uno

700 49 0
                                    


Era extraño.

Su cuerpo se sentía débil, sudoroso y a la vez cansado.

No entendía por que los chicos lo miraban de esa manera, inclusive los del staff, quienes habían decidido darle unos días de descanso, no entendía el por que, pero no se negó a ello puesto que en verdad lo necesitaba. Su fiebre cada día aumentaba y casi no podía salir de la cama, sabia que eso en un futuro afectaría su desempeño en el baile; lo único que Ni-ki temía era ya no ser considerado un prodigio luego de sus días fuera.

ㅡNini... te ves terrible. —hablo su líder con una ligera mueca de preocupación

ㅡEstoy bien, solo algo cansado. ㅡrespondio el mencionado, continuando con la rutina que estaban siguiendo, a lo que el líder tuvo que intervenir nuevamente, sujetando su brazo

Un quejido.

Fue mas como un pequeño gemido ahogado que el menor intentaba disimular al percatarse de ello.

ㅡRealmente no lo creo. ㅡmusito Jungwon ya algo molesto por la actitud rebelde y negativa de su integrante ㅡQuiero que vayas a descansar, es una orden Nishimura Riki.

El menor observó a su alrededor frunciendo ligeramente el ceño al darse cuenta de que todos estaban cabizbajo y algo incómodos ante la escena, dejando en claro que no harían nada para contradecir las órdenes profesionales de su líder.

Riki bufo.

—Bien, veamos si pueden realizar la coreografía por su propio mérito.

Dicho esto, salió disparado de la sala de práctica con la cabeza hecha un lío y dejando a los chicos restantes con el corazón en la boca. Su menor se había molestado, la culpa que sentían les impidió reaccionar mal ante su falta de respeto y esto hizo que se miraran todos entre sí con algo de pena en sus ojos.

Jake dudó un momento, jugando con sus dedos, antes de dar un paso al frente dispuesto a ir tras su pequeño mejor amigo. Él también estaba algo molesto por su actitud, pero podía comprender la frustración del más joven. Más sin embargo, no pudo continuar puesto que una mano en su pecho lo detuvo.

—No te preocupes, yo iré.

—Heeseung hyung... ¿estás seguro?—el mayor asintió, sin mostrar ni una sola pizca de emoción en su rostro

—Hoy cumplió su mayoría de edad.

Todos abrieron ligeramente los labios, recordando que ésta era una fecha importante para su maknae.

Heeseung no tardó en salir del lugar en dirección a la planta baja, buscando al más joven por todo el edifico, antes de suspirar al recordar uno de los salones que el pelinegro consideraba su lugar seguro; la sala de recreación.

El mayor ingresó al lugar buscando con la mirada al chico, tomando aire para poder tranquilizar sus notables nervios y así no incomodar aún más al adversario.

—Hyung... —Heeseung volteó rápidamente, observando a un cabizbajo Riki salir de entre un par de sillas amontonadas.

—Ah, Ni-ki, aquí estabas. —se acercó al más pequeño y no dudó en sacudir su pelo con una pequeña sonrisa

El menor sonrió con dificultad sin levantar la cabeza, lo cual se le hacía algo extraño al más grande, ¿estuvo llorando?

—Nishimura Riki. —llamó, siendo ignorado por el mismo

El mencionado soltó un pequeño jadeo, dejándose caer en el piso de rodillas frente a su mayor, asustando al mismo, quien no dudó en ponerse a su altura para sujetar sus mejillas rápidamente obligándolo a que lo mirara. Su sorpresa fue grande al notar sus mejillas rojas; el cuál subía por el puente de su nariz poco a poco. Sus ojos estaban cristalinos y llorosos, humedeciendo sus largas pestañas. Sus labios estaban entreabiertos y de éste caía un pequeño hilo de saliva mientras el más joven respiraba con mucha dificultad.

—Heeseung hyung... —murmuró, su voz apenas audible

Las mejillas del menor rozaron las ásperas manos de Heeseung, haciendo que el más pequeño jadeara con suavidad, acción que confundió al mayor, lo suficiente para hacerlo retroceder repentinamente.

¿Qué es lo que su pequeño hermanito estaba intentando? ¿Acaso entendió mal el accionar del menor?

Sus pensamientos fueron repentinamente interrumpidos al ver nuevamente como el chico se levantaba. Sintiendo un pequeño ademán, bajó su mirada en un pequeño bulto asomándose en el pantalón de Ni-ki.

—Heeseung... —sus labios se pegaron entre sí al escucharlo gemir suavemente su nombre - muerdeme. Necesito que lo haga.

Así que era eso.

Su maknae finalmente entró en celo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
bite me  ;     heekiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora