Promesas rotas

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Aquellas promesas que se hicieron aquel día en el aeropuerto ,quedaron perdidas por la distancia.

Hueng-Min, con el corazón en la mano, esperaba ansiosamente que el argentino le contestara los mensajes. Desde que abordó ese avión, no volvió a saber de él.

Tampoco tenia forma de comunicarse con algún conocido del cordobés, aunque conocía a varios jugadores que competían en la Premier League, no era lo suficientemente cercano como para tener sus números de contactos.

Recién cuando comenzó la copa América, pudo verlo a través de la pantalla. El argentino, con la camiseta celeste y blanca, parecía haberse transformado en otro ser. Cada foto o clip en el que aparecía estaba rodeado por los mismos amigos de siempre, sonriendo, jugando e incluso tomando mate.

Se lo veía feliz, libré.

Tal vez, Heung-Min estaba exagerando y no era tan grave como lo sentía o tal vez, simplemente, Cristian habia decidió olvidar aquellas promesas y seguir adelante.

¿Acaso no significaba nada para el?.

La salud del Alfa se desvanecía como una vela que se consume lentamente. Dejó de levantarse en la madrugada para seguir los partidos de cerca y la luz que parpadeaba en su corazón se apagó.

Aunque se aferraba a los mensajes de textos antiguos y a las fotos guardadas en su teléfono. Las palabras escritas no podían replicar la calidez de un abrazo, ni las imágenes capturar la esencia de aquel último encuentro.

El tiempo como arena entre sus dedos, se llevaba consigo la calidez del recuerdo de su amigo y Heung-Min luchaba por retenerla, pero la distancia era implacable y la memoria se volvía borrosa al igual que las fotografías desgastadas por el paso de los años.

Por las noches, en la soledad de su habitación se repetía así mismo que era solo una fase, que ese sentimiento de duelo, tan pronto volviera a estar en los brazos de Cuti, iba a desaparecer.

No obstante, la realidad era más cruel, las visitas al doctor se volvieron constantes y repetitivas. Su estado anímico trascendió a niveles desconocidos por la ciencia común.

El dolor se aferraba a su alma, oscureciendo incluso los momentos tiernos.

-¿Qué es lo que tengo?- le preguntó al doctor encargado de su seguimiento – no alcanzo oler ni siquiera mis feromonas.

-¿Usted tiene pareja? – inquirió, con el cuidado de no largar la noticia sin anestesia.

Desconfiado miro seriamente al profesional, se suponía que la Clínica Selene era una de las más prestigiosas del país. ¿Por qué salía con esos temas personales?

-No lo tengo- respondió sintiendo que su privacidad estaba siendo examinada con lupa.

-¿Alguien cercano?.

La insistencia del otro Alfa, exaspero a Heung-Min.

-No sé qué tiene que ver mi privacidad con...

-Usted está sufriendo una imprimación - declaró al terminar de revisar los resultados de los análisis- su lobo, ese ser que lo complementa esta perdiendo la batalla contra su naturaleza.

El coreano sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies, su rostro palideció y el miedo reflejó momentáneamente sus ojos.

-Esto no es algo que sucede por mera elección- explicó con voz suave para no seguir alterando al jugador- uno no tiene dominio completo sobre su lobo. Es una conexión ancestral, una fuerza que va mas allá de nuestra comprensión.

-¿Qué solución hay?.

-Mi recomendación es que hable con esa persona, cuéntele lo que le sucede. Aunque, en el caso...

Quédate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora