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Alastor ahora estaba consciente de su... ¿Hijo? ¿Embarazo? Ni siquiera sabía como llamarlo, prefería ponerle apodos como "tumor" o "pulga".

Habia estado evitando a lucifer, solo hablándole para pedirle comida, aunque eso sí, lo usaba de almohada por las noches.

Lucifer no se quejaba, la verdad al pensar en que Alastor se enteraría hubiera esperado una reacción peor, aunque de igual forma le dolía qué lo evitase o ignorase cuando no se trataba de pedir comida.

Las semanas habían estado pasando rápido, y alastor ya había empezado a notar como su estómago se hinchaba, ahora tendría un ¿mes y medio? No tenía muy contado el tiempo.

Le molestaba que sus camisas empezarán a apretar, tampoco sabía muy bien a quien acudir, solo hablaba con Rosie sobre esta situación, si es que se le puede llamar así.

Al estar enojado con lucifer, se restringida por preguntarle, así que mantenía a Rosie bombardeada de preguntas.

Rosie ya le había dicho que no podía estar enojado con su pareja por mucho más tiempo, ¿por que? Simple, Rosie tampoco tenía una idea clara sobre los embarazos, los terrestres si, pero este niño era del rey del infierno, consumía más energía, y eso provocaba un cansancio extremo a el demonio.

Claramente el mismo era terco y orgulloso, por lo que a pesar de todas las disculpas de lucifer, los regalos y los mimos, se negaba a hablarle para algo que no fuera la comida.

Pero ahora mismo, se sentía muy mal.

No podía ni pararse, sentía punzadas en el estómago, no sabía si preocuparse, Rosie le había dicho que los cólicos deberían de ser normales, ¿esto era un cólico? No lo sabía pero le ardía.

Tampoco es que hubiera alguien, lucifer estaba en una de sus reuniones, con esto solo logro una razón más para que estuviera enojado, aunque no fuera su culpa.

No, claro que lo era.

Por sus estúpidas inseguridades ahora el estaba pagando.

Enterró su rostro en la almohada de la cama, mientras intentaba relajarse, empezó a sentir náuseas, ya tipicas a este punto.

-Mierda... Lucifer juro que te mataré...- Lo único que hacía alastor era culpar a su pareja mientras se auto abrazaba. - Uugh...-

Estaba sudando, mientras se aferraba a su propio estómago.

¿Esto en serio es normal?

No podía pensar con claridad, se estaba desesperando, empezó a removerse en su cama mientras jadeaba.

-¿Alastor?- Escucho como tocaban la puerta, era Charlie.

Suspiro con frustración. -¿Qué sucede querida?- Intento hablar con normalidad, aunque la estática estaba más rasposa de lo normal.

-Quería saber como estabas... Y... Hablar contigo.-

"Ahora no..." pensó alastor, solo para sujetarse con más fuerza el vientre.

-Querida, ahora mismo me encuentro un poco indispuesto, después podemos hablar.-

-¿Indispuesto? ¿Estas bien?- ¿Por que tenía que abrir la boca? Se golpeó mentalmente solo para suspirar de nuevo.

-Estoy bien Charlie.- Sonó frustrado, la voz rasposa contrastaba con el cansancio, la chica tuvo la intensión de entrar de cualquier manera pero solo suspiro, alejándose de la puerta.

-Si necesitas algo avisame Al...-

Finalmente Charlie se alejo por completo, caminando cabizbaja hacia la sala.

~°Atado a mi°~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora