doce

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Ninguno sabía qué decir. Las veces que alguno de los cuatro chicos se cruzaban ni siquiera podían mirarse a los ojos.

Ni-ki tenía ganas de reír al ver lo rojo que se ponía su hyung de cachetes gorditos, se le hacía realmente lindo.

Sunoo hyung podría llegar a ser un ser asquerosamente malvado y aún así se vería lindo, pensó.

Realmente no tenían tiempo de hablarlo, ni siquiera de sentirse incómodos con lo que había pasado días atrás en aquel baño por todo el trabajo que pesaba sobre sus hombros. Tanto al iniciar el día, lo único que hacían era terminar los detalles de algunas grabaciones, hasta que caía nuevamente la noche y volvían a casa, simplemente cayendo rendidos sobre los brazo de morfeo.

Para Ni-ki era un infierno.

Nisiquiera entendía la necesidad insaciable de escabullirse en la habitación de Heeseung en medio de la madrugada buscando algún tipo de contacto físico. Según le indicó JungWon, las situaciones inexplicables que le sucedían normalmente se debían a su celo próximo. Odiaba esa palabra. Pero era la única explicación que podía tener del porqué de su comportamiento.

No podía contenerse al ver cómo se acercaban a Heeseung. Un fuerte aire de celos lo golpeaba al ver los comentarios de que Jungwon y Heeseung harían muy buena pareja. Y aunque el mayor lo consolaba de vez en cuando diciéndole que solo era la perspectiva de los demás, tampoco ayudaba mucho el hecho de que ambos chicos pasaran más tiempo juntos.

De hecho, Ni-ki pudo notar como durante todas las filmaciones del nuevo comeback ellos no se separaban. Se le revolvía el estómago durante las sesiones fotográficas cuando les pedían posar juntos.

Tal vez solo estoy volviéndome loco, pensó.

Odiaba volver del trabajo con la cara roja por los celos. Su comportamiento había cambiado y él mismo lo había notado. No le gustaba, pero no podía hacer más que alejarse de todos.

Pasó una semana entera y las cosas iban de mal en peor, todos lo notaban. Estaban preocupados por su maknae, principalmente Heeseung. Ni-ki dejó de visitarlo, de pedirle mimos, besos; simplemente hacía como si él no existiera. En algunas ocasiones evitaba comer en casa para no verlos, eso había generado una tensión muy grande entre todos.

ㅡ¿Crees que sea por lo que vio? ㅡmurmuró Sunghoon solo para que Hee escuchase, viendo como Riki se escabullía en la cocina.

Heeseung, Jungwon, Jake y Sunghoon se encontraban en la sala esperando por la camioneta que los llevaría a su salida directo a continuar algunas de sus grabaciones, mientras el resto se tomaba el día libre.

ㅡNo lo creo. ㅡsuspiró el mayor, pasando una mano por su rostro frustración. Podía sentir lo incómodos que estaban allí.

ㅡHyung...ㅡJake tiró de su chaqueta, obligándolo a que le prestara atención ㅡ¿lo habré incomodado yo?

Heeseung negó con la cabeza, mostrando una torcida sonrisa. Empezaba a molestarle el hecho de que el pelinegro actuara de aquella manera, sin percatarse del daño que les causaba a sus mayores. Debía hablar con el.

En ese momento Ni-ki salió, levantando finalmente la vista hasta donde los cuatro chicos se encontraban. Su mirada se tensó y no pudo evitar desviarla de sus amigos para luego rápidamente huir de allí con una paleta de helado en sus manos.

Jungwon río con el ceño fruncido por lo tierno que fue aquella escena. De alguna forma, el hecho de que tratase de estar enojado lo hacía ver más lindo de lo normal.

ㅡ¿Huelen eso? ㅡel australiano agudizó su olfato rápidamente, deleitando sus fosas nasales con el extraño pero delicioso aroma a vainilla ㅡEs...

ㅡVainilla. ㅡterminó Sunghoon, sintiendo como sus músculo se tensabanㅡEl niño está apestando la casa por su celo.

Heeseung lo fulminó con la mirada, pero rápidamente el líder lo tranquilizó pellizcándole uno de sus pezones haciéndolo gruñir.

ㅡVe, nadie te lo va a quitar.

El mayor observó a su mejor amigo con cierta duda en sus ojos. No estaba seguro si era buena idea ir tras él en esas condiciones sabiendo lo débil que era cuando de Ni-ki se trataba.

Suspiró pesadamente observando su reloj antes de ponerse de pie y caminar en dirección a su habitación. Era cierto que el menor emanaba un olor fuerte realmente dulce, podía oler su rastro, casi imaginando las veces que había pasado por aquel pasillo. El hecho de que no pudiese contarse al secretar sus feromonas aún con las pastillas era un lío, pero le atraía demasiado.

Suspiró tratando de soltar la tensión de su cuerpo al estar frente a la puerta del pelinegro, carraspeando antes de tocar suavemente y finalmente abrir. Normalmente esperaba a que Ni-ki lo hiciera puesto que era delicado en estos aspectos, no le agradaba mucho la idea de que lo molestasen mientras duerme.

Una vez adentro notó que toda la habitación estaba a oscuras, extrañamente. Las cortinas estaban en el suelo, por lo que había improvisado con una de sus mantas para así tapar la luz solar que se filtraba por la ventana. Frunció el ceño buscando a su menor con la mirada. El olor que desprendía le aseguraba que no se había movido de aquí más que para lo necesario.

Un suave jadeo hizo que dirigiera su atención a una de las esquinas de su habitación, notando un bulto oscuro en el piso. Relamió sus labios resecos acercándose, notando poco a poco como aquella figura se iba esclareciendo.

ㅡ¿Nishi? ㅡparpadeó un par de veces al recibir un ronroneo como respuesta ㅡQue...¿qué haces tirando en el suelo? ¿Estás bien?

Rápidamente se puso a su altura decidido a levantarlo, pero una ola de calor lo golpeó lo suficientemente fuerte como para desequilibrarlo. Las feromonas que Riki soltaba eran exageradamente fuertes, ya ni siquiera parecía algo normal. El característico olor a durazno de Sunoo nunca fue tan fuerte, pero con el pelinegro era todo lo contrario.

Ignorando sus instintos, finalmente tomó al menor en sus brazos, sintiendo como este se aferraba a su cuello con fuerza. Su mirada cayó vagamente en la manta sobre la que el adverso estaba acostado. El aire abandonó sus pulmones.

No era una manta.

Era su ropa.

Riki había hecho un pequeño nido improvisado con algunas de las prendas de Heeseung.

Observó al pelinegro con detenimiento arrugando su frente al ver una débil sonrisa de comodidad en sus labios. Quería besarlo. Pero no tenía mucho tiempo para esto, la camioneta llegaría en unos minutos por ellos y debía estar abajo esperando.




















°❀⋆

holi :3


se que tarde como dos semanas creo, pero se me fue la inspiracion y no queria subir caps tan cortos o pura wea inentendible, aprovecho mis horitas de prioridad y subire dos caps, tal vez mañana (╥﹏╥)

so, ya vieron el nuevo concepto de los nenes? las fotos alimentan mi dululu ᕙ(  •̀ ᗜ •́  )ᕗ

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bite me  ;     heekiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora