Al menos tu decides

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Damián observaba como sus padres adoraban a su hermano mayor Demetrius quien solo tenía una mirada perdida, estaba celoso de que ese chico tuviera toda la atención de sus progenitores y era algo molesto ya que él también se esforzaba demasiado pero aun tenía 5 años por lo que no podía competir contra el imperial escolar.

Que frustrante—dijo el pequeño soltando su peluche azul—en fin, iré a dormir

Damián—la voz de su hermano mayor se hizo presente

¿Qué necesitas? —lo miro con curiosidad infantil

¿Qué es sentir molestia o tristeza? —lo observo

Yo—se quedó confundido ya que no sabía si su hermano mayor se estaba burlando de él o solo quería una respuesta—no se te decir, eres suficientemente listo para definir eso

Bueno—se recargo en la pared—no sé si sepas que no puedo sentir emociones, creo que tampoco puedo generar vínculos y por eso me gusta estudiar

¿No te sientes solo? —se acerco

No sé qué es soledad—lo observo—pero veo que disfrutas mucho de la compañía de Ewen y Emile

Si, son divertidos, aunque quisiera que mis padres me brindaran esa atención que te dan a ti—sonrió algo con tristeza

¿Si? Yo siento que solo me ven como una carta de triunfo—alzo los hombros—en fin, buenas noches

El pequeño Damián tomo su peluche del suelo y camino a su cuarto, era raro entablar una conversación con Demetrius ya que él vivía en los dormitorios de Edén, pero en ese momento, aunque supiera que su hermano era raro, sintió una especie de cercanía con él

Los años siguieron pasando y Damián intentaba conseguir la atención de sus padres pero fue imperial escolar a los 12 años, entonces por más que se esforzaba siempre estaba por debajo de su hermano mayor quien ya tenía una beca para estudiar en Harvard negocios internacionales, entonces cuando esa manager loca observo el talento de ese grupo de chicos, él intento aferrarse a ese sueño tonto aunque no era su camino para poder al menos llamar la atención de sus dos padres, pero, todo salió diferente a lo imaginado ya que siguieron minimizando sus logros frente a Demetrius.

Que frustrante—se recargo en la pared mientras fumaba un cigarrillo

Fumar te hace mal—Demetrius se acercó mientras lo miraba

No te importa—cerro los ojos

Nunca pensé ver que tuvieras un vicio, es raro—se recargo en la pared

¿le dirás a mis padres? —lo miro

Claro que no, pero tienes aun 19 años—lo observo—en fin, no soy nuestros padres para regañarte

Dime ¿solo me ves como un lastre? —se acerco

Para nada—le sonrió—hermano, tengo trastorno de personalidad esquizoide, no es que no quiera entablar un vínculo contigo es solo que

Entiendo—asintió—disculpa

Pero a pesar de todo eso—suspiro—eres a lo único que le tengo aprecio—se giro

Damián se sorprendió ante eso y decidió apagar su cigarrillo, no obstante, sus decisiones que tomo meses después empezaron a causar estragos en su vida, hasta el punto que su padre lo mando a llamar una fría mañana de invierno, una semana después de que Evelin se fuera de su departamento.

¡DEJA TU CARRERA O TE DESCONOCEREMOS! —Donovan grito molesto—dime ¿Qué sientes que nuestro apellido este manchado por tu culpa? —le aventó el periódico—eres un adicto

Una escena de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora