Quédate Conmigo

Capítulo 19

Heungmin acarició el rostro de Cristian con ternura, sus dedos recorriendo suavemente la piel marcada. Luego, su mano descendió lentamente hasta el centro del pecho desnudo de Cristian, donde se notaban claramente las marcas de los colmillos de su lobo.

Aunque no era del todo consciente cuando ocurrió, le dolía profundamente haber sido el causante de esa herida.

—Estoy bien —dijo Cristian, tratando de calmar cualquier preocupación que pudiera surgir en Sonny—. Apenas lo sentí.

—Estás todo lastimado —replicó, acariciando nuevamente su rostro, aún se veían las marcas del bozal—. Si pudiera levantarme...

—Hice cosas terribles, Sonny —Cristian se restregó contra la suave palma de la mano del coreano—. De lo único que me arrepiento es de haberte lastimado. Perdóname, te juro que no volveré a hacerlo.

—¿Peor que lesionar a un jugador? No creo que haya sido tan terrible —intentó bromear, pero su comentario quedó suspendido en el aire al darse cuenta de que Cristian continuaba serio—. ¿Puedes confiar en mí?

—Confío en vos, no confío en mí.

—Cris, ¿qué te pasó? Nunca entendí cuál era tu motivo para tratarme así, fuiste muy duro.

—Más adelante, te lo prometo... ahora no, seguro que tus padres quieren pasar tiempo con vos y el doctor debe andar por ahí buscándome.

Heung-Min lo observó, sintiendo que nuevamente lo estaba alejando sin darle una explicación. La actitud de Cristian lo confundía, pero no dejaría que volviera a decidir por los dos, esta vez las cosas se harían a su manera, le guste o no.

Ellos merecían estar juntos, era así de simple y fácil de comprender.

—Pa... ¿Dónde está Cris? Hace una hora salió y no regresa —preguntó con impaciencia, su tono reflejando su creciente frustración.

El hombre mayor miró nervioso a su esposa, como si le pidiera ayuda.

—Hijo —comenzó su madre cuando los doctores se fueron—, hay muchas cosas que sucedieron mientras no estabas. Cuti...

Escuchar las descripciones de la criatura en la que se convertía su amigo le dio escalofríos. Heung-Min conocía las creencias que existían acerca de los Enigmas, la casta que en un pasado los líderes debieron extinguir por el bien de los demás.

—Quiero ir con Cris... —exigió a sus padres—. Necesito verlo, quiero que venga. Si no viene por las buenas, díganle que empeore.

Para evitar que su hijo se levantara para ir detrás de Romero, el señor Son salió al pasillo a pedirle al más joven que regresará a la habitación y de pasó, preguntarle al director del hospital si los podía poner juntos.

—Crist...

El señor Son se puso en cuclillas al encontrárselo sentado en el piso, mirando una y otra vez las mismas fotos en absoluto silenció.

Al mencionar el nombre de su hijo, Cristian levantó la mirada. Sus ojos reflejaban el dolor y la culpa que le producía ver hasta donde era capaz de llegar cuando perdía el control.

-El pasado no tiene por qué influir en las decisiones del presente—dijo con suavidad.

—Yo hice esto —murmuró incrédulo, señalando las . ¿Qué vida puedo pretender que él tenga conmigo?

—Habla con Sonny— insistió— Se que esto es difícil para ti, pero distanciarse no es la solución. Es evidente que ninguno de los puede estar sin el otro.