y unas pares de cosas más.
–Te ayudó boluda–. Escucho como me dice Gianfranco para rápidamente sacarme tres bolsos y guardarlos en la parte de atrás de su auto.
–Gracias–. Le digo con una sonrisa y cuando por fin me quito el peso de las cosas lo observo detenidamente. Estaba vestido bastante básico; un jean, remera negra y campera, pero demasiado atractivo de igual forma.
–Hola..–. Le digo después de que ambos ya entremos en el auto.
–¿Como andamos?–. Me pregunta con una sonrisa mirándome.
No se de donde me nace una ganas tremendas de tirarme de comerle la boca hasta quedarme sin ganas, me impulsó para adelante para darle un beso hasta que caigo en que seria raro besarlo en un contexto que no estamos en un boliche, así que simplemente le doy un beso en la mejilla y vuelvo a mi lugar inicial.
–Bien bien, ¿y vos?–. Le respondo carraspeando, él se me queda mirando para acto seguido agarrarme de la nuca y darme un beso; uno de unos simple segundos que ni en pedo me quitan las ganas de chaparlo que tengo.
–Ahora bien–. Me responde sonriéndome arrancando el auto para empezar el trayecto.
–¿A donde la lleva este humilde chofer, señorita?–. Me pregunta haciéndose el serio en joda.
–¿Donde está el humilde chofer?–. Le respondo con gracia mirando hacia todas partes como buscándolo.
–Encima que te hago de uber me tratas así–. Me dice con un tono haciéndose el ofendido, simplemente me rio.
–¿Puedo poner música?–. Le pregunto.
–Obvio boluda–. Me responde y procedo a poner una canción, no poniéndola tan fuerte para poder charlar tranquilos.
>>¿Que hacías antes?–. Me pregunta y me acomodo en mi asiento para responderle.
–Lara se quedó ayer conmigo entonces ordenamos un par de cosas para distraerla un poco, y después guarde todo lo que necesitaba para la sesión de hoy–. Le cuento.
–¿Y que onda ella?–. Me cuestiona.
Hago una mueca antes de responder.– Esta como puede la verdad, pero no los quiere ver a los otros ni en pedo.
–¿Tatiana era la que estaba la primera vez que nos vimos, no?–. Me pregunta dándome una mirada rápida.
Me había olvidado que estaba con ambas la primera vez que me lo cruce.
